Diay, maes, seamos honestos. Uno abre el periódico, prende el tele o se mete a redes y el 99% del tiempo es para enterarse de un despiche nuevo: que si la ruta 32 está cerrada (otra vez), que si un político se jaló una torta monumental, que si las presas en la General Cañas ya son patrimonio nacional... Cansa, ¿verdad? Por eso, cuando aparece una noticia como esta, uno siente un respiro, como una bocanada de aire fresco que huele a mar y a esperanza. Y es que la vara viene desde Limón, específicamente desde Playa Moín, y es algo simplemente tuanis.
Resulta que la gente de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), en una alianza que ya quisiéramos ver más seguido, acaba de arrancar una nueva temporada de liberación de tortugas marinas. Y no estamos hablando de un par de animalitos para la foto. ¡Van más de 8.000 crías liberadas al mar! Así como lo leen. En una de las playas más importantes para la anidación en nuestro Caribe, se está haciendo un brete de conservación que es para quitarse el sombrero. Se han protegido más de 100 nidos de tortugas Carey, Verde y, la más icónica y amenazada de todas, la Baula.
Ahora, lo que sí es un carga es el impacto que tiene una iniciativa así. No es solo el numerito de las 8.000 vidas. Es todo lo que hay detrás. El proyecto busca de frente reducir el saqueo de huevos, que por años ha sido un problemón en la zona, y aumentar la tasa de supervivencia de las tortuguitas. Liberarlas al amanecer o al atardecer no es casualidad, mae; es para darles una ventaja contra los depredadores y que puedan guiarse por su instinto puro hacia el océano. Ese mismo instinto que, si todo sale bien, las traerá de vuelta a esa misma playa a poner sus propios huevos dentro de unos años. Es un ciclo de vida que se está protegiendo activamente.
Y aquí es donde la vara se pone todavía más chiva, porque esto no es obra de una sola entidad. ¡Para nada! Esto es un trabjo en equipo en toda regla. La gente de TCM y Turtle Rescue Cahuita son unos cargas liderando la iniciativa, pero vea la lista de aliados: SINAC, la Municipalidad de Limón, Guardacostas, la Fuerza Pública, el OIJ y hasta voluntarios de la UCR y la UNED. ¡Incluso Arcos Dorados (McDonald's) se apuntó a la causa! Y no, no pusieron un McAuto en la playa, pero sí están apoyando con refrigerios a los equipos que se fajan en los patrullajes nocturnos. Es esa clase de unión la que demuestra que, cuando se quiere, se puede.
Lo mejor de todo es que no es un club exclusivo. Las liberaciones están abiertas al público, de 2 a 3 veces por semana. Es una oportunidad increíble no solo para ver algo hermoso, sino para entender de primera mano por qué el "Pura Vida" es más que una frase en una camiseta para turistas. Es esto. Es ver a una comunidad, a empresas y al Estado trabajando juntos por algo que nos beneficia a todos. En medio de tanto ruido y caos, estas 8.000 tortuguitas nadando hacia el futuro son un recordatorio potente de lo que realmente importa.
Así que la próxima vez que estemos ahogados en noticias de corrupción o ineficiencia, acordémonos de que en Moín hay gente haciendo la diferencia. Pero esto me deja pensando... Más allá de aplaudir, ¿qué otras iniciativas así conocen que de verdad merecen más bola? ¿O será que estas historias son solo gotas de agua dulce en un mar de malas decisiones y burocracia?
Resulta que la gente de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), en una alianza que ya quisiéramos ver más seguido, acaba de arrancar una nueva temporada de liberación de tortugas marinas. Y no estamos hablando de un par de animalitos para la foto. ¡Van más de 8.000 crías liberadas al mar! Así como lo leen. En una de las playas más importantes para la anidación en nuestro Caribe, se está haciendo un brete de conservación que es para quitarse el sombrero. Se han protegido más de 100 nidos de tortugas Carey, Verde y, la más icónica y amenazada de todas, la Baula.
Ahora, lo que sí es un carga es el impacto que tiene una iniciativa así. No es solo el numerito de las 8.000 vidas. Es todo lo que hay detrás. El proyecto busca de frente reducir el saqueo de huevos, que por años ha sido un problemón en la zona, y aumentar la tasa de supervivencia de las tortuguitas. Liberarlas al amanecer o al atardecer no es casualidad, mae; es para darles una ventaja contra los depredadores y que puedan guiarse por su instinto puro hacia el océano. Ese mismo instinto que, si todo sale bien, las traerá de vuelta a esa misma playa a poner sus propios huevos dentro de unos años. Es un ciclo de vida que se está protegiendo activamente.
Y aquí es donde la vara se pone todavía más chiva, porque esto no es obra de una sola entidad. ¡Para nada! Esto es un trabjo en equipo en toda regla. La gente de TCM y Turtle Rescue Cahuita son unos cargas liderando la iniciativa, pero vea la lista de aliados: SINAC, la Municipalidad de Limón, Guardacostas, la Fuerza Pública, el OIJ y hasta voluntarios de la UCR y la UNED. ¡Incluso Arcos Dorados (McDonald's) se apuntó a la causa! Y no, no pusieron un McAuto en la playa, pero sí están apoyando con refrigerios a los equipos que se fajan en los patrullajes nocturnos. Es esa clase de unión la que demuestra que, cuando se quiere, se puede.
Lo mejor de todo es que no es un club exclusivo. Las liberaciones están abiertas al público, de 2 a 3 veces por semana. Es una oportunidad increíble no solo para ver algo hermoso, sino para entender de primera mano por qué el "Pura Vida" es más que una frase en una camiseta para turistas. Es esto. Es ver a una comunidad, a empresas y al Estado trabajando juntos por algo que nos beneficia a todos. En medio de tanto ruido y caos, estas 8.000 tortuguitas nadando hacia el futuro son un recordatorio potente de lo que realmente importa.
Así que la próxima vez que estemos ahogados en noticias de corrupción o ineficiencia, acordémonos de que en Moín hay gente haciendo la diferencia. Pero esto me deja pensando... Más allá de aplaudir, ¿qué otras iniciativas así conocen que de verdad merecen más bola? ¿O será que estas historias son solo gotas de agua dulce en un mar de malas decisiones y burocracia?