Mae, a veces uno anda en el día a día, medio ahuevado con el brete o las presas, y de repente se topa con una noticia de estas que simplemente le alegran el alma. Y no es para menos. Acabo de leer que la Banda del CEDES Don Bosco se va nada más y nada menos que para el Desfile de las Rosas en 2027. ¡Qué chiva! En serio, lean eso otra vez. No es un festival local, no es un evento centroamericano. Es el famosísimo desfile que uno ve en la tele el 1 de enero, ese que paraliza a medio mundo en Pasadena, California. Y ahí, en medio de todo ese espectáculo, va a estar sonando el talento de un montón de güilas ticos.
Es que hay que dimensionar esta vara. El Desfile de las Rosas es un evento de primerísimo nivel, con una vitrina mundial masiva. Que hayan seleccionado a una banda colegial de Costa Rica habla volúmenes del talento y la disciplina que hay detrás. ¡Qué carga de banda! Porque esto no es producto de la suerte, ni que les llegó una invitación por pura casualidad. Esto es el resultado de años de ensayos, de sacrificar fines de semana, de un compromiso brutal por parte de los estudiantes, los profesores y, por supuesto, los papás que andan para arriba y para abajo con los chiquillos y sus chunches. Es la primera banda colegial nuestra en lograrlo, y eso, maes, es hacer historia.
Lo que me parece más tuanis de todo es lo que esto representa. En un país donde a veces nos quejamos de que a la cultura no se le da pelota, o que solo el fútbol importa, noticias como esta son un tanque de oxígeno. Demuestran que en los colegios de este país se están gestando cosas impresionantes. Estos jóvenes no solo van a ir a tocar; van a ir a representar a todo un país. Cada redoble de tambor, cada nota de trompeta, va a llevar un pedacito de "Pura Vida". Ya me los imagino, con el uniforme impecable, dejando a todo el mundo con la boca abierta y mostrando que en este pedacito de tierra hay talento para exportar.
Ahora, pensemos en la logística que hay detrás. Mover a una banda completa, con todos sus instrumentos y uniformes, hasta California... ¡qué trabajal! Esto va a requerir un esfuerzo gigantesco de recaudación de fondos, de planificación y de apoyo de toda la comunidad. Desde ya, ojalá que empresas, el gobierno y todos los que podamos arrimemos el hombro para que estos maes lleguen a Pasadena a cachete, sin más preocupación que la de romperla con su música. Es una oportunidad de oro para demostrar que como país, cuando nos unimos por una buena causa, somos imparables. Este no es solo el proyecto de Don Bosco, es un proyecto país.
En fin, la verdad es que noticias así le inflan a uno el pecho de orgullo. Ver a la juventud enfocada en algo tan positivo y alcanzando metas tan altas es simplemente inspirador. El 2027 se ve lejos, pero estoy segura de que se va a pasar volando y ahí estaremos todos pegados a la pantalla, buscando la bandera de Costa Rica. Se lo merecen por todo el brete que le han metido. Dicho todo esto, me queda una pregunta para abrir el debate acá en el foro: más allá del orgullo que todos sentimos, ¿qué creen ustedes que significa un logro como este para el futuro de las bandas y la formación musical en los colegios del país?
Es que hay que dimensionar esta vara. El Desfile de las Rosas es un evento de primerísimo nivel, con una vitrina mundial masiva. Que hayan seleccionado a una banda colegial de Costa Rica habla volúmenes del talento y la disciplina que hay detrás. ¡Qué carga de banda! Porque esto no es producto de la suerte, ni que les llegó una invitación por pura casualidad. Esto es el resultado de años de ensayos, de sacrificar fines de semana, de un compromiso brutal por parte de los estudiantes, los profesores y, por supuesto, los papás que andan para arriba y para abajo con los chiquillos y sus chunches. Es la primera banda colegial nuestra en lograrlo, y eso, maes, es hacer historia.
Lo que me parece más tuanis de todo es lo que esto representa. En un país donde a veces nos quejamos de que a la cultura no se le da pelota, o que solo el fútbol importa, noticias como esta son un tanque de oxígeno. Demuestran que en los colegios de este país se están gestando cosas impresionantes. Estos jóvenes no solo van a ir a tocar; van a ir a representar a todo un país. Cada redoble de tambor, cada nota de trompeta, va a llevar un pedacito de "Pura Vida". Ya me los imagino, con el uniforme impecable, dejando a todo el mundo con la boca abierta y mostrando que en este pedacito de tierra hay talento para exportar.
Ahora, pensemos en la logística que hay detrás. Mover a una banda completa, con todos sus instrumentos y uniformes, hasta California... ¡qué trabajal! Esto va a requerir un esfuerzo gigantesco de recaudación de fondos, de planificación y de apoyo de toda la comunidad. Desde ya, ojalá que empresas, el gobierno y todos los que podamos arrimemos el hombro para que estos maes lleguen a Pasadena a cachete, sin más preocupación que la de romperla con su música. Es una oportunidad de oro para demostrar que como país, cuando nos unimos por una buena causa, somos imparables. Este no es solo el proyecto de Don Bosco, es un proyecto país.
En fin, la verdad es que noticias así le inflan a uno el pecho de orgullo. Ver a la juventud enfocada en algo tan positivo y alcanzando metas tan altas es simplemente inspirador. El 2027 se ve lejos, pero estoy segura de que se va a pasar volando y ahí estaremos todos pegados a la pantalla, buscando la bandera de Costa Rica. Se lo merecen por todo el brete que le han metido. Dicho todo esto, me queda una pregunta para abrir el debate acá en el foro: más allá del orgullo que todos sentimos, ¿qué creen ustedes que significa un logro como este para el futuro de las bandas y la formación musical en los colegios del país?