Mae, hay historias que uno lee y de verdad se queda con la boca abierta, y esta es una de esas. Olvídense de las series de Netflix por un rato, porque el guion que se montaron aquí en Talamanca supera la ficción. Resulta que la mera mera gerente regional de Walmart en Limón, una mujer de nombre Mónica Granados Chavarría, de 33 años, es ahora la principal sospechosa de orquestar un robo de película en su propia casa, por así decirlo. ¡Qué despiche se armó! Estamos hablando de un golpe de ¢50 milloncitos en el Palí de Hone Creek, allá por Cahuita, el pasado 19 de abril. Y no, no fue un robo cualquiera; fue un operativo con equipo de acetileno y fierros en mano. Una vara bien planeada.
La torta que se jaló esta mujer, según el OIJ y la Fiscalía de Limón, fue de proporciones épicas. Aparentemente, la doña usó su puesto de confianza, ese que le daba acceso a todos los secretos de seguridad de la cadena, para servirle en bandeja de plata la información a su banda. El expediente judicial lo dice clarito: ella era la "autora intelectual", la cabeza que pensaba y seleccionaba los locales. Básicamente, les decía a los maes por dónde entrar, a qué hora, qué cámaras evitar y cómo llegarle a la caja fuerte sin tanto enredo. Uno se imagina que en las reuniones de gerencia hablaba de metas de ventas, pero por detrás estaba planeando cómo dejar las arcas en cero. ¡Qué sal! para Walmart, que le dio el poder a su peor enemiga.
Pero la cosa se pone todavía más densa. El OIJ no la pinta como una simple soplona, ¡qué va! La investigación la perfila como una verdadera líder criminal. Dicen que ella era la que repartía el queque, o sea, distribuía las funciones entre los miembros del grupo, les conseguía la logística para los atracos, les pasaba la información y, por si fuera poco, hasta les pagaba su parte después de cada "brete". Era la que controlaba todo el chunche, manteniendo comunicación directa con sus secuaces para asegurarse de que el plan no se fuera al traste. El día del robo en Hone Creek, tres tipos armados amarraron a los empleados con gasas plásticas y le metieron acetileno a la caja fuerte hasta reventarla. Un nivel de organización que asusta.
Y diay, como para ponerle la cereza al pastel del descaro, ¿qué hizo la señora Granados apenas dos meses después del millonario atraco? Pues se pegó un viajecito al extranjero. Así como lo oyen. Migración y Extranjería confirmó que la mae jaló del Juan Santamaría el 10 de junio y regresó como si nada el 28 de ese mismo mes. Lo más curioso es que no tenía registros de viajes internacionales previos. ¿Casualidad? ¿Un premio por su "excelente" gestión? El OIJ de seguro no lo ve así. Es casi como una escena de película donde el villano se va a celebrar su victoria a una playa paradisíaca mientras la policía apenas empieza a conectar las piezas del rompecabezas.
Al final, la justicia parece que empezó a moverse. Tras una serie de allanamientos masivos en Guápiles, Limón, Liberia y hasta Cartago, el OIJ logró detener a Granados y a otros ocho sospechosos ligados a la banda. Se acabó la fiesta. La caída de esta presunta organización demuestra que, por más astuto que sea el plan, siempre queda un cabo suelto. Ahora la pregunta queda en el aire y me gustaría saber qué opinan ustedes en el foro: ¿Creen que esto es un caso aislado de una persona que se corrompió por la ambición o es una señal de que las redes criminales están infiltrándose en puestos de poder que ni nos imaginamos? ¡Los leo!
La torta que se jaló esta mujer, según el OIJ y la Fiscalía de Limón, fue de proporciones épicas. Aparentemente, la doña usó su puesto de confianza, ese que le daba acceso a todos los secretos de seguridad de la cadena, para servirle en bandeja de plata la información a su banda. El expediente judicial lo dice clarito: ella era la "autora intelectual", la cabeza que pensaba y seleccionaba los locales. Básicamente, les decía a los maes por dónde entrar, a qué hora, qué cámaras evitar y cómo llegarle a la caja fuerte sin tanto enredo. Uno se imagina que en las reuniones de gerencia hablaba de metas de ventas, pero por detrás estaba planeando cómo dejar las arcas en cero. ¡Qué sal! para Walmart, que le dio el poder a su peor enemiga.
Pero la cosa se pone todavía más densa. El OIJ no la pinta como una simple soplona, ¡qué va! La investigación la perfila como una verdadera líder criminal. Dicen que ella era la que repartía el queque, o sea, distribuía las funciones entre los miembros del grupo, les conseguía la logística para los atracos, les pasaba la información y, por si fuera poco, hasta les pagaba su parte después de cada "brete". Era la que controlaba todo el chunche, manteniendo comunicación directa con sus secuaces para asegurarse de que el plan no se fuera al traste. El día del robo en Hone Creek, tres tipos armados amarraron a los empleados con gasas plásticas y le metieron acetileno a la caja fuerte hasta reventarla. Un nivel de organización que asusta.
Y diay, como para ponerle la cereza al pastel del descaro, ¿qué hizo la señora Granados apenas dos meses después del millonario atraco? Pues se pegó un viajecito al extranjero. Así como lo oyen. Migración y Extranjería confirmó que la mae jaló del Juan Santamaría el 10 de junio y regresó como si nada el 28 de ese mismo mes. Lo más curioso es que no tenía registros de viajes internacionales previos. ¿Casualidad? ¿Un premio por su "excelente" gestión? El OIJ de seguro no lo ve así. Es casi como una escena de película donde el villano se va a celebrar su victoria a una playa paradisíaca mientras la policía apenas empieza a conectar las piezas del rompecabezas.
Al final, la justicia parece que empezó a moverse. Tras una serie de allanamientos masivos en Guápiles, Limón, Liberia y hasta Cartago, el OIJ logró detener a Granados y a otros ocho sospechosos ligados a la banda. Se acabó la fiesta. La caída de esta presunta organización demuestra que, por más astuto que sea el plan, siempre queda un cabo suelto. Ahora la pregunta queda en el aire y me gustaría saber qué opinan ustedes en el foro: ¿Creen que esto es un caso aislado de una persona que se corrompió por la ambición o es una señal de que las redes criminales están infiltrándose en puestos de poder que ni nos imaginamos? ¡Los leo!
