Maes, paren todo un toque. Si ustedes son de los que alguna vez se imaginaron peinándose ese copete a lo Danny Zuko, o se saben de memoria la coreografía de “Greased Lightnin’”, les tengo el plan definitivo para este fin de semana. Resulta que la gente del Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, mejor conocido como nuestro querido Museo de los Niños, se mandó con una vara que suena ¡qué chiva! Se traen entre manos una producción llamada “Brillantina, Amor a Todo Gas”, un show completamente inmersivo inspirado en el clásico de clásicos: Grease. Y no, no es el típico plan de sentarse a ver una obra; esto es otro nivel.
La gracia del asunto, y por lo que de verdad suena a cachete, es que no es el típico montaje donde uno se sienta en una butaca a comer palomitas y a callar por dos horas. No, mae. Aquí la promesa es que uno se mete de lleno en la película. La idea es que el público pueda caminar por los pasillos de la famosa Rydell High, pulsearla en el baile del colegio, tomarse algo en la cafetería emblemática o hasta sentarse en las graderías del salón de fútbol. En otras palabras, uno no va a ver la historia, uno va a ser parte de ella, interactuando directamente con los personajes mientras se desarrolla toda la trama. Una locura bien pensada para los que siempre quisimos sentirnos parte de esa pandilla.
Y para darle vida a todo este mundo setentero, tienen un elenco de 30 bailarines, mezclando gente ya consolidada con nuevas promesas del teatro musical. ¡Qué nivel! O sea, no estamos hablando de una obra de cole improvisada. La producción promete que esta gente va a estar actuando y cantando entre el público, moviéndose entre diferentes plataformas y escenarios para que uno se sienta en medio del despiche. Además, el soundtrack no se queda solo en “Summer Nights” o “You're the One That I Want”. Le van a meter un montón de otros clásicos del Rock and Roll que marcaron a generaciones. El concepto es ¡qué carga!, porque expande el universo de la película en lugar de solo copiarlo.
Diay, y como si no fuera suficiente con la música y el baile, la experiencia incluye un montón de chunchitos más para que sea completa. Van a tener áreas de photobooth para la foto del recuerdo, estaciones de maquillaje y peinados (por si quiere salir hecho un T-Bird o una Pink Lady de verdad) y, por supuesto, comidita para aguantar la tanda. Ahora, a lo que vinimos: las entradas cuestan 25 rojitos y se consiguen en la página boleteria.museocr.org o en la boletería del museo. Ojo al dato, mae: el cupo es súper limitado, solo 80 personas por función, precisamente para que la vara sea más íntima y no se sienta como un concierto en el Saprissa. Hay funciones sábado, domingo y, ¡pilas!, porque abrieron una nueva para el lunes 18 a las 7:30 p.m.
En resumen, si andan buscando un plan diferente que se salga de la rutina, esta vara suena más que tuanis. Es una oportunidad de revivir un clásico que nos encanta pero de una forma completamente nueva y participativa. Es básicamente la excusa perfecta para sacar la chaqueta de cuero o la enagua de vuelos que uno tiene guardada en el fondo del clóset. Ahí les queda el santo y seña por si ocupan más info, que pueden encontrar en el Facebook del Museo de los Niños o mandando un WhatsApp al 7003-7070. No digan que no les avisé.
Y ahora la pregunta del millón para el foro: Si tuvieran que elegir, con total honestidad... ¿se unen a los T-Birds o a las Pink Ladies? ¡Quiero ver esos argumentos!
La gracia del asunto, y por lo que de verdad suena a cachete, es que no es el típico montaje donde uno se sienta en una butaca a comer palomitas y a callar por dos horas. No, mae. Aquí la promesa es que uno se mete de lleno en la película. La idea es que el público pueda caminar por los pasillos de la famosa Rydell High, pulsearla en el baile del colegio, tomarse algo en la cafetería emblemática o hasta sentarse en las graderías del salón de fútbol. En otras palabras, uno no va a ver la historia, uno va a ser parte de ella, interactuando directamente con los personajes mientras se desarrolla toda la trama. Una locura bien pensada para los que siempre quisimos sentirnos parte de esa pandilla.
Y para darle vida a todo este mundo setentero, tienen un elenco de 30 bailarines, mezclando gente ya consolidada con nuevas promesas del teatro musical. ¡Qué nivel! O sea, no estamos hablando de una obra de cole improvisada. La producción promete que esta gente va a estar actuando y cantando entre el público, moviéndose entre diferentes plataformas y escenarios para que uno se sienta en medio del despiche. Además, el soundtrack no se queda solo en “Summer Nights” o “You're the One That I Want”. Le van a meter un montón de otros clásicos del Rock and Roll que marcaron a generaciones. El concepto es ¡qué carga!, porque expande el universo de la película en lugar de solo copiarlo.
Diay, y como si no fuera suficiente con la música y el baile, la experiencia incluye un montón de chunchitos más para que sea completa. Van a tener áreas de photobooth para la foto del recuerdo, estaciones de maquillaje y peinados (por si quiere salir hecho un T-Bird o una Pink Lady de verdad) y, por supuesto, comidita para aguantar la tanda. Ahora, a lo que vinimos: las entradas cuestan 25 rojitos y se consiguen en la página boleteria.museocr.org o en la boletería del museo. Ojo al dato, mae: el cupo es súper limitado, solo 80 personas por función, precisamente para que la vara sea más íntima y no se sienta como un concierto en el Saprissa. Hay funciones sábado, domingo y, ¡pilas!, porque abrieron una nueva para el lunes 18 a las 7:30 p.m.
En resumen, si andan buscando un plan diferente que se salga de la rutina, esta vara suena más que tuanis. Es una oportunidad de revivir un clásico que nos encanta pero de una forma completamente nueva y participativa. Es básicamente la excusa perfecta para sacar la chaqueta de cuero o la enagua de vuelos que uno tiene guardada en el fondo del clóset. Ahí les queda el santo y seña por si ocupan más info, que pueden encontrar en el Facebook del Museo de los Niños o mandando un WhatsApp al 7003-7070. No digan que no les avisé.
Y ahora la pregunta del millón para el foro: Si tuvieran que elegir, con total honestidad... ¿se unen a los T-Birds o a las Pink Ladies? ¡Quiero ver esos argumentos!