¡Ay, Dios mío, qué bronca! La Caja de Ande otra vez metida en el ojo. Resulta que la junta directiva, ahí echándole ganas, decidió extenderle el contrato a la presidenta, Dixie Campos, por otro año, a pesar de que la Sugef les tiró la bomba hace como quince días. Parece que no leyeron bien el memo, o tal vez sí, pero decidieron hacer de tripas corazón.
La jugada es así: la Sugef, que vigila que todo esté chambeando bien en las financieras, mandó un reporte confidencial –el SGF-DSI-0053-2025– donde dice clarito que la señora Campos no tiene la experiencia necesaria para estar en el puesto. No es que le falten títulos ni honestidad, todo eso está ok, pero parece que le falta rodaje, mae. Esto salió a la luz gracias a nuestros compañeros de CR Hoy, que siempre andan husmeando por ahí sacando información jugosa.
Pero la cosa no queda ahí, porque este fallo en la idoneidad de varios directivos es precisamente lo que bajó la calificación de la Caja de Ande de “Normalidad I” a “Irregularidad I”. Imagínate, pasar de estar tranquilos a estar bajo lupa de la Sugef. ¡Qué sal! La Sugef dejó claro que la calidad del gobierno corporativo es un punto débil que necesitan arreglar urgentemente si quieren volver a estar en buenos términos.
El reporte de la Sugef va directo al grano: la política interna de la Caja de Ande, la que define quién puede estar en la junta, no toma en cuenta la experiencia. Pura teoría, aparentemente. Dicen que exigen formación académica y conocimientos, pero olvidan echarle un vistazo a cuánto tiempo le has dedicado a esto del negocio financiero. Y no es solo la presidenta, resulta que ¡ocho de los once directivos no cumplen con los requisitos de experiencia! Tres años en cargos de dirección o gerencia… parece que es mucho pedir, ¿verdad?
Esto viene de atrás, mi pana. Ya el año pasado hubo problemas parecidos, con cinco aspirantes a director que no estaban al día con sus credenciales. Pero bueno, ahí los tienen, haciendo sus reuniones y tomando decisiones que afectan a miles de socios. La Sugef incluso les puso el dedo encima en noviembre del año pasado, pero parece que nadie escuchó. Ahora estamos viendo las consecuencias, y no son bonitas. Ya la Auditoría Interna, que debería estar cuidando la seguridad de la caja, tampoco anda chambeando como debería.
Dicen que la Auditoría Interna tiene deficiencias en el plan de trabajo, que carece de un buen método para evaluar cómo van las cosas y cuáles son los riesgos. Además, los cálculos que hacen para ver qué tan probable es que algo salga mal y qué tanto daño podría causar no los actualizan desde 2018. ¡Imagínate! Vivimos en un mundo que cambia súper rápido, y ellos siguen usando números viejos. Eso sí que es irse al traste, pura torta.
La junta directiva, hasta ahora, ha dicho que están manejando el tema con las autoridades correspondientes. Mandaron algunas preguntas a la Sugef, pero todavía no obtienen respuestas. Uno se pregunta, ¿qué esperan? ¿Que la Sugef les dé una palmadita en la espalda y diga 'todo está bien'? Parece que algunos prefieren hacerse los dormidos, aunque la realidad los golpea en la cara. Esta maraña administrativa nos deja pensando… ¿Quién realmente vela por los intereses de los miles de socios de la Caja de Ande?
Entonces, dime tú, ¿crees que la Sugef debería meterle mano más duro a la Caja de Ande y sancionar a los responsables de esta situación, o deberíamos darle una oportunidad para que se corrijan solos? ¿Es hora de exigir cambios profundos en la forma en que se elige y evalúa a los directores de las instituciones financieras en nuestro país?
La jugada es así: la Sugef, que vigila que todo esté chambeando bien en las financieras, mandó un reporte confidencial –el SGF-DSI-0053-2025– donde dice clarito que la señora Campos no tiene la experiencia necesaria para estar en el puesto. No es que le falten títulos ni honestidad, todo eso está ok, pero parece que le falta rodaje, mae. Esto salió a la luz gracias a nuestros compañeros de CR Hoy, que siempre andan husmeando por ahí sacando información jugosa.
Pero la cosa no queda ahí, porque este fallo en la idoneidad de varios directivos es precisamente lo que bajó la calificación de la Caja de Ande de “Normalidad I” a “Irregularidad I”. Imagínate, pasar de estar tranquilos a estar bajo lupa de la Sugef. ¡Qué sal! La Sugef dejó claro que la calidad del gobierno corporativo es un punto débil que necesitan arreglar urgentemente si quieren volver a estar en buenos términos.
El reporte de la Sugef va directo al grano: la política interna de la Caja de Ande, la que define quién puede estar en la junta, no toma en cuenta la experiencia. Pura teoría, aparentemente. Dicen que exigen formación académica y conocimientos, pero olvidan echarle un vistazo a cuánto tiempo le has dedicado a esto del negocio financiero. Y no es solo la presidenta, resulta que ¡ocho de los once directivos no cumplen con los requisitos de experiencia! Tres años en cargos de dirección o gerencia… parece que es mucho pedir, ¿verdad?
Esto viene de atrás, mi pana. Ya el año pasado hubo problemas parecidos, con cinco aspirantes a director que no estaban al día con sus credenciales. Pero bueno, ahí los tienen, haciendo sus reuniones y tomando decisiones que afectan a miles de socios. La Sugef incluso les puso el dedo encima en noviembre del año pasado, pero parece que nadie escuchó. Ahora estamos viendo las consecuencias, y no son bonitas. Ya la Auditoría Interna, que debería estar cuidando la seguridad de la caja, tampoco anda chambeando como debería.
Dicen que la Auditoría Interna tiene deficiencias en el plan de trabajo, que carece de un buen método para evaluar cómo van las cosas y cuáles son los riesgos. Además, los cálculos que hacen para ver qué tan probable es que algo salga mal y qué tanto daño podría causar no los actualizan desde 2018. ¡Imagínate! Vivimos en un mundo que cambia súper rápido, y ellos siguen usando números viejos. Eso sí que es irse al traste, pura torta.
La junta directiva, hasta ahora, ha dicho que están manejando el tema con las autoridades correspondientes. Mandaron algunas preguntas a la Sugef, pero todavía no obtienen respuestas. Uno se pregunta, ¿qué esperan? ¿Que la Sugef les dé una palmadita en la espalda y diga 'todo está bien'? Parece que algunos prefieren hacerse los dormidos, aunque la realidad los golpea en la cara. Esta maraña administrativa nos deja pensando… ¿Quién realmente vela por los intereses de los miles de socios de la Caja de Ande?
Entonces, dime tú, ¿crees que la Sugef debería meterle mano más duro a la Caja de Ande y sancionar a los responsables de esta situación, o deberíamos darle una oportunidad para que se corrijan solos? ¿Es hora de exigir cambios profundos en la forma en que se elige y evalúa a los directores de las instituciones financieras en nuestro país?