¡Ay, Dios mío! La visita de turista a Costa Rica sigue dando patadas al aire. Según el ICT, entre enero y agosto tuvimos una bajada del 2,3% comparado con el año pasado. Eso significa casi 50 mil menos personas recorriendo nuestros rincones y dejándonos sus moras. Uno se queda pensando… ¿qué está pasando, diay?
Si le preguntamos a Don José, el taxista que espera pacientemente en el aeropuerto, él te dirá que la cosa está difícil. Dice que antes no faltaba el gringo que iba buscando aventura, ahora se ven más preocupados, mirando a todos lados. Esto viene acompañado de un panorama económico que no pinta muy bonito, con el dólar pegándose unos saltos que dan susto y la inflación comiéndose el poder adquisitivo de to’los.
Las estadísticas lo corroboran: tanto el mercado norteamericano, que siempre ha sido nuestro plato fuerte, como los europeos, han reducido su flujo de viajeros. Estados Unidos, que es donde vamos a sacar la mayor parte del agua, tuvo una baja del 2,5%, y Canadá, pa’lante, ¡una caída del 4,3%! Eso duele, chunches, porque esos son los que gastan bien y dejan buen dinero por acá.
Ahora, claro, los expertos salen con sus teorías. Algunos apuntan el dedo a la inseguridad rampante que tenemos por todo el país. Robos, asaltos, hasta atracos a guías turísticos... ¡qué sal! Nadie quiere venir a disfrutar si va a terminar siendo víctima de un delito. Otros dicen que el tipo de cambio loco está espantando a los turistas, porque los precios se les van por las nubes y ya no es tan atractivo visitar Costa Rica.
Pero la cosa no termina ahí, mae. También hay quien dice que estamos perdiendo terreno frente a otros destinos en la región. México, Panamá, incluso Colombia, están invirtiendo en promoción turística y ofreciendo paquetes más competitivos. Y nosotros, con la chincha de la burocracia y la poca inversión en infraestructura, andamos regateando. ¡Una pena!
Y ni hablar de cómo se ha visto afectado el sector hotelero, especialmente en zonas como Manuel Antonio, La Fortuna y Guanacaste. Muchos negocios han tenido que cerrar temporalmente o reducir personal, y eso afecta a muchísimas familias. Es un brete para los pequeños emprendedores que dependen del turismo para sobrevivir. Una vara delicada, que requiere atención urgente.
En agosto, la disminución fue apenas del 0,5%, pero eso no debería hacernos dormirnos en los laureles. Esto demuestra que el problema no se solucionó con magia y que la tendencia a la baja persiste. Necesitamos urgentemente medidas concretas, desde fortalecer la seguridad pública hasta impulsar campañas de marketing efectivas que rescaten la imagen de Costa Rica como destino seguro y atractivo. Hay que ponerle huevos al asunto.
¿Será que necesitamos un plan de choque nacional para salvar el turismo, incluyendo inversiones en seguridad, mejoras en la infraestructura y apoyo a los pequeños negocios? O simplemente estamos esperando a que la cosa se solucione sola, mientras seguimos viendo como el turismo, motor clave de nuestra economía, se va al traste poco a poco? ¡Den su opinión, chunches! ¿Qué soluciones proponen para frenar esta sangría?
Si le preguntamos a Don José, el taxista que espera pacientemente en el aeropuerto, él te dirá que la cosa está difícil. Dice que antes no faltaba el gringo que iba buscando aventura, ahora se ven más preocupados, mirando a todos lados. Esto viene acompañado de un panorama económico que no pinta muy bonito, con el dólar pegándose unos saltos que dan susto y la inflación comiéndose el poder adquisitivo de to’los.
Las estadísticas lo corroboran: tanto el mercado norteamericano, que siempre ha sido nuestro plato fuerte, como los europeos, han reducido su flujo de viajeros. Estados Unidos, que es donde vamos a sacar la mayor parte del agua, tuvo una baja del 2,5%, y Canadá, pa’lante, ¡una caída del 4,3%! Eso duele, chunches, porque esos son los que gastan bien y dejan buen dinero por acá.
Ahora, claro, los expertos salen con sus teorías. Algunos apuntan el dedo a la inseguridad rampante que tenemos por todo el país. Robos, asaltos, hasta atracos a guías turísticos... ¡qué sal! Nadie quiere venir a disfrutar si va a terminar siendo víctima de un delito. Otros dicen que el tipo de cambio loco está espantando a los turistas, porque los precios se les van por las nubes y ya no es tan atractivo visitar Costa Rica.
Pero la cosa no termina ahí, mae. También hay quien dice que estamos perdiendo terreno frente a otros destinos en la región. México, Panamá, incluso Colombia, están invirtiendo en promoción turística y ofreciendo paquetes más competitivos. Y nosotros, con la chincha de la burocracia y la poca inversión en infraestructura, andamos regateando. ¡Una pena!
Y ni hablar de cómo se ha visto afectado el sector hotelero, especialmente en zonas como Manuel Antonio, La Fortuna y Guanacaste. Muchos negocios han tenido que cerrar temporalmente o reducir personal, y eso afecta a muchísimas familias. Es un brete para los pequeños emprendedores que dependen del turismo para sobrevivir. Una vara delicada, que requiere atención urgente.
En agosto, la disminución fue apenas del 0,5%, pero eso no debería hacernos dormirnos en los laureles. Esto demuestra que el problema no se solucionó con magia y que la tendencia a la baja persiste. Necesitamos urgentemente medidas concretas, desde fortalecer la seguridad pública hasta impulsar campañas de marketing efectivas que rescaten la imagen de Costa Rica como destino seguro y atractivo. Hay que ponerle huevos al asunto.
¿Será que necesitamos un plan de choque nacional para salvar el turismo, incluyendo inversiones en seguridad, mejoras en la infraestructura y apoyo a los pequeños negocios? O simplemente estamos esperando a que la cosa se solucione sola, mientras seguimos viendo como el turismo, motor clave de nuestra economía, se va al traste poco a poco? ¡Den su opinión, chunches! ¿Qué soluciones proponen para frenar esta sangría?
