¡Aguante, mi gente! Parece que nuestros primos panameños andan con toda la máquina, sacándose pecho con unas exportaciones que ni pintadas. Según el gobierno de Panamá, el primer semestre de este año ha sido el mejor en los últimos quince años, y eso que estamos apenas a mitad de camino. Uno se queda pensando, ¿qué les pasa a estos vecinos que siempre parecen tener el viento a favor?
Según datos oficiales del Ministerio de Comercio e Industrias (Mici), Panamá movió unos $595,5 millones entre enero y julio de 2025. Eso sí es chambear, pura vida. Con un buen crecido del 6%, superando los $561,7 millones que movieron en el mismo periodo del año anterior. ¡Qué carga!, esto da pa' celebrar con un coco frío.
Pero espérense, que hay más. Si le sumamos las exportaciones de valor agregado, esas que salen de las zonas francas y regímenes especiales – donde ellos sí saben cómo mover billetes–, el número se infla hasta los $770,6 millones. ¡Un escándalo! Esto significa que están dejando atrás la etapa de economía en pañales y se preparan para darle pelea a cualquiera. Nos toca estudiar bien sus cartas, porque parece que se nos vienen encima.
Y hablando de estrategias, el ministro de Comercio, Julio Moltó, anda contento como chancha en huaico. Dice que esta evolución continua es gracias a la diversificación de productos, la búsqueda de nuevos mercados y el fortalecimiento de esos sectores que no eran tan populares antes. Un verdadero mene, apostando a lo diferente para llevarse la tajada grande.
Si revisamos los números, los camarones congelados lideran la lista, representando el 11,4% de las exportaciones. Imaginen la pesca que deben estar teniendo por allá. Les siguen los bananos, aunque ya no tanto como antes –recuerden el lío con Chiquita, un brete para ellos–, ahora con un 9,6%. Pero ojo, que Chiquita ya está planeando volver a operar, así que esperemos que no vuelvan a meterle la pata. A estas alturas, ya sabemos que nada es fácil en ese lado del mapa.
Luego viene el aceite de palma, el hierro y acero, el azúcar, la harina de pescado… Una mezcla bastante interesante, ¿no creen? Lo que más llama la atención es que estas diez fracciones arancelarias representan el 54,2% del total. Y en cuanto a quiénes compran estos productos, Estados Unidos sigue siendo el rey, con un 16,1%, seguido por Taiwán y Holanda. ¡Qué cuadro! Parece que a pesar de todo, el mundo sigue necesitando lo que Panamá ofrece.
Ahora bien, si vemos el panorama general, los pescados y crustáceos encabezan la lista con un 20,7%, seguidos por las frutas (14%), las grasas y aceites (9%), y los productos de fundición (6,4%). Costa Rica, por supuesto, figura entre los destinos de exportación, aunque en una posición intermedia. Tenemos que ponernos las pilas y ver cómo mejorar nuestra competitividad, porque esta competencia está cada vez más reñida. De verdad, nos está empezando a dar sal.
Entonces, mi gente, me pregunto: ¿Deberíamos Costa Rica enfocarnos en emular el modelo panameño de diversificación económica y atracción de inversión extranjera, o tenemos fortalezas propias que debemos potenciar? ¿Es hora de replantear nuestras estrategias comerciales o simplemente Panamá tiene mejores condiciones para prosperar? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
Según datos oficiales del Ministerio de Comercio e Industrias (Mici), Panamá movió unos $595,5 millones entre enero y julio de 2025. Eso sí es chambear, pura vida. Con un buen crecido del 6%, superando los $561,7 millones que movieron en el mismo periodo del año anterior. ¡Qué carga!, esto da pa' celebrar con un coco frío.
Pero espérense, que hay más. Si le sumamos las exportaciones de valor agregado, esas que salen de las zonas francas y regímenes especiales – donde ellos sí saben cómo mover billetes–, el número se infla hasta los $770,6 millones. ¡Un escándalo! Esto significa que están dejando atrás la etapa de economía en pañales y se preparan para darle pelea a cualquiera. Nos toca estudiar bien sus cartas, porque parece que se nos vienen encima.
Y hablando de estrategias, el ministro de Comercio, Julio Moltó, anda contento como chancha en huaico. Dice que esta evolución continua es gracias a la diversificación de productos, la búsqueda de nuevos mercados y el fortalecimiento de esos sectores que no eran tan populares antes. Un verdadero mene, apostando a lo diferente para llevarse la tajada grande.
Si revisamos los números, los camarones congelados lideran la lista, representando el 11,4% de las exportaciones. Imaginen la pesca que deben estar teniendo por allá. Les siguen los bananos, aunque ya no tanto como antes –recuerden el lío con Chiquita, un brete para ellos–, ahora con un 9,6%. Pero ojo, que Chiquita ya está planeando volver a operar, así que esperemos que no vuelvan a meterle la pata. A estas alturas, ya sabemos que nada es fácil en ese lado del mapa.
Luego viene el aceite de palma, el hierro y acero, el azúcar, la harina de pescado… Una mezcla bastante interesante, ¿no creen? Lo que más llama la atención es que estas diez fracciones arancelarias representan el 54,2% del total. Y en cuanto a quiénes compran estos productos, Estados Unidos sigue siendo el rey, con un 16,1%, seguido por Taiwán y Holanda. ¡Qué cuadro! Parece que a pesar de todo, el mundo sigue necesitando lo que Panamá ofrece.
Ahora bien, si vemos el panorama general, los pescados y crustáceos encabezan la lista con un 20,7%, seguidos por las frutas (14%), las grasas y aceites (9%), y los productos de fundición (6,4%). Costa Rica, por supuesto, figura entre los destinos de exportación, aunque en una posición intermedia. Tenemos que ponernos las pilas y ver cómo mejorar nuestra competitividad, porque esta competencia está cada vez más reñida. De verdad, nos está empezando a dar sal.
Entonces, mi gente, me pregunto: ¿Deberíamos Costa Rica enfocarnos en emular el modelo panameño de diversificación económica y atracción de inversión extranjera, o tenemos fortalezas propias que debemos potenciar? ¿Es hora de replantear nuestras estrategias comerciales o simplemente Panamá tiene mejores condiciones para prosperar? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
