¡Ay, Dios mío! Parece que el Presidente Rodrigo Chaves se le fue medio encima con la idea de aprovechar las redes oficiales para presumir todos los churreados que ha hecho el gobierno. Pero resulta que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) le tuvo que recordarle, pa’ qué, que eso no va conmigo durante la campaña. ¡Qué torta!
La movida toda gira alrededor del artículo 142 del Código Electoral, que desde el momentico que se anuncia la elección, ponele candado a las instituciones públicas para que no estén ahí echándose crema con sus logros. Esto, clarito, pa' evitar que el partido de hueso use el erario público para hacer campaña disfrazada. La ley es la ley, mae, y aunque algunos digan que Chaves está siendo “silenciado”, la verdad es que simplemente hay reglas que hay que respetar.
Desde Casa Presidencial han soltado veneno, acusando al TSE de quererles poner una “mordaza”. Dicen que quieren seguir inaugurando obras y que el Presidente quiere asistir a esos actos, y bueno, que sí, pueden hacerlo, pero no pueden estar ahí transmitiendo vivo el evento por Tik Tok ni Instagram. Ahí es donde radica el problema, diay. La Presidencia insiste en echarle la culpa al Tribunal, pero los abogados del TSE ya le explicaron mil veces que esto es pan comido: las normas siempre han sido así.
Pa’ aclarar aún más la maraña, el TSE detalló bien las cosas. Pueden construir carreteras, hospitales, escuelas... ¡Lo que quieran! Lo que no pueden hacer es bombardearnos con fotos y videos de cómo están progresando las cosas. Tampoco pueden transmitir conferencias de prensa utilizando sus plataformas oficiales; prefieran invitar a los medios tradicionales a cubrir el evento. Eso sí, pueden dar entrevistas y atender preguntas de la prensa, eso está permitido, porque el acceso a la información es fundamental.
Otro punto importante: las instituciones públicas pueden realizar conferencias de prensa, pero si van a publicarlas en redes sociales, que sean resúmenes, no transmisiones completas. Y olvídate de cadenas nacionales de radio y televisión durante el período electoral. Ese tipo de propaganda pagada directamente con nuestro dinero queda totalmente prohibido. ¡Imagínate el tiradero si eso fuera legal!
Este brete ha levantado mucha polvareda, claro. Algunos dicen que Chaves está tratando de hacer lobby a lo grande, mientras que otros aseguran que el TSE está haciendo bien su trabajo al mantener el juego limpio. La discusión está que arde, y la gente anda comentando que la situación se puso tensa entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, pero bueno, eso es parte del espectáculo democrático, ¿no?
Ahora, hablando de otras varas que están dando tela, el caso del periodista denunciando a un ministro por delitos sexuales sigue generando revuelo. Y luego tenemos el asunto de los diputados que no lograron levantar la inmunidad de Chaves por el caso BCIE-Cariñitos… ¡parece que nunca vamos a salir de este tinglado! Uno se pregunta si alguna vez vamos a ver a nuestros políticos actuando con transparencia y ética.
En fin, parece que el ambiente político está más cargado que nunca. Esta clara definición del TSE sobre el uso de recursos estatales durante las campañas electorales abre un debate interesante: ¿Debería haber regulaciones aún más estrictas para evitar que los gobiernos usen su poder para influir en las elecciones? ¿Crees que el TSE está haciendo lo correcto al imponer estos límites o debería ceder ante la presión de la Presidencia?
La movida toda gira alrededor del artículo 142 del Código Electoral, que desde el momentico que se anuncia la elección, ponele candado a las instituciones públicas para que no estén ahí echándose crema con sus logros. Esto, clarito, pa' evitar que el partido de hueso use el erario público para hacer campaña disfrazada. La ley es la ley, mae, y aunque algunos digan que Chaves está siendo “silenciado”, la verdad es que simplemente hay reglas que hay que respetar.
Desde Casa Presidencial han soltado veneno, acusando al TSE de quererles poner una “mordaza”. Dicen que quieren seguir inaugurando obras y que el Presidente quiere asistir a esos actos, y bueno, que sí, pueden hacerlo, pero no pueden estar ahí transmitiendo vivo el evento por Tik Tok ni Instagram. Ahí es donde radica el problema, diay. La Presidencia insiste en echarle la culpa al Tribunal, pero los abogados del TSE ya le explicaron mil veces que esto es pan comido: las normas siempre han sido así.
Pa’ aclarar aún más la maraña, el TSE detalló bien las cosas. Pueden construir carreteras, hospitales, escuelas... ¡Lo que quieran! Lo que no pueden hacer es bombardearnos con fotos y videos de cómo están progresando las cosas. Tampoco pueden transmitir conferencias de prensa utilizando sus plataformas oficiales; prefieran invitar a los medios tradicionales a cubrir el evento. Eso sí, pueden dar entrevistas y atender preguntas de la prensa, eso está permitido, porque el acceso a la información es fundamental.
Otro punto importante: las instituciones públicas pueden realizar conferencias de prensa, pero si van a publicarlas en redes sociales, que sean resúmenes, no transmisiones completas. Y olvídate de cadenas nacionales de radio y televisión durante el período electoral. Ese tipo de propaganda pagada directamente con nuestro dinero queda totalmente prohibido. ¡Imagínate el tiradero si eso fuera legal!
Este brete ha levantado mucha polvareda, claro. Algunos dicen que Chaves está tratando de hacer lobby a lo grande, mientras que otros aseguran que el TSE está haciendo bien su trabajo al mantener el juego limpio. La discusión está que arde, y la gente anda comentando que la situación se puso tensa entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, pero bueno, eso es parte del espectáculo democrático, ¿no?
Ahora, hablando de otras varas que están dando tela, el caso del periodista denunciando a un ministro por delitos sexuales sigue generando revuelo. Y luego tenemos el asunto de los diputados que no lograron levantar la inmunidad de Chaves por el caso BCIE-Cariñitos… ¡parece que nunca vamos a salir de este tinglado! Uno se pregunta si alguna vez vamos a ver a nuestros políticos actuando con transparencia y ética.
En fin, parece que el ambiente político está más cargado que nunca. Esta clara definición del TSE sobre el uso de recursos estatales durante las campañas electorales abre un debate interesante: ¿Debería haber regulaciones aún más estrictas para evitar que los gobiernos usen su poder para influir en las elecciones? ¿Crees que el TSE está haciendo lo correcto al imponer estos límites o debería ceder ante la presión de la Presidencia?
