Maes, agarrense porque la vara está color de hormiga. Uno aquí, haciendo maromas para llegar a fin de mes, pagando impuestos y el seguro de la Caja como si no hubiera un mañana, para enterarse de cada despiche que se arma en el Gobierno. La última joyita viene directo de la Contraloría General de la República (CGR), y vieras que no es cualquier chisme de pasillo: resulta que Hacienda y la Caja tienen un pleito de números que es para sentarse a llorar… o a reír, de lo absurdo que suena.
Diay, la cosa es así: usted le pregunta a la Caja cuánta plata le debe el Estado, y le tiran un número que marea: más de 4 billones de colones (sí, con 'b' de '¡barbaridad!'). Pero luego va donde el Ministerio de Hacienda y les pregunta lo mismo, y le salen con que 'no, no, son como 960 mil millones'. ¡Un momento! ¿Cómo que 'como'? La diferencia es de más de TRES BILLONES de colones. Para que se hagan una idea, es como si usted le debiera a un compa 100 rojos y usted jura y perjura que solo le debe 29. A ese nivel de desfase estamos llegando. La misma Contraloría lo dice clarito: ¡qué torta! Esta situación compromete toda la fiabilidad de las cuentas del Estado.
Y si creían que ahí terminaba el enredo, ¡para nada! El despiche se extiende. La auditoría también se metió con el Fodesaf (el fondo de las ayudas sociales), y adivinen qué: ¡otro baile de números! Fodesaf dice que Hacienda le debe casi 2 billones de colones, pero Hacienda solo reconoce la mitad. O sea, hay otro billón de colones bailando en el aire que nadie sabe dónde está registrado. Ya con esto, uno empieza a pensar que en Hacienda usan un ábaco o tiran los dados para sacar las cuentas. No es de extrañar que la Contraloría le pusiera una nota roja a los estados financieros del Gobierno, diciendo que son 'poco confiables'. En buen tico: que esos papeles no sirven ni para envolver el aguacate.
La auditoría es como esa serie de Netflix que cada capítulo se pone peor. Resulta que el desorden no es solo con la plata que se debe, sino también con los chunches que tiene el Estado. ¿Pueden creer que faltan por registrar más de 3,500 terrenos de escuelas y colegios? ¡Miles de terrenos! Y como si fuera poco, hay al menos 23 carreteras que, para efectos contables, simplemente no existen. Flotando en el limbo burocrático. Y para la cereza del pastel, hay casi un billón de colones en valor de carreteras de la Red Vial Nacional que no se actualiza desde el 2015. O sea, estamos manejando las finanzas del país con un mapa de hace casi una década. ¡Qué sal! Así, ¿cómo vamos a salir adelante?
Al final del día, mae, esta vara va más allá de un simple error contable. Es un tema de confianza. ¿Cómo podemos confiar en la gestión del Gobierno si ni siquiera pueden ponerse de acuerdo en cuánta plata deben o qué chunches tienen? Esto no es un redondeo en el vuelto del chino, es una diferencia de billones que afecta directamente a la Caja, a las ayudas sociales y, al final, a todos nosotros. La verdad, el panorama es para preocuparse. ¿Ustedes qué opinan? ¿Es pura incompetencia, un despiche administrativo monumental, o hay algo más turbio detrás de todo este enredo de números?
Diay, la cosa es así: usted le pregunta a la Caja cuánta plata le debe el Estado, y le tiran un número que marea: más de 4 billones de colones (sí, con 'b' de '¡barbaridad!'). Pero luego va donde el Ministerio de Hacienda y les pregunta lo mismo, y le salen con que 'no, no, son como 960 mil millones'. ¡Un momento! ¿Cómo que 'como'? La diferencia es de más de TRES BILLONES de colones. Para que se hagan una idea, es como si usted le debiera a un compa 100 rojos y usted jura y perjura que solo le debe 29. A ese nivel de desfase estamos llegando. La misma Contraloría lo dice clarito: ¡qué torta! Esta situación compromete toda la fiabilidad de las cuentas del Estado.
Y si creían que ahí terminaba el enredo, ¡para nada! El despiche se extiende. La auditoría también se metió con el Fodesaf (el fondo de las ayudas sociales), y adivinen qué: ¡otro baile de números! Fodesaf dice que Hacienda le debe casi 2 billones de colones, pero Hacienda solo reconoce la mitad. O sea, hay otro billón de colones bailando en el aire que nadie sabe dónde está registrado. Ya con esto, uno empieza a pensar que en Hacienda usan un ábaco o tiran los dados para sacar las cuentas. No es de extrañar que la Contraloría le pusiera una nota roja a los estados financieros del Gobierno, diciendo que son 'poco confiables'. En buen tico: que esos papeles no sirven ni para envolver el aguacate.
La auditoría es como esa serie de Netflix que cada capítulo se pone peor. Resulta que el desorden no es solo con la plata que se debe, sino también con los chunches que tiene el Estado. ¿Pueden creer que faltan por registrar más de 3,500 terrenos de escuelas y colegios? ¡Miles de terrenos! Y como si fuera poco, hay al menos 23 carreteras que, para efectos contables, simplemente no existen. Flotando en el limbo burocrático. Y para la cereza del pastel, hay casi un billón de colones en valor de carreteras de la Red Vial Nacional que no se actualiza desde el 2015. O sea, estamos manejando las finanzas del país con un mapa de hace casi una década. ¡Qué sal! Así, ¿cómo vamos a salir adelante?
Al final del día, mae, esta vara va más allá de un simple error contable. Es un tema de confianza. ¿Cómo podemos confiar en la gestión del Gobierno si ni siquiera pueden ponerse de acuerdo en cuánta plata deben o qué chunches tienen? Esto no es un redondeo en el vuelto del chino, es una diferencia de billones que afecta directamente a la Caja, a las ayudas sociales y, al final, a todos nosotros. La verdad, el panorama es para preocuparse. ¿Ustedes qué opinan? ¿Es pura incompetencia, un despiche administrativo monumental, o hay algo más turbio detrás de todo este enredo de números?