Maes, para que vean que en la cúpula judicial a veces prefieren la vieja confiable a mover mucho el agua, la Corte Suprema de Justicia acaba de reelegir a Karen Valverde como fiscala general subrogante. O sea, la segunda al mando en el Ministerio Público, la que agarra el volante cuando el jefe, Carlo Díaz, no está. La noticia en sí no es un escándalo ni una fiesta, es más bien de esos movimientos que pasan casi por debajo de la mesa pero que, si uno le pone atención, dicen mucho de cómo se está manejando el brete en una de las instituciones más importantes del país.
La vara es que Valverde seguirá en su puesto hasta setiembre de 2026. En la contienda también estaban otros dos fiscales de peso, Martha Brenes y Juan Carlos Cubillo, pero al final la Corte Plena se decantó por la continuidad. La misma Valverde, en sus declaraciones, fue bastante diplomática y le bajó el piso al asunto. Dijo que su función es, básicamente, cubrir las ausencias de don Carlo, sobre todo cuando él tiene que ir a representar al país en eventos afuera. Es una forma muy humilde de verlo, pero todos sabemos que ser el número dos en un lugar como la Fiscalía no es cualquier chunche. Es el puesto de confianza máximo y la persona que garantiza que la maquinaria no se detenga.
Ahora, aquí es donde la cosa se pone interesante. ¿Qué nos dice esta decisión? Por un lado, se puede leer como un espaldarazo directo a la gestión de Carlo Díaz. Mantener a su subrogante de confianza es una señal de que la Corte está, en términos generales, satisfecha con el rumbo actual del Ministerio Público. No quisieron meter a alguien nuevo que pudiera tener una visión distinta o generar algún tipo de fricción interna. Apostaron por la estabilidad, por la fórmula que ya conocen y que, aparentemente, les funciona. Es la típica jugada de "si no está roto, no lo arregles".
Pero por otro lado, uno podría preguntarse si esa misma estabilidad no roza un poco el inmovilismo. En un país donde la percepción de la justicia siempre está en el ojo del huracán, ¿es la continuidad siempre la mejor receta? No estoy diciendo que Valverde no sea la persona idónea para el puesto, ojo, sino que la decisión de no cambiar nada es, en sí misma, una declaración potente. Es cerrar filas y decir "seguimos por este camino". Esto puede ser buenísimo si el camino es el correcto, pero también puede ser un riesgo si se necesitan ajustes o nuevas perspectivas para enfrentar los desafíos que tiene el país en materia de criminalidad y corrupción.
Al final del día, esta reelección es una pieza más en el ajedrez del poder judicial. No es una noticia que vaya a generar memes ni a paralizar el país, pero sí es un termómetro de cómo están las cosas en las altas esferas. Demuestra que, por ahora, la cúpula prefiere no jalarse una torta experimentando y apuesta por el equipo que ya está en la cancha. La pregunta que queda en el aire es si esa apuesta por lo seguro será suficiente para el futuro que se nos viene encima.
Ustedes qué piensan, maes. ¿Es esta decisión de la Corte un acierto que garantiza estabilidad en la Fiscalía? ¿O se pierde una oportunidad para meterle sangre nueva y otras ideas al Ministerio Público? Diay, ¿o es simplemente un trámite administrativo al que le estamos poniendo mucho color? ¡Los leo en los comentarios!
La vara es que Valverde seguirá en su puesto hasta setiembre de 2026. En la contienda también estaban otros dos fiscales de peso, Martha Brenes y Juan Carlos Cubillo, pero al final la Corte Plena se decantó por la continuidad. La misma Valverde, en sus declaraciones, fue bastante diplomática y le bajó el piso al asunto. Dijo que su función es, básicamente, cubrir las ausencias de don Carlo, sobre todo cuando él tiene que ir a representar al país en eventos afuera. Es una forma muy humilde de verlo, pero todos sabemos que ser el número dos en un lugar como la Fiscalía no es cualquier chunche. Es el puesto de confianza máximo y la persona que garantiza que la maquinaria no se detenga.
Ahora, aquí es donde la cosa se pone interesante. ¿Qué nos dice esta decisión? Por un lado, se puede leer como un espaldarazo directo a la gestión de Carlo Díaz. Mantener a su subrogante de confianza es una señal de que la Corte está, en términos generales, satisfecha con el rumbo actual del Ministerio Público. No quisieron meter a alguien nuevo que pudiera tener una visión distinta o generar algún tipo de fricción interna. Apostaron por la estabilidad, por la fórmula que ya conocen y que, aparentemente, les funciona. Es la típica jugada de "si no está roto, no lo arregles".
Pero por otro lado, uno podría preguntarse si esa misma estabilidad no roza un poco el inmovilismo. En un país donde la percepción de la justicia siempre está en el ojo del huracán, ¿es la continuidad siempre la mejor receta? No estoy diciendo que Valverde no sea la persona idónea para el puesto, ojo, sino que la decisión de no cambiar nada es, en sí misma, una declaración potente. Es cerrar filas y decir "seguimos por este camino". Esto puede ser buenísimo si el camino es el correcto, pero también puede ser un riesgo si se necesitan ajustes o nuevas perspectivas para enfrentar los desafíos que tiene el país en materia de criminalidad y corrupción.
Al final del día, esta reelección es una pieza más en el ajedrez del poder judicial. No es una noticia que vaya a generar memes ni a paralizar el país, pero sí es un termómetro de cómo están las cosas en las altas esferas. Demuestra que, por ahora, la cúpula prefiere no jalarse una torta experimentando y apuesta por el equipo que ya está en la cancha. La pregunta que queda en el aire es si esa apuesta por lo seguro será suficiente para el futuro que se nos viene encima.
Ustedes qué piensan, maes. ¿Es esta decisión de la Corte un acierto que garantiza estabilidad en la Fiscalía? ¿O se pierde una oportunidad para meterle sangre nueva y otras ideas al Ministerio Público? Diay, ¿o es simplemente un trámite administrativo al que le estamos poniendo mucho color? ¡Los leo en los comentarios!