Maes, pongan atención porque esta vara se las trae. Mientras medio mundo celebra que por fin cayó Ismael "El Mayo" Zambada, el tata de los tatas del Cartel de Sinaloa, aquí en Costa Rica deberíamos estar más preocupados que contentos. Diay, es que la noticia suena tuanis, ¿verdad? Cae un capo legendario, uno de los que movía los hilos del narcotráfico por 50 años. Uno pensaría que es un golazo para los buenos. Pero la realidad es que cuando una cabeza de ese nivel rueda, el despiche que se arma abajo nos puede salpicar, y feo.
Y para que la película se ponga más de terror, la conexión con Tiquicia no es un cuento chino. El nombre de Costa Rica no sale por casualidad en los informes de la DEA. Resulta que en el mismo chante, en la mismísima corte de Texas donde "El Mayo" tenía un expediente más largo que un día sin pan, es donde están pidiendo a nuestro exmagistrado Celso Gamboa. ¡Qué torta! No estamos hablando de un simple contacto o un favorcillo; la DEA lo señala como "representante regional del Cartel de Sinaloa". O sea, el mae que, en apariencia, manejaba parte del brete aquí. Y no está solo: lo piden junto a otros compas conocidos por sus alias, "Pecho de Rata" y "El Profe". Esto demuestra que la estructura no era un par de lanchas perdidas, sino una operación con tentáculos bien metidos en el país.
Pero el verdadero problema, la bronca que se nos viene, es la guerra por la silla del rey. Con "El Chapo" guardado y ahora "El Mayo" fuera de juego, el Cartel de Sinaloa es un trono vacío con dos grupos de herederos listos para matarse por él. Por un lado, está el hijo de Zambada, "Mayito Flaco". Por el otro, los famosos "Chapitos", los hijos de Guzmán. Estos maes no se andan con rodeos y ya tienen una guerra interna que, según la DEA, ha dejado miles de muertos y secuestrados en México. El problema es que el patio de juegos de estos maes... somos nosotros. Costa Rica y Honduras siguen siendo sus centros de operaciones logísticas para mover cocaína y lavar plata. ¿Ustedes creen que esa guerra se va a quedar solo allá? ¡Qué va!
Expertos como Mike Virgil, un ex-pez gordo de la DEA, lo dejaron clarísimo: la violencia es casi una consecuencia inevitable. Los Chapitos, que son más agresivos, quieren controlar todo el negocio, desde la hoja de coca en Suramérica hasta la venta de fentanilo en las calles de Estados Unidos. Y para eso, necesitan asegurarse el control de sus rutas. ¿Y cuál es una de las rutas clave? Adivinaron. Virgil lo dijo sin pelos en la lengua: "Están muy metidos en Ecuador y Costa Rica por el tema de traslado". Cuando los capos se pelean por una ruta, esa ruta se llena de sangre, corrupción y miedo. Ya estamos hasta el cuello con una crisis de homicidios, ¿se imaginan si a eso le sumamos una guerra de carteles por control territorial?
Al final, la vara es que la caída de un capo no es como en las series de Netflix, donde sale el héroe y se acaban los problemas. En la vida real, es como patear un hormiguero gigante. Se desata un caos que nadie puede predecir y que casi siempre golpea a los más vulnerables. Estamos salados porque, por nuestra ubicación y por las redes de corrupción que ya existen, somos un punto estratégico para estos grupos. La fiesta de los gringos por la condena del Mayo podría ser el inicio de una resaca brutal para nosotros.
Diay, maes, ahora les pregunto a ustedes en el foro: ¿Creen que el Gobierno está realmente preparado para la bronca que podría venirse con esta guerra interna del Cartel de Sinaloa? ¿O estamos viendo para otro lado mientras se nos mete el agua?
Y para que la película se ponga más de terror, la conexión con Tiquicia no es un cuento chino. El nombre de Costa Rica no sale por casualidad en los informes de la DEA. Resulta que en el mismo chante, en la mismísima corte de Texas donde "El Mayo" tenía un expediente más largo que un día sin pan, es donde están pidiendo a nuestro exmagistrado Celso Gamboa. ¡Qué torta! No estamos hablando de un simple contacto o un favorcillo; la DEA lo señala como "representante regional del Cartel de Sinaloa". O sea, el mae que, en apariencia, manejaba parte del brete aquí. Y no está solo: lo piden junto a otros compas conocidos por sus alias, "Pecho de Rata" y "El Profe". Esto demuestra que la estructura no era un par de lanchas perdidas, sino una operación con tentáculos bien metidos en el país.
Pero el verdadero problema, la bronca que se nos viene, es la guerra por la silla del rey. Con "El Chapo" guardado y ahora "El Mayo" fuera de juego, el Cartel de Sinaloa es un trono vacío con dos grupos de herederos listos para matarse por él. Por un lado, está el hijo de Zambada, "Mayito Flaco". Por el otro, los famosos "Chapitos", los hijos de Guzmán. Estos maes no se andan con rodeos y ya tienen una guerra interna que, según la DEA, ha dejado miles de muertos y secuestrados en México. El problema es que el patio de juegos de estos maes... somos nosotros. Costa Rica y Honduras siguen siendo sus centros de operaciones logísticas para mover cocaína y lavar plata. ¿Ustedes creen que esa guerra se va a quedar solo allá? ¡Qué va!
Expertos como Mike Virgil, un ex-pez gordo de la DEA, lo dejaron clarísimo: la violencia es casi una consecuencia inevitable. Los Chapitos, que son más agresivos, quieren controlar todo el negocio, desde la hoja de coca en Suramérica hasta la venta de fentanilo en las calles de Estados Unidos. Y para eso, necesitan asegurarse el control de sus rutas. ¿Y cuál es una de las rutas clave? Adivinaron. Virgil lo dijo sin pelos en la lengua: "Están muy metidos en Ecuador y Costa Rica por el tema de traslado". Cuando los capos se pelean por una ruta, esa ruta se llena de sangre, corrupción y miedo. Ya estamos hasta el cuello con una crisis de homicidios, ¿se imaginan si a eso le sumamos una guerra de carteles por control territorial?
Al final, la vara es que la caída de un capo no es como en las series de Netflix, donde sale el héroe y se acaban los problemas. En la vida real, es como patear un hormiguero gigante. Se desata un caos que nadie puede predecir y que casi siempre golpea a los más vulnerables. Estamos salados porque, por nuestra ubicación y por las redes de corrupción que ya existen, somos un punto estratégico para estos grupos. La fiesta de los gringos por la condena del Mayo podría ser el inicio de una resaca brutal para nosotros.
Diay, maes, ahora les pregunto a ustedes en el foro: ¿Creen que el Gobierno está realmente preparado para la bronca que podría venirse con esta guerra interna del Cartel de Sinaloa? ¿O estamos viendo para otro lado mientras se nos mete el agua?
