Mae, a veces uno lee unas varas en la política tica que de verdad lo dejan a uno con el ojo cuadrado. Hoy el premio se lo lleva el diputado oficialista Daniel Vargas, que se mandó una declaración para el recuerdo defendiendo a capa y espada que el presidente Rodrigo Chaves mantenga su inmunidad. ¿La razón? Agárrense: para que el mandatario “no se distraiga” de sus funciones. Así, como lo leen. No es chota.
La historia es esta: hay una Comisión en la Asamblea Legislativa viendo si le levantan el fuero al presi y al ministro de Cultura por el famoso caso del BCIE. El Fiscal General, Carlo Díaz, ya fue y les dijo a los diputados que, en su opinión, sí hay pruebas suficientes para acusar a Chaves por el delito de concusión. O sea, la cosa es seria. Pero según el subjefe de la fracción de gobierno, aquí no pasa nada, no hay miedo, solo una agenda muy, muy ocupada. “Se trata de que el señor presidente tiene que atender la Administración del país completa y el levantamiento del fuero le va a obligar a desviar su atención”, dijo Vargas. ¡Qué despiche!
Diay, vamos a ver, traduciendo del politiqués al buen tico: nos están diciendo que el presidente tiene demasiado brete importante como para andar perdiendo el tiempo en "detalles" como una acusación penal. Que mejor deje esa vara para cuando termine el mandato, que ya habrá tiempo. Mae, con todo respeto, ¿desde cuándo la rendición de cuentas es una “distracción”? ¿Desde cuándo enfrentar a la justicia por un presunto abuso de poder es algo que “puede esperar”? Esto suena más a una excusa de colegio que a un argumento de peso en una democracia. Es como decir que no se puede ir a la reunión de la junta de condominio porque uno está muy ocupado viendo Netflix.
Recordemos de qué va todo este novelón. La Fiscalía investiga la contratación, supuestamente a dedo, de la empresa del productor Christian Bulgarelli por $400 mil, pagados con fondos de un préstamo del BCIE. El delito que les achacan, concusión, no es cualquier chunche. El Código Penal lo define como el acto de un funcionario público que, “abusando de sus funciones, obligare o indujere a alguien a dar o prometer indebidamente, para sí o para un tercero, un bien o beneficio patrimonial”. En español simple: usar el poder del puesto para sacarle plata o un favor a alguien. Y ante una acusación así, la respuesta del oficialismo es que investigarlo es un estorbo para la administración del país. Francamente, es un argumento que se cae por su propio peso.
Ahora la bola está en la cancha de los diputados. La comisión tiene 20 días para dar una recomendación, y luego el Plenario necesita 38 votos para que el levantamiento del fuero sea una realidad. Todos sabemos que conseguir una mayoría calificada en Cuesta de Moras es más difícil que encontrar parqueo en chepe en diciembre. Pero más allá del cálculo político, el debate de fondo es otro: ¿Para qué sirve la inmunidad? ¿Es un escudo para gobernar sin presiones indebidas o se ha convertido en una patente de corso para esquivar la justicia? La excusa de la “distracción” deja un sinsabor terrible y alimenta la percepción de que hay ciudadanos de primera y de segunda.
Pero bueno, les tiro la bola a ustedes, maes. ¿Se compran el cuento de que es solo para “no distraerse”? ¿O creen que aquí hay gato encerrado y la inmunidad se está usando como un escudo protector? ¡Abran el debate, que esta vara está que arde!
La historia es esta: hay una Comisión en la Asamblea Legislativa viendo si le levantan el fuero al presi y al ministro de Cultura por el famoso caso del BCIE. El Fiscal General, Carlo Díaz, ya fue y les dijo a los diputados que, en su opinión, sí hay pruebas suficientes para acusar a Chaves por el delito de concusión. O sea, la cosa es seria. Pero según el subjefe de la fracción de gobierno, aquí no pasa nada, no hay miedo, solo una agenda muy, muy ocupada. “Se trata de que el señor presidente tiene que atender la Administración del país completa y el levantamiento del fuero le va a obligar a desviar su atención”, dijo Vargas. ¡Qué despiche!
Diay, vamos a ver, traduciendo del politiqués al buen tico: nos están diciendo que el presidente tiene demasiado brete importante como para andar perdiendo el tiempo en "detalles" como una acusación penal. Que mejor deje esa vara para cuando termine el mandato, que ya habrá tiempo. Mae, con todo respeto, ¿desde cuándo la rendición de cuentas es una “distracción”? ¿Desde cuándo enfrentar a la justicia por un presunto abuso de poder es algo que “puede esperar”? Esto suena más a una excusa de colegio que a un argumento de peso en una democracia. Es como decir que no se puede ir a la reunión de la junta de condominio porque uno está muy ocupado viendo Netflix.
Recordemos de qué va todo este novelón. La Fiscalía investiga la contratación, supuestamente a dedo, de la empresa del productor Christian Bulgarelli por $400 mil, pagados con fondos de un préstamo del BCIE. El delito que les achacan, concusión, no es cualquier chunche. El Código Penal lo define como el acto de un funcionario público que, “abusando de sus funciones, obligare o indujere a alguien a dar o prometer indebidamente, para sí o para un tercero, un bien o beneficio patrimonial”. En español simple: usar el poder del puesto para sacarle plata o un favor a alguien. Y ante una acusación así, la respuesta del oficialismo es que investigarlo es un estorbo para la administración del país. Francamente, es un argumento que se cae por su propio peso.
Ahora la bola está en la cancha de los diputados. La comisión tiene 20 días para dar una recomendación, y luego el Plenario necesita 38 votos para que el levantamiento del fuero sea una realidad. Todos sabemos que conseguir una mayoría calificada en Cuesta de Moras es más difícil que encontrar parqueo en chepe en diciembre. Pero más allá del cálculo político, el debate de fondo es otro: ¿Para qué sirve la inmunidad? ¿Es un escudo para gobernar sin presiones indebidas o se ha convertido en una patente de corso para esquivar la justicia? La excusa de la “distracción” deja un sinsabor terrible y alimenta la percepción de que hay ciudadanos de primera y de segunda.
Pero bueno, les tiro la bola a ustedes, maes. ¿Se compran el cuento de que es solo para “no distraerse”? ¿O creen que aquí hay gato encerrado y la inmunidad se está usando como un escudo protector? ¡Abran el debate, que esta vara está que arde!