El sábado prometía ser un día bien a cachete, uno de esos días que empiezan con sabor a gallo pinto y se suponía que iban a terminar con un buche bien pegado en la Catarata la Leona, en Liberia, Guanacaste. Pero la vara se puso salada y la cosa se convirtió en una de esas historias que uno prefieren no contar. Una de las sobrevivientes nos relató lo que vivió, mientras la corriente se llevaba todo a su paso y se cobraba tres vidas.
La señora, que prefirió no dar su nombre, nos platicó todo en detalle:
“Llegamos tempranito, como a las 9:30 de la mañana. Un mae nos atendió y pagamos por Sinpe. El guía nos preguntó si queríamos usar chaleco y nosotros le preguntamos si la poza era profunda. Todos sabemos nadar, así que no vimos necesidad de tanto chaleco”.
El recorrido, al principio, iba de lo más bien. Pero la catarata, que está bien metidita en un cañón, tenía un flujo de agua más fuerte de lo normal. Nadie se dio cuenta hasta que revisaron las fotos después. La señora comentó que había preguntado por el riesgo de “cabeza de agua” y el guía le dijo que nunca había tenido problemas con clientes. “Esa fue nuestra primera alerta, diay".
El pánico comenzó cuando su hija, de 25 años, empezó a gritar. Todo fue caos: la gente la golpeaba, la agarraban de la ropa, ella tratando de respirar y agarrarse de cualquier cosa para no salir volada. La corriente se llevó todo a su paso. Entre los que no corrieron con tanta suerte están Karen Herrera Jiménez, de 31 años, y dos hombres más.
Entre los rescatados, estaban un guía y un hombre que se agarró de un árbol. La sobreviviente destacó la valentía del guía, quien nunca los dejó solos y los acompañó durante toda la emergencia. Además, la empresa del tour cubrió los gastos médicos y les devolvió el dinero del paseo. “Hasta la fecha, uno no puede dejar de pensar en la muchacha. Era tan jovencita”, comentó, recordando con dolor a Karen Herrera.
La sobreviviente contó que su yerno fue llevado a un hospital privado y que la empresa del tour cubrió los gastos y les devolvió el dinero del paseo. “Cada vez que uno cierra los ojos es como pasar una película… No he podido dejar de pensar en la muchacha, era tan jovencita”, expresó, recordando con dolor a Karen Herrera.
Finalmente, queremos saber, compas, ¿creen que hay suficiente seguridad en estos lugares de aventura? ¿Les ha pasado alguna cosa parecida? ¡Comenten y compartan su experiencia!
La señora, que prefirió no dar su nombre, nos platicó todo en detalle:
“Llegamos tempranito, como a las 9:30 de la mañana. Un mae nos atendió y pagamos por Sinpe. El guía nos preguntó si queríamos usar chaleco y nosotros le preguntamos si la poza era profunda. Todos sabemos nadar, así que no vimos necesidad de tanto chaleco”.
El recorrido, al principio, iba de lo más bien. Pero la catarata, que está bien metidita en un cañón, tenía un flujo de agua más fuerte de lo normal. Nadie se dio cuenta hasta que revisaron las fotos después. La señora comentó que había preguntado por el riesgo de “cabeza de agua” y el guía le dijo que nunca había tenido problemas con clientes. “Esa fue nuestra primera alerta, diay".
El pánico comenzó cuando su hija, de 25 años, empezó a gritar. Todo fue caos: la gente la golpeaba, la agarraban de la ropa, ella tratando de respirar y agarrarse de cualquier cosa para no salir volada. La corriente se llevó todo a su paso. Entre los que no corrieron con tanta suerte están Karen Herrera Jiménez, de 31 años, y dos hombres más.
Entre los rescatados, estaban un guía y un hombre que se agarró de un árbol. La sobreviviente destacó la valentía del guía, quien nunca los dejó solos y los acompañó durante toda la emergencia. Además, la empresa del tour cubrió los gastos médicos y les devolvió el dinero del paseo. “Hasta la fecha, uno no puede dejar de pensar en la muchacha. Era tan jovencita”, comentó, recordando con dolor a Karen Herrera.
La sobreviviente contó que su yerno fue llevado a un hospital privado y que la empresa del tour cubrió los gastos y les devolvió el dinero del paseo. “Cada vez que uno cierra los ojos es como pasar una película… No he podido dejar de pensar en la muchacha, era tan jovencita”, expresó, recordando con dolor a Karen Herrera.
Finalmente, queremos saber, compas, ¿creen que hay suficiente seguridad en estos lugares de aventura? ¿Les ha pasado alguna cosa parecida? ¡Comenten y compartan su experiencia!