Maes, a veces uno lee noticias que parecen sacadas de un guion de comedia, pero no, es la pura y santa realidad de nuestro terruño. La vara es que el exmagistrado, exministro y ahora extraditable, Celso Gamboa, nos regaló un nuevo capítulo en su saga personal, y es uno que involucra logística de lavandería en máxima seguridad. Así como lo oyen. En medio de un juicio por tráfico de influencias, el mae pidió un permiso especial para irse a La Reforma a lavar su ropa. ¡Qué despiche! Uno se imagina la escena: el fiscal presentando pruebas y Gamboa pensando si le va a dar tiempo de que se le seque el único jeans que le queda limpio.
El argumento del mae era, diay, pura lógica de presidiario. En el módulo de máxima seguridad solo le permiten tener tres mudadas de ropa. Tres. Y como ya se sabe que el brete de lavar a mano y secar con el clima de nuestro país es toda una ciencia, Gamboa le dijo a los jueces que necesitaba retirarse para atender sus quehaceres domésticos. "Con su permiso, señores jueces, voy a poner una lavadora". Bueno, casi. Su plan era sencillo: como solo se iban a leer documentos que él ya conocía, no veía el problema en ausentarse. Quería jugársela a ver si el Tribunal le daba chance de ir a restregar las prendas para no llegar al día siguiente "mal vestido".
Pero como en toda buena telenovela, siempre hay un antagonista que frustra los planes del protagonista. En este caso, el fiscal Carlos Rodríguez, muy diplomáticamente, le paró el carro en seco. Le dijo que nanay, que más tarde iba a presentar una prueba nueva y que era de "interés" que el acusado estuviera presente. ¡Tómala! La defensa, encabezada por su propia hermana, no tuvo más remedio que aceptar y decir "bueno, entonces se queda". Todo el plan de lavandería se le fue al traste. A esto se sumó la posición de hierro del director del OIJ, Randall Zúñiga, quien básicamente dijo en redes sociales que las reglas son las reglas y que no se las iban a doblar a nadie. Fin de la historia, como él mismo posteó.
Y aquí es donde la vara se pone nivel melodrama de las 3 de la tarde. Al ver todas las puertas cerradas, Gamboa se mandó con una declaración que es para enmarcar. Dijo que, como no le dejaban recibir más ropa ni le daban chance de lavar, a partir del día siguiente iba a tener que llegar al juicio en pantaloneta. ¡En pantaloneta! Y remató con la frase del año: que iba a venir como un "torero improvisado". Maes, la imagen mental es increíble. Un exmagistrado, en un juicio por corrupción, amenazando con llegar como si fuera a mejenguear al parque y no a enfrentar a la justicia, todo por un despiche con tres mudadas de ropa.
Al final, esta situación es un reflejo tan extraño de todo. Por un lado, tenés a un tipo que tuvo un poder inmenso en este país, ahora reducido a pelear por el derecho a tener un pantalón limpio. Por otro, tenés al sistema judicial y penitenciario plantándose firme, diciendo que no hay privilegios para nadie, ni para lo más básico. Es una caída tan estrepitosa que se vuelve casi surrealista. El contraste entre la gravedad de un proceso de extradición a Estados Unidos y la ridiculez de una discusión sobre jabón y pilas es simplemente... tico. Maes, más allá del personaje, ¿qué opinan de esta vara? ¿Es un tema de derechos humanos básicos y dignidad, o es simplemente un extraditable pidiendo privilegios que nadie más tiene? ¿Dónde se pinta la raya?
El argumento del mae era, diay, pura lógica de presidiario. En el módulo de máxima seguridad solo le permiten tener tres mudadas de ropa. Tres. Y como ya se sabe que el brete de lavar a mano y secar con el clima de nuestro país es toda una ciencia, Gamboa le dijo a los jueces que necesitaba retirarse para atender sus quehaceres domésticos. "Con su permiso, señores jueces, voy a poner una lavadora". Bueno, casi. Su plan era sencillo: como solo se iban a leer documentos que él ya conocía, no veía el problema en ausentarse. Quería jugársela a ver si el Tribunal le daba chance de ir a restregar las prendas para no llegar al día siguiente "mal vestido".
Pero como en toda buena telenovela, siempre hay un antagonista que frustra los planes del protagonista. En este caso, el fiscal Carlos Rodríguez, muy diplomáticamente, le paró el carro en seco. Le dijo que nanay, que más tarde iba a presentar una prueba nueva y que era de "interés" que el acusado estuviera presente. ¡Tómala! La defensa, encabezada por su propia hermana, no tuvo más remedio que aceptar y decir "bueno, entonces se queda". Todo el plan de lavandería se le fue al traste. A esto se sumó la posición de hierro del director del OIJ, Randall Zúñiga, quien básicamente dijo en redes sociales que las reglas son las reglas y que no se las iban a doblar a nadie. Fin de la historia, como él mismo posteó.
Y aquí es donde la vara se pone nivel melodrama de las 3 de la tarde. Al ver todas las puertas cerradas, Gamboa se mandó con una declaración que es para enmarcar. Dijo que, como no le dejaban recibir más ropa ni le daban chance de lavar, a partir del día siguiente iba a tener que llegar al juicio en pantaloneta. ¡En pantaloneta! Y remató con la frase del año: que iba a venir como un "torero improvisado". Maes, la imagen mental es increíble. Un exmagistrado, en un juicio por corrupción, amenazando con llegar como si fuera a mejenguear al parque y no a enfrentar a la justicia, todo por un despiche con tres mudadas de ropa.
Al final, esta situación es un reflejo tan extraño de todo. Por un lado, tenés a un tipo que tuvo un poder inmenso en este país, ahora reducido a pelear por el derecho a tener un pantalón limpio. Por otro, tenés al sistema judicial y penitenciario plantándose firme, diciendo que no hay privilegios para nadie, ni para lo más básico. Es una caída tan estrepitosa que se vuelve casi surrealista. El contraste entre la gravedad de un proceso de extradición a Estados Unidos y la ridiculez de una discusión sobre jabón y pilas es simplemente... tico. Maes, más allá del personaje, ¿qué opinan de esta vara? ¿Es un tema de derechos humanos básicos y dignidad, o es simplemente un extraditable pidiendo privilegios que nadie más tiene? ¿Dónde se pinta la raya?