Diay maes, agárrense porque esta vara que les traigo hoy parece sacada de una narconovela de las buenas, pero con un toque criollo que la hace todavía más increíble. Resulta que el OIJ le acaba de echar el ojo al doctor Allan Pérez Baltodano, un cirujano plástico que no solo es vecino y fan a morir del presidente Chaves, sino que también parece tener una clientela, digamos, “selecta”. Estamos hablando de gente como Celso Gamboa y el famoso “Pecho de Rata”, ambos extraditables. ¡Qué despiche se armó!
Aquí es donde el asunto se pone color de hormiga. Según el director del OIJ, Randall Zúñiga, están investigando un “crecimiento patrimonial millonario” del doctor que simplemente no calza. Entre él y su esposa acumulan un montón de propiedades de lujo, incluyendo varias casas en el exclusivo condominio Monterán y una clínica en Pinares. Lo más loco es que el propio Pérez admitió que hacía procedimientos en su casa de Monterán, a pesar de no tener ni un solo permiso de Salud para operar ahí. O sea, mae, imagínense el nivel de confianza para jalarse una torta así y decirlo públicamente. ¿Quién necesita una clínica cuando tenés la sala de tu choza?
Pero la trama se complica. ¿Se acuerdan del video de Celso Gamboa entrando a Monterán diciendo que iba a “conocer al presidente”? Bueno, el doctor Pérez salió al paso diciendo que no, que el exmagistrado en realidad iba a su casa a que le pusiera bótox. Sí, leyeron bien, bótox. Y no fue una visita de cinco minutos: la bitácora dice que Gamboa se quedó como cinco horas en horario laboral, mientras la clínica del doctor, que está a siete minutos de ahí, estaba abierta. Diay, o era el tratamiento de bótox más largo de la historia o la conversación estuvo muy buena.
Y si eso no fuera suficiente, sumémosle más leña al fuego. El doctor Pérez también le firmó un papel médico a “Pecho de Rata” para intentar sacarlo de la cárcel, alegando secuelas de una cirugía. El documento, por cierto, tenía la fecha mala y un montón de inconsistencias. Como si fuera poco, el nombre del doctor aparece ligado al equipo de fútbol Limón Black Star, el mismo que las autoridades gringas (la DEA, nada más y nada menos) señalan que se usaba para lavar plata del narco. Todo este enredo y el mae todavía presume en redes el pin de jaguar que le dio el propio presidente Chaves como símbolo de apoyo. Una completa locura.
Al final, lo que tenemos es un médico cercano al presidente, con un patrimonio que no cuadra, clientes extraditables, la excusa del bótox más jalada del pelo que hemos oído y vínculos con un equipo de fútbol investigado por legitimación de capitales. El OIJ tiene un brete enorme por delante para desenredar este nudo. Pero mientras tanto, la pregunta queda en el aire y se las dejo a ustedes para que opinen en el foro: Maes, más allá del despiche evidente, ¿qué les parece más increíble de toda esta vara? ¿La supuesta sesión de bótox de cinco horas, la fortuna que apareció de la nada o las amistades tan particulares del doctor?
Aquí es donde el asunto se pone color de hormiga. Según el director del OIJ, Randall Zúñiga, están investigando un “crecimiento patrimonial millonario” del doctor que simplemente no calza. Entre él y su esposa acumulan un montón de propiedades de lujo, incluyendo varias casas en el exclusivo condominio Monterán y una clínica en Pinares. Lo más loco es que el propio Pérez admitió que hacía procedimientos en su casa de Monterán, a pesar de no tener ni un solo permiso de Salud para operar ahí. O sea, mae, imagínense el nivel de confianza para jalarse una torta así y decirlo públicamente. ¿Quién necesita una clínica cuando tenés la sala de tu choza?
Pero la trama se complica. ¿Se acuerdan del video de Celso Gamboa entrando a Monterán diciendo que iba a “conocer al presidente”? Bueno, el doctor Pérez salió al paso diciendo que no, que el exmagistrado en realidad iba a su casa a que le pusiera bótox. Sí, leyeron bien, bótox. Y no fue una visita de cinco minutos: la bitácora dice que Gamboa se quedó como cinco horas en horario laboral, mientras la clínica del doctor, que está a siete minutos de ahí, estaba abierta. Diay, o era el tratamiento de bótox más largo de la historia o la conversación estuvo muy buena.
Y si eso no fuera suficiente, sumémosle más leña al fuego. El doctor Pérez también le firmó un papel médico a “Pecho de Rata” para intentar sacarlo de la cárcel, alegando secuelas de una cirugía. El documento, por cierto, tenía la fecha mala y un montón de inconsistencias. Como si fuera poco, el nombre del doctor aparece ligado al equipo de fútbol Limón Black Star, el mismo que las autoridades gringas (la DEA, nada más y nada menos) señalan que se usaba para lavar plata del narco. Todo este enredo y el mae todavía presume en redes el pin de jaguar que le dio el propio presidente Chaves como símbolo de apoyo. Una completa locura.
Al final, lo que tenemos es un médico cercano al presidente, con un patrimonio que no cuadra, clientes extraditables, la excusa del bótox más jalada del pelo que hemos oído y vínculos con un equipo de fútbol investigado por legitimación de capitales. El OIJ tiene un brete enorme por delante para desenredar este nudo. Pero mientras tanto, la pregunta queda en el aire y se las dejo a ustedes para que opinen en el foro: Maes, más allá del despiche evidente, ¿qué les parece más increíble de toda esta vara? ¿La supuesta sesión de bótox de cinco horas, la fortuna que apareció de la nada o las amistades tan particulares del doctor?