Maes, ¿vieron el despiche que se armó en Limón esta madrugada? A eso de las 4 a.m., cuando la mayoría de nosotros apenas está soñando con el gallo pinto, un contingente masivo de autoridades judiciales le cayó con todo a la estructura de Tony Peña Russell. Y es que, diay, parece que aunque el mae esté guardado en máxima seguridad en La Reforma, la red sigue tejiéndose como si nada. El operativo no fue vara de jugar: se reventaron al menos 12 puntos calientes, sobre todo en barrios como Envaco y Limoncito, que últimamente suenan más en las noticias de sucesos que en las de turismo.
La movida no fue para la foto. Cayeron tres presuntos colaboradores que, según el OIJ, eran piezas clave en la logística del terror: una muchacha de 25 años y dos carajillos de apenas 19. El brete de ellos, al parecer, era de lo más delicado: recibir, esconder y “parquear” los carros que la banda usaba para sus vueltas, que casi siempre terminaban en balaceras contra grupos rivales. De hecho, a los detenidos en Envaco los están ligando con dos intentos de homicidio y hasta con el asesinato de alias “Chombo” el año pasado, aquel caso que fue un escándalo frente a los mismos tribunales de Limón. ¡Qué sal! Les cayó la ley justo cuando pensaban que la vara estaba tranquila.
Y es que la cosa se pone más densa. En Limoncito, otro de los allanamientos está conectado con un ataque que hiela la sangre: la vez que agarraron a balazos a funcionarios de la Oficina de Protección a Víctimas y Testigos. Esa gente, que anda en un brete increíblemente delicado, se salvó de puro milagro. Esto demuestra el nivel de descaro de estas organizaciones. No solo se matan entre ellos por control territorial, sino que no les tiembla el pulso para irse encima de funcionarios judiciales. En serio, ¡qué despiche el nivel de violencia que se maneja en la zona! Ya no respetan absolutamente nada.
Para que se hagan una idea de la magnitud del operativo, el OIJ no mandó a cualquiera. Se trajeron a la crema y nata de las fuerzas especiales: la UEA de Seguridad Pública, la UEI y el grupo SERT del OIJ. Hasta fiscales de otras provincias tuvieron que madrugar y jalar para Limón. Esto te dice que no estaban buscando simples chunches o armas, iban por la columna vertebral de una de las bandas más sanguinarias del Caribe, especializada en sicariato, narcotráfico y todo el combo de la violencia organizada. Es un golpe importante, no hay duda, pero la pregunta del millón sigue en el aire.
Y aquí es donde la vara se pone más turbia y donde me encantaría saber qué piensan ustedes. El mismo OIJ confirma que Peña Russell, el supuesto cabecilla, sigue moviendo los hilos desde el tabo. O sea, el mae está preso, pero su “negocio” sigue operando, mandando a matar gente y generando caos. Mi pregunta para el foro es: ¿De qué sirve encerrar a esta gente si al final la cárcel parece más una oficina con mala señal de celular? ¿Estamos realmente cortando la cabeza de la serpiente o solo podando unas cuantas ramas mientras la raíz sigue intacta y bien regada dentro del sistema?
La movida no fue para la foto. Cayeron tres presuntos colaboradores que, según el OIJ, eran piezas clave en la logística del terror: una muchacha de 25 años y dos carajillos de apenas 19. El brete de ellos, al parecer, era de lo más delicado: recibir, esconder y “parquear” los carros que la banda usaba para sus vueltas, que casi siempre terminaban en balaceras contra grupos rivales. De hecho, a los detenidos en Envaco los están ligando con dos intentos de homicidio y hasta con el asesinato de alias “Chombo” el año pasado, aquel caso que fue un escándalo frente a los mismos tribunales de Limón. ¡Qué sal! Les cayó la ley justo cuando pensaban que la vara estaba tranquila.
Y es que la cosa se pone más densa. En Limoncito, otro de los allanamientos está conectado con un ataque que hiela la sangre: la vez que agarraron a balazos a funcionarios de la Oficina de Protección a Víctimas y Testigos. Esa gente, que anda en un brete increíblemente delicado, se salvó de puro milagro. Esto demuestra el nivel de descaro de estas organizaciones. No solo se matan entre ellos por control territorial, sino que no les tiembla el pulso para irse encima de funcionarios judiciales. En serio, ¡qué despiche el nivel de violencia que se maneja en la zona! Ya no respetan absolutamente nada.
Para que se hagan una idea de la magnitud del operativo, el OIJ no mandó a cualquiera. Se trajeron a la crema y nata de las fuerzas especiales: la UEA de Seguridad Pública, la UEI y el grupo SERT del OIJ. Hasta fiscales de otras provincias tuvieron que madrugar y jalar para Limón. Esto te dice que no estaban buscando simples chunches o armas, iban por la columna vertebral de una de las bandas más sanguinarias del Caribe, especializada en sicariato, narcotráfico y todo el combo de la violencia organizada. Es un golpe importante, no hay duda, pero la pregunta del millón sigue en el aire.
Y aquí es donde la vara se pone más turbia y donde me encantaría saber qué piensan ustedes. El mismo OIJ confirma que Peña Russell, el supuesto cabecilla, sigue moviendo los hilos desde el tabo. O sea, el mae está preso, pero su “negocio” sigue operando, mandando a matar gente y generando caos. Mi pregunta para el foro es: ¿De qué sirve encerrar a esta gente si al final la cárcel parece más una oficina con mala señal de celular? ¿Estamos realmente cortando la cabeza de la serpiente o solo podando unas cuantas ramas mientras la raíz sigue intacta y bien regada dentro del sistema?
