Gente, la tarde de este martes nos pegó con una noticia de esas que lo dejan a uno frío, de las que se sienten pesadas en el aire. Se confirmó que falleció Alberto Rodríguez Baldí, una de las figuras más reconocidas de San Carlos, a los 67 años. Según reportó el medio San Carlos Digital, la vara fue por un paro cardiorrespiratorio fulminante en un hospital de la zona. ¡Qué sal! Morir así, tan de repente, siempre se siente como una mala jugada del destino. Para muchos en la Zona Norte, esta noticia es un verdadero baldazo de agua fría.
Y es que, diay, no estamos hablando de cualquier persona. Rodríguez Baldí no era un simple empresario o abogado; el mae era prácticamente una institución en la región. Desde que uno oía su nombre, lo asociaba directamente con el motor económico de San Carlos. Tenía su huella en un montón de negocios y proyectos que le dieron brete a muchísima gente por allá. Era de esos personajes que, para bien o para mal, definen una era en un lugar. Tenía una reputación de ser un negociante filudo, un tipo que no se andaba por las ramas y que sabía mover sus fichas. Su trayectoria en el campo legal y empresarial es, sin duda, un capítulo enorme en la historia reciente de la Zona Norte.
Pero aquí es donde la vara se pone todavía más interesante y, para muchos, inesperada. ¿Se acuerdan de las elecciones del 2022? En medio de todo el despiche de candidatos, apareció una fórmula que a más de uno le levantó la ceja: la de Fuerza Nacional, con Greivin Moya a la cabeza. Y, ¿adivinen quién era el candidato a la segunda vicepresidencia? Exacto, don Alberto. Fue una movida que nadie vio venir. Un empresario consolidado, de su calibre, metiéndose en la licuadora política con un partido que, seamos honestos, luchaba por no desaparecer. Al final, ese plan electoral se fue al traste y no llegaron a nada, pero la pregunta queda en el aire: ¿qué lo motivó a dar ese salto? ¿Ganas de dejar un legado diferente, o simplemente la espinita de probarse en otra arena?
Más allá del chunche político o de los números en sus empresas, su partida deja un vacío innegable. Figuras así de grandes siempre generan opiniones divididas; habrá quienes lo recuerden como un pilar del desarrollo y un visionario, y otros que quizás tuvieron sus diferencias con su forma de hacer las cosas. Es lo normal cuando alguien tiene tanto poder e influencia. Lo que es indiscutible es que su nombre está grabado en la identidad de San Carlos. Su fallecimiento no es solo la pérdida de un individuo, sino el cierre de un ciclo para toda una comunidad que lo vio crecer y convertirse en el gigante que fue.
La historia de Alberto Rodríguez Baldí es compleja, llena de éxitos, poder y una incursión política que siempre dará de qué hablar. Su muerte tan abrupta nos obliga a mirar hacia atrás y analizar el impacto de estos líderes locales que, aunque no siempre estén en los titulares de la GAM, moldean profundamente el país desde sus regiones. Ahora, queda ver cómo se reacomodan las fichas en San Carlos y quién tomará la batuta que él dejó. La vara es que se fue un personaje de esos que no se repiten fácilmente. Y con eso en mente, les dejo la pregunta abierta a ustedes, especialmente a los que son de la Zona Norte o conocen más de cerca la movida por allá: ¿qué representa la figura de Rodríguez Baldí para ustedes? ¿Se va un pilar o simplemente se cierra un capítulo?
Y es que, diay, no estamos hablando de cualquier persona. Rodríguez Baldí no era un simple empresario o abogado; el mae era prácticamente una institución en la región. Desde que uno oía su nombre, lo asociaba directamente con el motor económico de San Carlos. Tenía su huella en un montón de negocios y proyectos que le dieron brete a muchísima gente por allá. Era de esos personajes que, para bien o para mal, definen una era en un lugar. Tenía una reputación de ser un negociante filudo, un tipo que no se andaba por las ramas y que sabía mover sus fichas. Su trayectoria en el campo legal y empresarial es, sin duda, un capítulo enorme en la historia reciente de la Zona Norte.
Pero aquí es donde la vara se pone todavía más interesante y, para muchos, inesperada. ¿Se acuerdan de las elecciones del 2022? En medio de todo el despiche de candidatos, apareció una fórmula que a más de uno le levantó la ceja: la de Fuerza Nacional, con Greivin Moya a la cabeza. Y, ¿adivinen quién era el candidato a la segunda vicepresidencia? Exacto, don Alberto. Fue una movida que nadie vio venir. Un empresario consolidado, de su calibre, metiéndose en la licuadora política con un partido que, seamos honestos, luchaba por no desaparecer. Al final, ese plan electoral se fue al traste y no llegaron a nada, pero la pregunta queda en el aire: ¿qué lo motivó a dar ese salto? ¿Ganas de dejar un legado diferente, o simplemente la espinita de probarse en otra arena?
Más allá del chunche político o de los números en sus empresas, su partida deja un vacío innegable. Figuras así de grandes siempre generan opiniones divididas; habrá quienes lo recuerden como un pilar del desarrollo y un visionario, y otros que quizás tuvieron sus diferencias con su forma de hacer las cosas. Es lo normal cuando alguien tiene tanto poder e influencia. Lo que es indiscutible es que su nombre está grabado en la identidad de San Carlos. Su fallecimiento no es solo la pérdida de un individuo, sino el cierre de un ciclo para toda una comunidad que lo vio crecer y convertirse en el gigante que fue.
La historia de Alberto Rodríguez Baldí es compleja, llena de éxitos, poder y una incursión política que siempre dará de qué hablar. Su muerte tan abrupta nos obliga a mirar hacia atrás y analizar el impacto de estos líderes locales que, aunque no siempre estén en los titulares de la GAM, moldean profundamente el país desde sus regiones. Ahora, queda ver cómo se reacomodan las fichas en San Carlos y quién tomará la batuta que él dejó. La vara es que se fue un personaje de esos que no se repiten fácilmente. Y con eso en mente, les dejo la pregunta abierta a ustedes, especialmente a los que son de la Zona Norte o conocen más de cerca la movida por allá: ¿qué representa la figura de Rodríguez Baldí para ustedes? ¿Se va un pilar o simplemente se cierra un capítulo?