Diay, maes, hay noticias que de verdad le arrugan a uno el corazón, y esta es una de esas. Imagínense la angustia: un señor de 74 años está extraviado en la zona de Río Bonito, allá en Guaycará de Golfito. Desde esta mañana, la familia y toda la comunidad están con el alma en un hilo, esperando noticias de don Ismael, que es como se identifica al adulto mayor. La vara se puso seria desde el primer momento, porque cualquiera que conozca esa zona sabe que no es jugando. Estamos hablando de márgenes de río y terrenos que se las traen, un lugar donde perderse es increíblemente fácil, más para una persona de su edad.
Hay que quitarse el sombrero, eso sí, con el brete de la Cruz Roja. Apenas se dio la alerta, la Benemérita montó un operativo en toda regla. Según confirmaron, mandaron a 15 cruzrojistas y tres vehículos de emergencia para peinar la zona. Esto no es solo un paseo por el campo; es un esfuerzo coordinado, técnico y, sobre todo, muy humano. Lo más admirable, para mí, es que no estaban solos. La gente de la misma comunidad se apuntó a ayudar, demostrando una vez más que en los momentos difíciles, el tico saca la casta. Ver esa unión, con vecinos hombro a hombro con los rescatistas, es de las pocas cosas que dan un poquito de luz en una situación tan oscura.
Pero como si la angustia no fuera suficiente, el cielo decidió jugar en contra. ¡Qué sal, de verdad! Justo cuando el operativo estaba en su punto más crítico, se vino un baldazo de esos que solo caen en la Zona Sur. Las fuertes lluvias convirtieron el terreno en un peligro no solo para el señor extraviado, sino también para los mismos rescatistas. Con esa visibilidad y con el riesgo de que el río creciera, no quedó más remedio que tomar la decisión más dura pero más sensata: suspender la búsqueda. Todo el plan se fue al traste, temporalmente, por culpa del clima. La frustración tiene que ser enorme para todos los que están ahí metidos.
Ahora toca esperar, y esa es la parte más jodida de todas. La noche cae y con ella el frío, la humedad y la incertidumbre. Uno no puede dejar de pensar en don Ismael, solo, a la intemperie. Y también en su familia, que debe estar pasando por un infierno en vida, contando cada minuto hasta que salga el sol de nuevo. La Cruz Roja ya confirmó que mañana lunes, a primerísima hora, reactivan todo el operativo. Ojalá el tiempo colabore, porque cada segundo cuenta. Estas situaciones nos recuerdan lo vulnerables que somos y la importancia de tener cuerpos de emergencia tan profesionales y vecinos tan solidarios.
Desde este foro, toda la fuerza para la familia y el reconocimiento para los rescatistas y voluntarios. Ojalá mañana amanezcamos con la noticia de que encontraron a don Ismael sano y salvo. La esperanza es lo último que se pierde, aunque a veces cueste mantenerla. Ahora les pregunto a ustedes, maes, sobre todo a la gente de la Zona Sur: ¿Cómo está el tiempo por allá? ¿Ha parado de llover? Y para los que conocen la zona de Río Bonito, ¿qué tan complicado es ese terreno realmente? Cualquier información o simplemente un mensaje de apoyo seguro que suma.
Hay que quitarse el sombrero, eso sí, con el brete de la Cruz Roja. Apenas se dio la alerta, la Benemérita montó un operativo en toda regla. Según confirmaron, mandaron a 15 cruzrojistas y tres vehículos de emergencia para peinar la zona. Esto no es solo un paseo por el campo; es un esfuerzo coordinado, técnico y, sobre todo, muy humano. Lo más admirable, para mí, es que no estaban solos. La gente de la misma comunidad se apuntó a ayudar, demostrando una vez más que en los momentos difíciles, el tico saca la casta. Ver esa unión, con vecinos hombro a hombro con los rescatistas, es de las pocas cosas que dan un poquito de luz en una situación tan oscura.
Pero como si la angustia no fuera suficiente, el cielo decidió jugar en contra. ¡Qué sal, de verdad! Justo cuando el operativo estaba en su punto más crítico, se vino un baldazo de esos que solo caen en la Zona Sur. Las fuertes lluvias convirtieron el terreno en un peligro no solo para el señor extraviado, sino también para los mismos rescatistas. Con esa visibilidad y con el riesgo de que el río creciera, no quedó más remedio que tomar la decisión más dura pero más sensata: suspender la búsqueda. Todo el plan se fue al traste, temporalmente, por culpa del clima. La frustración tiene que ser enorme para todos los que están ahí metidos.
Ahora toca esperar, y esa es la parte más jodida de todas. La noche cae y con ella el frío, la humedad y la incertidumbre. Uno no puede dejar de pensar en don Ismael, solo, a la intemperie. Y también en su familia, que debe estar pasando por un infierno en vida, contando cada minuto hasta que salga el sol de nuevo. La Cruz Roja ya confirmó que mañana lunes, a primerísima hora, reactivan todo el operativo. Ojalá el tiempo colabore, porque cada segundo cuenta. Estas situaciones nos recuerdan lo vulnerables que somos y la importancia de tener cuerpos de emergencia tan profesionales y vecinos tan solidarios.
Desde este foro, toda la fuerza para la familia y el reconocimiento para los rescatistas y voluntarios. Ojalá mañana amanezcamos con la noticia de que encontraron a don Ismael sano y salvo. La esperanza es lo último que se pierde, aunque a veces cueste mantenerla. Ahora les pregunto a ustedes, maes, sobre todo a la gente de la Zona Sur: ¿Cómo está el tiempo por allá? ¿Ha parado de llover? Y para los que conocen la zona de Río Bonito, ¿qué tan complicado es ese terreno realmente? Cualquier información o simplemente un mensaje de apoyo seguro que suma.