Maes, agarren silla y sírvanse un cafecito porque el despiche político que se veía venir por fin reventó. Resulta que el exministro del MOPT, Luis Amador, el que una vez fue el pupilo estrella de Rodrigo Chaves, acaba de soltar una bomba en redes sociales. Con un video que tiene más drama que novela de las nueve, Amador no solo confirmó que se lanza a la carrera presidencial, sino que le mandó un filazo directo a Zapote, diciéndole a su antiguo jefe, sin pelos en la lengua, que él es su “peor pesadilla”. ¡Así como lo leen! Se acabó el bromance, se acabaron las indirectas. Esto ya es una declaración de guerra abierta.
Diay, ¿y por qué tanto show? Según Amador, todo este pleito es porque él es el único que de verdad le puede aguar la fiesta a los planes de continuidad del gobierno. En sus propias palabras, es una “amenaza” para la administración actual. Y para que no quedara duda, también le tiró un palazo directo a la candidata oficialista, Laura Fernández, afirmando que la verdadera oposición es él, no ella. Básicamente, está diciendo que el resto son pura paja y que si alguien puede enfrentarse a Chaves, es el mae que conoce la procesión desde adentro. Una jugada arriesgada, sin duda, que busca posicionarlo como el único retador legítimo de cara a las próximas elecciones.
Seamos honestos, esta vara se veía venir desde que le dieron la patada del gabinete en abril. Aquel divorcio político fue más sonado que cualquier otro brete del gobierno. Pasaron de ser uña y mugre a tirarse indirectas cada vez más directas. Amador, desde que quedó fuera, no ha perdido chance para criticar el estilo de Chaves y las decisiones que se han tomado, sobre todo en infraestructura, que era su cancha. Vaya despiche que se tienen montado, porque si hay algo que esta novela nos deja claro es que la lealtad en política dura lo que dura un aguacero en pleno enero. Salado el que pensó que esta bronca se iba a resolver con un cafecito.
Ahora, la cosa se pone color de hormiga para el 2026. La estrategia del oficialismo de tener una transición tranquila y consolidar su poder con una candidata afín parece que se fue al traste. Con Amador en la papeleta, el voto que antes era un bloque sólido para Chaves ahora corre el riesgo de dividirse. El exministro tiene su gente, no podemos negarlo, y su discurso de “yo sí sé cómo funciona el chunche” puede calar en un sector del electorado que, aunque le gusta el estilo de Chaves, quizás ya está cansado de tanto pleito. Esto complica el panorama un montón y obliga a todos los partidos a recalcular su estrategia. Ya no es una carrera de dos, ahora hay un tercer jugador que viene a patear el tablero.
Amador prometió que en un par de semanas nos cuenta con qué partido se va a tirar al agua, pero el mensaje de fondo ya está más que claro. Él se ve a sí mismo como el David que va contra el Goliat que él mismo ayudó a construir. Es la trama perfecta para una serie de Netflix: el aprendiz que se rebela contra el maestro. A fin de cuentas, esto apenas empieza y de aquí a las elecciones falta un mundo. Lo único seguro es que no nos vamos a aburrir. Pero bueno, la pregunta del millón es para ustedes, maes. ¿Le creen a Amador? ¿Es el verdadero opositor que dice ser o es puro show para ver si pega en la política? ¡Los leo en los comentarios!
Diay, ¿y por qué tanto show? Según Amador, todo este pleito es porque él es el único que de verdad le puede aguar la fiesta a los planes de continuidad del gobierno. En sus propias palabras, es una “amenaza” para la administración actual. Y para que no quedara duda, también le tiró un palazo directo a la candidata oficialista, Laura Fernández, afirmando que la verdadera oposición es él, no ella. Básicamente, está diciendo que el resto son pura paja y que si alguien puede enfrentarse a Chaves, es el mae que conoce la procesión desde adentro. Una jugada arriesgada, sin duda, que busca posicionarlo como el único retador legítimo de cara a las próximas elecciones.
Seamos honestos, esta vara se veía venir desde que le dieron la patada del gabinete en abril. Aquel divorcio político fue más sonado que cualquier otro brete del gobierno. Pasaron de ser uña y mugre a tirarse indirectas cada vez más directas. Amador, desde que quedó fuera, no ha perdido chance para criticar el estilo de Chaves y las decisiones que se han tomado, sobre todo en infraestructura, que era su cancha. Vaya despiche que se tienen montado, porque si hay algo que esta novela nos deja claro es que la lealtad en política dura lo que dura un aguacero en pleno enero. Salado el que pensó que esta bronca se iba a resolver con un cafecito.
Ahora, la cosa se pone color de hormiga para el 2026. La estrategia del oficialismo de tener una transición tranquila y consolidar su poder con una candidata afín parece que se fue al traste. Con Amador en la papeleta, el voto que antes era un bloque sólido para Chaves ahora corre el riesgo de dividirse. El exministro tiene su gente, no podemos negarlo, y su discurso de “yo sí sé cómo funciona el chunche” puede calar en un sector del electorado que, aunque le gusta el estilo de Chaves, quizás ya está cansado de tanto pleito. Esto complica el panorama un montón y obliga a todos los partidos a recalcular su estrategia. Ya no es una carrera de dos, ahora hay un tercer jugador que viene a patear el tablero.
Amador prometió que en un par de semanas nos cuenta con qué partido se va a tirar al agua, pero el mensaje de fondo ya está más que claro. Él se ve a sí mismo como el David que va contra el Goliat que él mismo ayudó a construir. Es la trama perfecta para una serie de Netflix: el aprendiz que se rebela contra el maestro. A fin de cuentas, esto apenas empieza y de aquí a las elecciones falta un mundo. Lo único seguro es que no nos vamos a aburrir. Pero bueno, la pregunta del millón es para ustedes, maes. ¿Le creen a Amador? ¿Es el verdadero opositor que dice ser o es puro show para ver si pega en la política? ¡Los leo en los comentarios!
