En Costa Rica se dio un fenómeno muy interesante con Luis Alberto Monge, cuando terminó su gobierno la oposición nunca lo atacó directamente, aún con las elecciones encima. Durante los últimos meses le hicieron homenajes las cooperativas, las asociaciones, las cámaras empresariales, la Iglesia. Parecia que estaba por encima de todas las fuerzas políticas.
Esto lo consiguió porque cuando asumió el poder veníamos del desastre del gobierno de Carazo. Con el país en las ruinas, de alguna manera logró unificar a su alrededor todas las fuerzas (cámaras empresariales, sindicatos, cooperativas, solidaristas, grupos de vivienda, asociaciones solidaristas, ecologistas, etc.) Mantuvo una política de diálogo con todo el mundo y buscando la unidad. Todos los grupos sociales y económicos llegaron a identificarlo como el hombre de Estado, no de Gobierno. Para lo último estaban los vicepresidentes, ministros y los presidentes ejecutivos, que en el gobierno de Monge sí tenían bastante poder cada uno en su sector.
Interesante, cuando pretendieron enlodar el nombre de Calderón Fournier con el caso de Elizalde (un pederasta filipino), el primero que salió en defensa del Junior fue Monge. En la campaña electoral el Junior le voló hacha a Oscar Arias, pero nunca tocó al Gobierno de Monge Álvarez.
Quién analiza el caso de Monge Álvarez entenderá mejor el rol de las monarquías modernas en Europa.