Maes, todos los años es la misma vara. Llega setiembre, el mes de la patria, y con él, el clásico enredo de los feriados que nos pone a todos a correr en círculos. Que si el 15 cae lunes, que si hay que ir al desfile, que si los güilas tienen que ir vestidos de inditos, que qué pasa el día después... Diay, para que no se me hagan bolas ni se crean los cuentos que ya seguro están circulando en los chats de WhatsApp, aquí les vengo a desmenuzar el comunicado oficial que soltó el Ministerio de Educación Pública (MEP). Les hago un spoiler: la noticia es bastante buena, así que pueden ir respirando con calma. El martes 16 de setiembre, ¡se duerme hasta tarde!
Vamos por partes, como debe ser. El próximo lunes 15 de setiembre se celebra, como todos sabemos, el Día de la Independencia. Es un feriado de pago obligatorio y todo el chunche legal que eso implica. Sin embargo, aquí es donde empieza la confusión. Para el sector educativo, la cosa es diferente. A los docentes, personal administrativo y demás funcionarios de escuelas y colegios les toca presentarse a sus respectivos bretes para participar en los actos cívicos. O sea, mientras uno probablemente esté viendo los desfiles desde la casa o buscando qué hacer en el día libre, ellos están al pie del cañón, asegurándose de que la celebración patria se lleve a cabo. Un sacrificio que, seamos honestos, merecía una recompensa.
Y aquí es donde el MEP, para sorpresa de muchos, se sacó una jugada bastante tuanis. Para que la cosa fuera justa y el personal no sintiera que les estaban metiendo un gol, el Ministerio estableció una directriz clara: todo aquel funcionario que haya laborado durante las celebraciones patrias, ya sea el domingo 14 o el propio lunes 15, tendrá el martes 16 de setiembre como día libre. Es un canje directo: patriotismo a cambio de descanso. Y claro, la consecuencia más chiva para los estudiantes es obvia: si los profes y el personal de la escuela no van, pues sencillamente no hay lecciones. ¡Pura vida! Así que sí, oficialmente el martes 16 de setiembre no habrá clases en centros educativos públicos.
Ahora, no crean que la vara es un despiche y que todo el mundo tiene que ir a la fuerza. El MEP fue claro en que la organización es clave. Le tiraron la bola a los directores de cada institución para que se pongan las pilas y armen un cronograma. La idea es que distribuyan a su personal de manera equitativa entre las actividades del 14 y 15 de setiembre. El objetivo es simple: garantizar que los actos cívicos salgan a cachete, con la participación necesaria, pero sin reventar a la gente ni sobrecargar a nadie. Una movida logística que suena bastante sensata, para que todo fluya sin que nadie termine pidiendo cacao el lunes por la tarde.
En resumen: el lunes 15 de setiembre no hay clases formales, pero sí hay que participar en los actos cívicos programados. Y como premio por esa participación, el martes 16 nos regalan un día libre, creando un puente improvisado para recuperarse de la "resaca cívica" o simplemente para aprovechar el día. Una decisión inteligente del MEP que busca mantener a todo el mundo contento: se cumplen las tradiciones patrias y, a la vez, se le da un merecido respiro tanto a educadores como a estudiantes. Al final, la gran duda se resuelve con una sonrisa en la cara de miles de güilas (y no tan güilas).
Y bueno, ya que el panorama está claro, ahora queda la pregunta del millón para todos los que se ganaron ese día libre... Maes, ¿qué piensan hacer con ese martes inesperado? ¿Planean mandarse para la playa, ponerse al día con series o simplemente aplicarán el sagrado arte de no hacer absolutamente nada?
Vamos por partes, como debe ser. El próximo lunes 15 de setiembre se celebra, como todos sabemos, el Día de la Independencia. Es un feriado de pago obligatorio y todo el chunche legal que eso implica. Sin embargo, aquí es donde empieza la confusión. Para el sector educativo, la cosa es diferente. A los docentes, personal administrativo y demás funcionarios de escuelas y colegios les toca presentarse a sus respectivos bretes para participar en los actos cívicos. O sea, mientras uno probablemente esté viendo los desfiles desde la casa o buscando qué hacer en el día libre, ellos están al pie del cañón, asegurándose de que la celebración patria se lleve a cabo. Un sacrificio que, seamos honestos, merecía una recompensa.
Y aquí es donde el MEP, para sorpresa de muchos, se sacó una jugada bastante tuanis. Para que la cosa fuera justa y el personal no sintiera que les estaban metiendo un gol, el Ministerio estableció una directriz clara: todo aquel funcionario que haya laborado durante las celebraciones patrias, ya sea el domingo 14 o el propio lunes 15, tendrá el martes 16 de setiembre como día libre. Es un canje directo: patriotismo a cambio de descanso. Y claro, la consecuencia más chiva para los estudiantes es obvia: si los profes y el personal de la escuela no van, pues sencillamente no hay lecciones. ¡Pura vida! Así que sí, oficialmente el martes 16 de setiembre no habrá clases en centros educativos públicos.
Ahora, no crean que la vara es un despiche y que todo el mundo tiene que ir a la fuerza. El MEP fue claro en que la organización es clave. Le tiraron la bola a los directores de cada institución para que se pongan las pilas y armen un cronograma. La idea es que distribuyan a su personal de manera equitativa entre las actividades del 14 y 15 de setiembre. El objetivo es simple: garantizar que los actos cívicos salgan a cachete, con la participación necesaria, pero sin reventar a la gente ni sobrecargar a nadie. Una movida logística que suena bastante sensata, para que todo fluya sin que nadie termine pidiendo cacao el lunes por la tarde.
En resumen: el lunes 15 de setiembre no hay clases formales, pero sí hay que participar en los actos cívicos programados. Y como premio por esa participación, el martes 16 nos regalan un día libre, creando un puente improvisado para recuperarse de la "resaca cívica" o simplemente para aprovechar el día. Una decisión inteligente del MEP que busca mantener a todo el mundo contento: se cumplen las tradiciones patrias y, a la vez, se le da un merecido respiro tanto a educadores como a estudiantes. Al final, la gran duda se resuelve con una sonrisa en la cara de miles de güilas (y no tan güilas).
Y bueno, ya que el panorama está claro, ahora queda la pregunta del millón para todos los que se ganaron ese día libre... Maes, ¿qué piensan hacer con ese martes inesperado? ¿Planean mandarse para la playa, ponerse al día con series o simplemente aplicarán el sagrado arte de no hacer absolutamente nada?