¡Ay, Dios mío, qué torta! China entera prácticamente en alerta máxima por este supertifón Ragasa. Dicen que es la tormenta más potente del año y vaya si lo parece. Casi dos millones de personas tuvieron que dejar sus casas, dejando atrás sus cosas y buscando refugio porque el viento estaba soplando más fuerte que mi abuela regañándome.
La cosa está feísima por ahí en el sur de China, con vientos que rebasan los 240 kilómetros por hora. Las escuelas cerradas, los negocios echados abajo... ¡Un brete! Tenían previsto que tocara tierra entre Yangjiang y Zhanjiang, y bueno, por lo que dicen los meteorólogos, la onda gigante iba a ser peor que un aguacero en diciembre.
Imagínate la escena: olas monstruosas azotando los paseos marítimos, techos volando como si fueran hojas secas y árboles arrancándose de raíz. Hong Kong y Macao también sufrieron bastante, con calles inundadas y hasta apagones en algunas zonas. Ya nadie se atrevía a salir a la calle, pura desesperación. Cancelaeron vuelos, pa'lante, que era mejor prevenir que lamentar después.
Y ni hablar de los rescatistas, esos cracks que arriesgan sus vidas para sacar a la gente de las zonas inundadas. Con lanchas neumáticas iban recorriendo las calles, buscando a los que estaban varados. Una verdadera hazaña, con tanta agua revoloteando. Lo único que quiero decir es que se necesita mucha valentía para hacer eso, pero bueno, esos señores sí que saben cómo ayudar a la gente.
Pero la cosa no acabó ahí, chunches. Antes de llegar a China, Ragasa causó tremendo desastre en Taiwán y Filipinas. En Taiwán, una laguna se desbordó y tumbó un puente, dejando un saldo tristísimo de quince muertos y diecisiete desaparecidos. ¡Qué sal! Una tragedia horrible que deja a todos con la boca abierta. Por lo que contaban en las noticias, los equipos de emergencia anduvieron buscando durante horas, pero bueno, la naturaleza es implacable a veces.
En Filipinas, la Guardia Costera confirmó que hubo diez fallecidos, incluyendo siete pescadores cuyo barco se hundió. Cinco siguen desaparecidos, así que la esperanza se va menguando día a día. Uno se pone a pensar en esas familias esperando noticias, agarrados a la última oportunidad… No hay palabras para describir el dolor que sienten.
Ahora los expertos están diciendo que esto es señal del cambio climático, que los tifones están cada vez más fuertes y frecuentes. Dicen que deberíamos empezar a tomar cartas en el asunto, pues no sabemos cuándo nos tocará a nosotros sufrir una catástrofe así por acá. Ya hemos visto cómo cambian las estaciones, cómo el clima se vuelve más impredecible... Una preocupación seria para todos nosotros, diay.
Con todo este panorama, me pregunto, ¿cree usted que estamos preparados como país para enfrentar un evento de esta magnitud? ¿Deberíamos invertir más en sistemas de alerta temprana y planes de evacuación, o acaso confiamos demasiado en la suerte? Déjenme saber su opinión en el foro, necesito escuchar sus ideas sobre cómo proteger nuestra querida Costa Rica ante estos desafíos climáticos que se avecinan…”,
La cosa está feísima por ahí en el sur de China, con vientos que rebasan los 240 kilómetros por hora. Las escuelas cerradas, los negocios echados abajo... ¡Un brete! Tenían previsto que tocara tierra entre Yangjiang y Zhanjiang, y bueno, por lo que dicen los meteorólogos, la onda gigante iba a ser peor que un aguacero en diciembre.
Imagínate la escena: olas monstruosas azotando los paseos marítimos, techos volando como si fueran hojas secas y árboles arrancándose de raíz. Hong Kong y Macao también sufrieron bastante, con calles inundadas y hasta apagones en algunas zonas. Ya nadie se atrevía a salir a la calle, pura desesperación. Cancelaeron vuelos, pa'lante, que era mejor prevenir que lamentar después.
Y ni hablar de los rescatistas, esos cracks que arriesgan sus vidas para sacar a la gente de las zonas inundadas. Con lanchas neumáticas iban recorriendo las calles, buscando a los que estaban varados. Una verdadera hazaña, con tanta agua revoloteando. Lo único que quiero decir es que se necesita mucha valentía para hacer eso, pero bueno, esos señores sí que saben cómo ayudar a la gente.
Pero la cosa no acabó ahí, chunches. Antes de llegar a China, Ragasa causó tremendo desastre en Taiwán y Filipinas. En Taiwán, una laguna se desbordó y tumbó un puente, dejando un saldo tristísimo de quince muertos y diecisiete desaparecidos. ¡Qué sal! Una tragedia horrible que deja a todos con la boca abierta. Por lo que contaban en las noticias, los equipos de emergencia anduvieron buscando durante horas, pero bueno, la naturaleza es implacable a veces.
En Filipinas, la Guardia Costera confirmó que hubo diez fallecidos, incluyendo siete pescadores cuyo barco se hundió. Cinco siguen desaparecidos, así que la esperanza se va menguando día a día. Uno se pone a pensar en esas familias esperando noticias, agarrados a la última oportunidad… No hay palabras para describir el dolor que sienten.
Ahora los expertos están diciendo que esto es señal del cambio climático, que los tifones están cada vez más fuertes y frecuentes. Dicen que deberíamos empezar a tomar cartas en el asunto, pues no sabemos cuándo nos tocará a nosotros sufrir una catástrofe así por acá. Ya hemos visto cómo cambian las estaciones, cómo el clima se vuelve más impredecible... Una preocupación seria para todos nosotros, diay.
Con todo este panorama, me pregunto, ¿cree usted que estamos preparados como país para enfrentar un evento de esta magnitud? ¿Deberíamos invertir más en sistemas de alerta temprana y planes de evacuación, o acaso confiamos demasiado en la suerte? Déjenme saber su opinión en el foro, necesito escuchar sus ideas sobre cómo proteger nuestra querida Costa Rica ante estos desafíos climáticos que se avecinan…”,
