Entre ayer y hoy he leído en el foro, quizá en un par de post, cierta frase que hace referencia a un CUSTOMER SERVICE, con cierto tono de menosprecio quizá, que revela una intención de "bajar de nivel". Puede que no se haya escrito con ese tono, voy a dar el beneficio de la duda, sin embargo así lo entendí yo. Y como dice mi jefe: "la comunicación es lo que entendió el receptor."
Una de mis características, es que suelo quedarme analizando algo que puede ser un detalle a simple vista, y termino encontrando asomos de la realidad, como si ese detalle fuese una pequeña ventana. Este comentario que les digo me hizo analizar cuál es precisamente nuestra actitud hacia esas miles de personas que se desempeñan en las áreas de servicio al cliente, muchas veces desde un escritorio, una ventanilla, un teléfono, o en la puerta de casa.
Quisiera, por esta vez, que no enfoquemos el problema de "mal servicio" porque es lo más fácil que podemos hacer. Analicemos el problema desde la actitud que solemos tener como clientes, como consumidores, hacia esas personas que nos atienden. Quiénes son ellos para nosotros? Efectivamente, alguien que nos va a atender, que tiene que cumplir con un trabajo, que nos va a resolver un problema. Pero además, parece que a veces los vemos como el último eslabón de la cadena, la parte débil del hilo, un simple "customer service" no es un gerente, no es un dueño, un empleado más, como de tercera categoría.
No nos engañemos ni nos escudemos, esa suele ser nuestra actitud en el corto esquema mental que tenemos como sociedad. Estrechas, muy estrechas fronteras mentales que tan a menudo ponemos. Nada se logra, parece, ampliando fronteras territoriales cuando nuestra mente sigue siendo tan cuadrada.
Desde mi óptica, muchas veces es más importante en una organización el famoso escuadrón de servicio al cliente que el mismo gerente. Ellos son quienes por lo general se llevan las madreadas, las gritadas de sus mal educados clientes. Muchos de ellos son quienes en realidad resuelven problemas y a veces hasta caprichos de los usuarios. Al fin de cuentas, ellos en gran parte hacen caminar a las empresas.
Que hay excepciones? POr supuesto que las hay. Por supuesto que hay personas que no tienen aptitud para trabajar con clientes.
Pero pensando en aquellos que sí saben hacerlo, y precisamente porque es difícil, porque nada resulta a veces más complicado que atender "x" cantidad diaria de usuarios, tan distintos uno del otro, deberíamos tener un poco más de respeto a la hora de referirnos a este profesional.
Una de mis características, es que suelo quedarme analizando algo que puede ser un detalle a simple vista, y termino encontrando asomos de la realidad, como si ese detalle fuese una pequeña ventana. Este comentario que les digo me hizo analizar cuál es precisamente nuestra actitud hacia esas miles de personas que se desempeñan en las áreas de servicio al cliente, muchas veces desde un escritorio, una ventanilla, un teléfono, o en la puerta de casa.
Quisiera, por esta vez, que no enfoquemos el problema de "mal servicio" porque es lo más fácil que podemos hacer. Analicemos el problema desde la actitud que solemos tener como clientes, como consumidores, hacia esas personas que nos atienden. Quiénes son ellos para nosotros? Efectivamente, alguien que nos va a atender, que tiene que cumplir con un trabajo, que nos va a resolver un problema. Pero además, parece que a veces los vemos como el último eslabón de la cadena, la parte débil del hilo, un simple "customer service" no es un gerente, no es un dueño, un empleado más, como de tercera categoría.
No nos engañemos ni nos escudemos, esa suele ser nuestra actitud en el corto esquema mental que tenemos como sociedad. Estrechas, muy estrechas fronteras mentales que tan a menudo ponemos. Nada se logra, parece, ampliando fronteras territoriales cuando nuestra mente sigue siendo tan cuadrada.
Desde mi óptica, muchas veces es más importante en una organización el famoso escuadrón de servicio al cliente que el mismo gerente. Ellos son quienes por lo general se llevan las madreadas, las gritadas de sus mal educados clientes. Muchos de ellos son quienes en realidad resuelven problemas y a veces hasta caprichos de los usuarios. Al fin de cuentas, ellos en gran parte hacen caminar a las empresas.
Que hay excepciones? POr supuesto que las hay. Por supuesto que hay personas que no tienen aptitud para trabajar con clientes.
Pero pensando en aquellos que sí saben hacerlo, y precisamente porque es difícil, porque nada resulta a veces más complicado que atender "x" cantidad diaria de usuarios, tan distintos uno del otro, deberíamos tener un poco más de respeto a la hora de referirnos a este profesional.