Maes, vieran qué titular más bonito soltó el Partido Pueblo Soberano este fin de semana: "Designamos a jóvenes en las suplencias para diputados". ¡Qué chiva suena! Uno lee eso y casi que se imagina una escena a lo Disney, con la nueva generación entrando al rescate de la política nacional, todos llenos de ideales y con ganas de cambiar el mundo. Pero, como casi siempre pasa en el brete de la polìtica tica, una cosa es el titular para la foto y otra muy distinta es el despiche que tienen montado por dentro. Porque mientras nos venden esta imagen de renovación, la procesión interna del partido va que arde.
Vamos a desmenuzar la vara. Por un lado, sí, pusieron a un montón de güilas en puestos de suplencia. Jordan Carrillo, María José Castro, Vivian Alvarado... Nombres frescos, y eso en teoría es tuanis. Pero, ¿en qué contexto lo hacen? Justo cuando el partido está metido en una bronca monumental. Resulta que tienen las papeletas de Alajuela y Heredia suspendidas por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE). ¿La razón? Un par de militantes los denunciaron porque, según ellas, las sacaron de la jugada a la brava, a pesar de haber cumplido con todos los requisitos. Y aquí es donde la cosa se pone color de hormiga: uno de esos requisitos era pagar la módica suma de ¢2.2 millones. ¡Dos melones y doscientos mil colones! Imagínense la sal de esa gente: pagan un platal para participar y a tres días de la asamblea los llaman para decirles "diay, no, usted no va". ¡Qué torta más grande!
Las denunciantes, Iliana Ruiz y Xinia Molina, afirman que las excluyeron sin justificación alguna. Simplemente, sus nombres no se sometieron a votación. Con ese panorama, todo el proceso de elección de candidatos en esas provincias se fue al traste, y ahora es el TSE el que tiene que resolver el enredo. Entonces, en medio de este caos, con amparos electorales volando y acusaciones de procesos internos poco transparentes, el partido sale y dice: "¡Miren, pusimos jóvenes!". Mae, con todo respeto, pero huele a una jugada de manual para desviar la atención. Es como si se te está quemando la casa y vos salís al jardín a decir que acabás de sembrar unas rosas preciosas.
No es por agüevarle la fiesta a los jóvenes que nombraron, que de fijo tienen buenas intenciones y merecen la oportunidad. Ojalá les vaya súper bien. El problema no son ellos, es el "timing" y el aparente oportunismo de la cúpula del partido. ¿De qué sirve tener suplentes jóvenes si las candidaturas principales están en el aire por un aparente proceso viciado? Se siente como si los estuvieran usando de escudo, de parche para tapar un hueco enorme en su credibilidad. Es una estrategia de comunicación para decir "somos inclusivos y modernos", mientras por detrás la estructura del partido parece estar crujiendo por conflictos de poder y manejos cuestionables.
Al final, la noticia deja un sabor agridulce. Por un lado, el gesto de incluir caras nuevas es, en el vacío, positivo. Pero la política no ocurre en el vacío. Ocurre en medio de realidades complejas y, en este caso, de un desorden interno que no se puede tapar con un par de nombramientos. La verdadera renovación no es solo poner a un joven en la lista; es garantizar que los procesos para llegar ahí sean justos, transparentes y democráticos para todos, no solo para los que le caen bien a la dirigencia. Mientras eso no pase, estos anuncios seguirán pareciendo más un acto de magia que un verdadero compromiso con el cambio.
Diay, maes, ¿ustedes qué opinan? ¿Es una movida genuina para darle campo a la juventud o es puro control de daños para tapar el despiche que tienen por dentro? ¿Le están haciendo un favor a estos güilas o los están metiendo en una bronca ajena?
Vamos a desmenuzar la vara. Por un lado, sí, pusieron a un montón de güilas en puestos de suplencia. Jordan Carrillo, María José Castro, Vivian Alvarado... Nombres frescos, y eso en teoría es tuanis. Pero, ¿en qué contexto lo hacen? Justo cuando el partido está metido en una bronca monumental. Resulta que tienen las papeletas de Alajuela y Heredia suspendidas por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE). ¿La razón? Un par de militantes los denunciaron porque, según ellas, las sacaron de la jugada a la brava, a pesar de haber cumplido con todos los requisitos. Y aquí es donde la cosa se pone color de hormiga: uno de esos requisitos era pagar la módica suma de ¢2.2 millones. ¡Dos melones y doscientos mil colones! Imagínense la sal de esa gente: pagan un platal para participar y a tres días de la asamblea los llaman para decirles "diay, no, usted no va". ¡Qué torta más grande!
Las denunciantes, Iliana Ruiz y Xinia Molina, afirman que las excluyeron sin justificación alguna. Simplemente, sus nombres no se sometieron a votación. Con ese panorama, todo el proceso de elección de candidatos en esas provincias se fue al traste, y ahora es el TSE el que tiene que resolver el enredo. Entonces, en medio de este caos, con amparos electorales volando y acusaciones de procesos internos poco transparentes, el partido sale y dice: "¡Miren, pusimos jóvenes!". Mae, con todo respeto, pero huele a una jugada de manual para desviar la atención. Es como si se te está quemando la casa y vos salís al jardín a decir que acabás de sembrar unas rosas preciosas.
No es por agüevarle la fiesta a los jóvenes que nombraron, que de fijo tienen buenas intenciones y merecen la oportunidad. Ojalá les vaya súper bien. El problema no son ellos, es el "timing" y el aparente oportunismo de la cúpula del partido. ¿De qué sirve tener suplentes jóvenes si las candidaturas principales están en el aire por un aparente proceso viciado? Se siente como si los estuvieran usando de escudo, de parche para tapar un hueco enorme en su credibilidad. Es una estrategia de comunicación para decir "somos inclusivos y modernos", mientras por detrás la estructura del partido parece estar crujiendo por conflictos de poder y manejos cuestionables.
Al final, la noticia deja un sabor agridulce. Por un lado, el gesto de incluir caras nuevas es, en el vacío, positivo. Pero la política no ocurre en el vacío. Ocurre en medio de realidades complejas y, en este caso, de un desorden interno que no se puede tapar con un par de nombramientos. La verdadera renovación no es solo poner a un joven en la lista; es garantizar que los procesos para llegar ahí sean justos, transparentes y democráticos para todos, no solo para los que le caen bien a la dirigencia. Mientras eso no pase, estos anuncios seguirán pareciendo más un acto de magia que un verdadero compromiso con el cambio.
Diay, maes, ¿ustedes qué opinan? ¿Es una movida genuina para darle campo a la juventud o es puro control de daños para tapar el despiche que tienen por dentro? ¿Le están haciendo un favor a estos güilas o los están metiendo en una bronca ajena?