Maes, agárrense. La política tica a veces parece un almuerzo familiar de domingo, y el Partido Progreso Social Democrático (PPSD) acaba de servir el plato fuerte. Resulta y acontece que este fin de semana ratificaron a Luis Arturo Chavarría como el candidato número uno a diputado por San José. ¿Y quién es Chavarría? Pues nada más y nada menos que el esposo, desde hace 25 años, de la ahora candidata presidencial de ese mismo partido, Luz Mary Alpízar. Y claro, como era de esperarse, la palabra "nepotismo" empezó a sonar más que una marimba en fiestas de Palmares, y la vara se puso color de hormiga.
Chavarría, por su parte, salió a defender su brete. El mae no es ningún improvisado, hay que decirlo: es ingeniero industrial, tiene dos maestrías, ha sido consultor para la Comunidad Económica Europea y da clases de postgrado en la UCR y el ICAP. ¡Qué nivel de currículum! Pero vamos a la carnita, a la parte que nos pone a todos a sacar la calculadora. El reglamento del partido pedía la módica suma de 15 melones para la inscripción. Sin embargo, por ser uno de los maes fundadores del partido allá en 2018, le hicieron un "pequeño" descuento del 90%. Al final, su postulación, la única que se presentó para ese puesto, le costó 700 rojitos. Una ganga, ¿no? Mientras que al resto de mortales, según explicó, les hicieron un descuento general del 35%. ¡Qué sal para los que no estaban en el acta constitutiva!
Cuando le tiran la pregunta del millón sobre si esto es o no nepotismo, Chavarría saca el manual y dice que "en lo absoluto no". Su argumento es técnico: el nepotismo, según él, es cuando alguien usa su puesto para favorecer a un familiar. Y en este caso, asegura que Luz Mary no metió la mano, sino que fueron los delegados de la Asamblea Nacional los que lo eligieron. Una defensa, digamos, precisa. El famoso "no fui yo, fue Teté". El asunto es que para el resto del país, ver a la candidata presidencial y a su esposo como candidato a diputado por la provincia más importante, todo cocinado en la misma asamblea, huele a una torta política que se siente desde lejos. Es una de esas situaciones que, aunque legalmente se puedan defender, estéticamente son un desastre.
Y aquí la vara se pone todavía más... ¿íntima? Chavarría defiende que el PPSD es casi un proyecto familiar. "Cuando fundamos el partido, fue una decisión de familia", afirmó. Además, asegura que no son la única pareja dentro de la estructura. ¿Ven? No es un puesto a dedo, es un proyecto de vida en pareja. ¿Quién no ha discutido el futuro del país con su pareja mientras lava los platos? El candidato hasta se quejó de que en el pasado, cuando lo nombraron secretario general, le decían "el esposillo de Luz Mary", ignorando que los procesos internos se basan en la competencia. El problema es que, desde afuera, la percepción es otra y es difícil no arquear una ceja ante tanta coincidencia familiar.
Para terminar de amarrar este arroz con mango, no podemos olvidar el contexto. El PPSD es el partido que llevó a Rodrigo Chaves al poder, pero ahora el Presidente y su fracción legislativa son los enemigos número uno de Luz Mary Alpízar. La misma campaña que los unió es hoy objeto de investigaciones por parte del TSE y la Fiscalía por presunto financiamiento ilícito. Así que, mientras el partido intenta proyectar una nueva imagen con Alpízar a la cabeza, esta jugada familiar les estalla en la cara y alimenta la narrativa de que la política sigue siendo un club de amigos... y de familias. Un despiche que no ayuda a generar confianza.
Diay, maes, aquí es donde se pone bueno el foro. ¿Ustedes qué dicen? ¿Es esto una jugada legítima de alguien que cumple los requisitos y se la juega, o es un caso de "todo queda en familia" que le resta credibilidad a un partido ya golpeado? ¿Pesa más el currículum o el apellido (de casad@)? Los leo.
Chavarría, por su parte, salió a defender su brete. El mae no es ningún improvisado, hay que decirlo: es ingeniero industrial, tiene dos maestrías, ha sido consultor para la Comunidad Económica Europea y da clases de postgrado en la UCR y el ICAP. ¡Qué nivel de currículum! Pero vamos a la carnita, a la parte que nos pone a todos a sacar la calculadora. El reglamento del partido pedía la módica suma de 15 melones para la inscripción. Sin embargo, por ser uno de los maes fundadores del partido allá en 2018, le hicieron un "pequeño" descuento del 90%. Al final, su postulación, la única que se presentó para ese puesto, le costó 700 rojitos. Una ganga, ¿no? Mientras que al resto de mortales, según explicó, les hicieron un descuento general del 35%. ¡Qué sal para los que no estaban en el acta constitutiva!
Cuando le tiran la pregunta del millón sobre si esto es o no nepotismo, Chavarría saca el manual y dice que "en lo absoluto no". Su argumento es técnico: el nepotismo, según él, es cuando alguien usa su puesto para favorecer a un familiar. Y en este caso, asegura que Luz Mary no metió la mano, sino que fueron los delegados de la Asamblea Nacional los que lo eligieron. Una defensa, digamos, precisa. El famoso "no fui yo, fue Teté". El asunto es que para el resto del país, ver a la candidata presidencial y a su esposo como candidato a diputado por la provincia más importante, todo cocinado en la misma asamblea, huele a una torta política que se siente desde lejos. Es una de esas situaciones que, aunque legalmente se puedan defender, estéticamente son un desastre.
Y aquí la vara se pone todavía más... ¿íntima? Chavarría defiende que el PPSD es casi un proyecto familiar. "Cuando fundamos el partido, fue una decisión de familia", afirmó. Además, asegura que no son la única pareja dentro de la estructura. ¿Ven? No es un puesto a dedo, es un proyecto de vida en pareja. ¿Quién no ha discutido el futuro del país con su pareja mientras lava los platos? El candidato hasta se quejó de que en el pasado, cuando lo nombraron secretario general, le decían "el esposillo de Luz Mary", ignorando que los procesos internos se basan en la competencia. El problema es que, desde afuera, la percepción es otra y es difícil no arquear una ceja ante tanta coincidencia familiar.
Para terminar de amarrar este arroz con mango, no podemos olvidar el contexto. El PPSD es el partido que llevó a Rodrigo Chaves al poder, pero ahora el Presidente y su fracción legislativa son los enemigos número uno de Luz Mary Alpízar. La misma campaña que los unió es hoy objeto de investigaciones por parte del TSE y la Fiscalía por presunto financiamiento ilícito. Así que, mientras el partido intenta proyectar una nueva imagen con Alpízar a la cabeza, esta jugada familiar les estalla en la cara y alimenta la narrativa de que la política sigue siendo un club de amigos... y de familias. Un despiche que no ayuda a generar confianza.
Diay, maes, aquí es donde se pone bueno el foro. ¿Ustedes qué dicen? ¿Es esto una jugada legítima de alguien que cumple los requisitos y se la juega, o es un caso de "todo queda en familia" que le resta credibilidad a un partido ya golpeado? ¿Pesa más el currículum o el apellido (de casad@)? Los leo.