Mae, seamos honestos: la vara con el turismo últimamente ha estado para el perro. Venimos escuchando desde hace meses que la gente no está llegando como antes, que los números no dan y que el sector está con el agua al cuello. Por eso, cuando el ICT soltó las cifras de julio, más de uno levantó una ceja. Resulta que, contra todo pronóstico, en julio nos visitaron 242.408 turistas, un 1,3% más que en el mismo mes del año pasado. No es para tirar la casa por la ventana, pero en medio de tanta noticia gris, es una bocanada de aire fresco que se agradece.
Pero bueno, antes de que saquen las birras para celebrar, pongamos los pies en la tierra. Este respiro de julio es bueno, sí, pero no borra el despiche de los primeros meses del 2025. La procesión va por dentro, y los números acumulados lo confirman. Si comparamos de enero a julio de este año con el anterior, todavía estamos abajo por un 2,3%, lo que se traduce en unos 40.000 turistas menos. ¡Cuarenta mil! Veníamos bien salados, con nueve de los últimos once meses en números rojos. Así que este pequeño aumento es como encontrar una moneda en la calle después de haber perdido la billetera: alivia un toque, pero el hueco sigue ahí.
Si nos ponemos a ver de dónde viene la gente, la historia se pone interesante. Nuestros compas los gringos y los canadienses subieron un poquito, lo cual siempre es una buena noticia. Desde Europa, los españoles, franceses y británicos también se apuntaron más a venir. Pero, ¡qué torta con los alemanes! Siendo uno de nuestros mercados más fuertes en el Viejo Continente, se mandaron una caída del 6,6%. Eso duele. Por otro lado, nuestros vecinos los mexicanos también nos visitaron menos, con una baja del 5,1%. Es un rompecabezas: mientras unas puertas se abren un poquito más, otras se nos están cerrando en la cara.
Ahora, hablemos de lo que de verdad importa: la plata. Porque al final del día, los hoteles, los guías, los restaurantes y las soditas viven de eso. Y aquí la cosa no pinta tan bien. Según el Banco Central, en el primer semestre entró un 2,2% menos de platica por turismo que el año pasado. Si a eso le sumamos el dolor de cabeza que ha sido el tipo de cambio del dólar, entendemos por qué el sector empresarial, sobre todo las pymes, anda con una angustia existencial. El ministro de Turismo dice que el pronóstico de cierre de año es "moderado" y "realista", y que con la plata que están metiendo en promoción internacional se puede revertir la tendencia. Ojalá.
Lo cierto es que la fiesta post-pandemia parece estar llegando a su fin a nivel global. El crecimiento del turismo mundial se está enfriando y la competencia por cada dólar de cada viajero es más salvaje que nunca. Ya no alcanza con decir "Pura Vida". El brete del ICT y de todo el sector es ahora más duro, porque hay que convencer a la gente de que, entre mil opciones, Costa Rica sigue siendo la mejor vara. Este pequeño dato positivo de julio es una señal, pero no podemos dormirnos en los laureles. La recuperación no va a llegar sola, hay que salir a buscarla con uñas y dientes.
Diay, maes, ¿ustedes qué piensan? ¿Este repunte de julio es pura suerte, el inicio de algo bueno, o solo un espejismo? ¿Alcanza con la promo del ICT o hay que hacer algo más para que el brete no se nos vaya al traste?
Pero bueno, antes de que saquen las birras para celebrar, pongamos los pies en la tierra. Este respiro de julio es bueno, sí, pero no borra el despiche de los primeros meses del 2025. La procesión va por dentro, y los números acumulados lo confirman. Si comparamos de enero a julio de este año con el anterior, todavía estamos abajo por un 2,3%, lo que se traduce en unos 40.000 turistas menos. ¡Cuarenta mil! Veníamos bien salados, con nueve de los últimos once meses en números rojos. Así que este pequeño aumento es como encontrar una moneda en la calle después de haber perdido la billetera: alivia un toque, pero el hueco sigue ahí.
Si nos ponemos a ver de dónde viene la gente, la historia se pone interesante. Nuestros compas los gringos y los canadienses subieron un poquito, lo cual siempre es una buena noticia. Desde Europa, los españoles, franceses y británicos también se apuntaron más a venir. Pero, ¡qué torta con los alemanes! Siendo uno de nuestros mercados más fuertes en el Viejo Continente, se mandaron una caída del 6,6%. Eso duele. Por otro lado, nuestros vecinos los mexicanos también nos visitaron menos, con una baja del 5,1%. Es un rompecabezas: mientras unas puertas se abren un poquito más, otras se nos están cerrando en la cara.
Ahora, hablemos de lo que de verdad importa: la plata. Porque al final del día, los hoteles, los guías, los restaurantes y las soditas viven de eso. Y aquí la cosa no pinta tan bien. Según el Banco Central, en el primer semestre entró un 2,2% menos de platica por turismo que el año pasado. Si a eso le sumamos el dolor de cabeza que ha sido el tipo de cambio del dólar, entendemos por qué el sector empresarial, sobre todo las pymes, anda con una angustia existencial. El ministro de Turismo dice que el pronóstico de cierre de año es "moderado" y "realista", y que con la plata que están metiendo en promoción internacional se puede revertir la tendencia. Ojalá.
Lo cierto es que la fiesta post-pandemia parece estar llegando a su fin a nivel global. El crecimiento del turismo mundial se está enfriando y la competencia por cada dólar de cada viajero es más salvaje que nunca. Ya no alcanza con decir "Pura Vida". El brete del ICT y de todo el sector es ahora más duro, porque hay que convencer a la gente de que, entre mil opciones, Costa Rica sigue siendo la mejor vara. Este pequeño dato positivo de julio es una señal, pero no podemos dormirnos en los laureles. La recuperación no va a llegar sola, hay que salir a buscarla con uñas y dientes.
Diay, maes, ¿ustedes qué piensan? ¿Este repunte de julio es pura suerte, el inicio de algo bueno, o solo un espejismo? ¿Alcanza con la promo del ICT o hay que hacer algo más para que el brete no se nos vaya al traste?