Maes, ¿se acuerdan de esa época dorada, casi mítica, en la que pagar con SINPE Móvil era la cosa más transparente y sencilla del mundo? Un par de toques en el celular y ¡listo!, la plata pasaba de una cuenta a otra sin dramas ni preguntas. Diay, parece que esa era de inocencia digital se nos fue al traste. Desde ya, entró en vigencia la nueva versión 4.4 de los comprobantes electrónicos y, para resumir la vara en buen tico: ahora Hacienda va a tener un mapa con GPS de cada cinco que se mueve en este país, especialmente si pasa por su querido SINPE Móvil.
Que no nos engañen con nombres técnicos y actualizaciones de sistema. El fondo del asunto es clarísimo: la Administración Tributaria quiere cerrar portillos a la evasión, y para lograrlo, decidió que necesita saber absolutamente todo. El cambio más sonado, y el que seguro ya le está causando agruras a más de un dueño de negocio, es la inclusión obligatoria del medio de pago en cada factura. Y sí, eso incluye explícitamente al rey de las transacciones informales: el SINPE Móvil. Según Dunia Zamora, la presidenta del Colegio de Contadores Públicos, esta información “facilita la trazabilidad”. Una forma muy elegante de decir que ahora van a poder cruzar datos para ver si lo que usted gasta calza con lo que reporta.
Pero la cosa no para ahí. Esta versión 4.4 viene cargada de chunches nuevos que, en la práctica, significan más brete y más cuidado para quien emite una factura. Ahora hay que meter un "Recibo Electrónico de Pago" para ventas a crédito, se ajustan los campos para facturar servicios a gente de afuera, y hasta se incluyó un código CAByS obligatorio para las notas de crédito. Para el que no está en el día a día de la contabilidad, esto suena a chino, pero para el dueño de la soda, el diseñador freelance o el pequeño empresario, es un despiche de nuevos requisitos que hay que aprenderse para no jalarse una torta y ganarse una multa.
Lo más interesante es cómo se va tejiendo la red. La misma doña Dunia adelantó que estos datos se van a complementar con información de otras entidades, como la mismísima Caja. O sea, no solo van a saber en qué gasta su plata, sino que van a poder comparar esa información con sus reportes de ingresos, sus planillas y hasta con su seguro social. La era de la “factura proforma” o el “recibito a mano” para gastos grandes está oficialmente enterrada. Hacienda se puso las pilas y ahora tiene las herramientas para armar un rompecabezas financiero de cada contribuyente con una precisión que asusta un poco.
Al final, la pregunta queda en el aire. Por un lado, es innegable que se necesita orden y que todo el mundo arrime el hombro pagando lo que le toca. La evasión fiscal es un cáncer que nos afecta a todos. Pero por otro, ¿dónde queda el límite? Este nivel de vigilancia sobre transacciones cotidianas se siente como un paso más hacia un estado que lo ve y lo sabe todo. La facilidad y la relativa privacidad que ofrecían herramientas como el SINPE Móvil eran parte de su encanto, y ahora se convierten, oficialmente, en un dato más para el gran hermano tributario.
Así que, compas del foro, ¿ustedes qué opinan de toda esta vara? ¿Es un paso necesario y justo para modernizar la recaudación y que nadie se vaya por la libre? ¿O ya se les fue la mano con el control y esto es una torta que solo complica la vida del ciudadano y el pequeño comerciante? ¡Abro el debate!
Que no nos engañen con nombres técnicos y actualizaciones de sistema. El fondo del asunto es clarísimo: la Administración Tributaria quiere cerrar portillos a la evasión, y para lograrlo, decidió que necesita saber absolutamente todo. El cambio más sonado, y el que seguro ya le está causando agruras a más de un dueño de negocio, es la inclusión obligatoria del medio de pago en cada factura. Y sí, eso incluye explícitamente al rey de las transacciones informales: el SINPE Móvil. Según Dunia Zamora, la presidenta del Colegio de Contadores Públicos, esta información “facilita la trazabilidad”. Una forma muy elegante de decir que ahora van a poder cruzar datos para ver si lo que usted gasta calza con lo que reporta.
Pero la cosa no para ahí. Esta versión 4.4 viene cargada de chunches nuevos que, en la práctica, significan más brete y más cuidado para quien emite una factura. Ahora hay que meter un "Recibo Electrónico de Pago" para ventas a crédito, se ajustan los campos para facturar servicios a gente de afuera, y hasta se incluyó un código CAByS obligatorio para las notas de crédito. Para el que no está en el día a día de la contabilidad, esto suena a chino, pero para el dueño de la soda, el diseñador freelance o el pequeño empresario, es un despiche de nuevos requisitos que hay que aprenderse para no jalarse una torta y ganarse una multa.
Lo más interesante es cómo se va tejiendo la red. La misma doña Dunia adelantó que estos datos se van a complementar con información de otras entidades, como la mismísima Caja. O sea, no solo van a saber en qué gasta su plata, sino que van a poder comparar esa información con sus reportes de ingresos, sus planillas y hasta con su seguro social. La era de la “factura proforma” o el “recibito a mano” para gastos grandes está oficialmente enterrada. Hacienda se puso las pilas y ahora tiene las herramientas para armar un rompecabezas financiero de cada contribuyente con una precisión que asusta un poco.
Al final, la pregunta queda en el aire. Por un lado, es innegable que se necesita orden y que todo el mundo arrime el hombro pagando lo que le toca. La evasión fiscal es un cáncer que nos afecta a todos. Pero por otro, ¿dónde queda el límite? Este nivel de vigilancia sobre transacciones cotidianas se siente como un paso más hacia un estado que lo ve y lo sabe todo. La facilidad y la relativa privacidad que ofrecían herramientas como el SINPE Móvil eran parte de su encanto, y ahora se convierten, oficialmente, en un dato más para el gran hermano tributario.
Así que, compas del foro, ¿ustedes qué opinan de toda esta vara? ¿Es un paso necesario y justo para modernizar la recaudación y que nadie se vaya por la libre? ¿O ya se les fue la mano con el control y esto es una torta que solo complica la vida del ciudadano y el pequeño comerciante? ¡Abro el debate!