Maes, honestamente, a veces entre tanta noticia medio agüevada que uno lee en el día, sale una vara que de verdad lo pone a uno a sonreír de oreja a oreja. Y esta es una de esas. Resulta que vamos a tener a dos costarricenses, dos pedales de los buenos, representando al país en el Mundial de Ciclismo de Ruta. Y no es cualquier mundial, no. Esta vez la cosa es en Kigali, Ruanda. ¡Por primera vez en la historia se hace en África! Y ahí, en medio de los mejores del planeta, van a estar Gabriel Rojas y Sebastián Castro, listos para pulsearla.
Primero hablemos de Gabriel Rojas. Este mae es un alajuelense de 25 años que ya tiene callo. No es ningún novato. De hecho, es el actual campeón nacional de ruta, así que sabe lo que es ser el mero mero en casa. Pero el brete de él no se queda solo aquí; Rojas es de los que ha demostrado que tiene con qué competir afuera. Muchos lo recordarán por esa medalla de oro que se trajo de los Panamericanos Junior en 2021, ¡qué chiva fue esa vara! Además, ya se fue a medir a Europa y ganó la Vuelta a Portugal del Futuro. Ahora le toca el plato fuerte: la prueba élite, casi 270 kilómetros de puro sufrimiento y estrategia contra los monstruos del pelotón internacional. Un reto mayúsculo.
Y por otro lado, tenemos al chamaco maravilla, a la nueva sangre: Sebastián Castro. Con solo 18 años, este generaleño es la definición de promesa. ¡Pero qué va! Ya es una realidad. Desde mayo el mae está fogueándose en Italia con el equipo General System, que es como mandar a un futbolista a una academia de primer nivel. Y ojo, no está allá solo para aprender; el miércoles se acaba de ganar una carrera. ¡Qué nivel! Castro ya es campeón centroamericano juvenil y ahora le toca medirse con los mejores de su edad en el mundo. Ver a un talento tan joven con esa proyección internacional es algo que ilusiona un montón.
Ahora, hablemos del escenario, porque esta no es una carrerita de domingo. El Mundial en Ruanda se perfila como uno de los más matadores de la historia. El circuito tiene un ascenso que ya apodan el "Mur de Kigali" (el Muro de Kigali) y la ruta élite acumula un desnivel de casi 5,500 metros. Para que se hagan una idea, eso es como subir el Chirripó... y cuando llegás a la cima, darte cuenta de que todavía te falta casi media subida más. Es una salvajada, un verdadero rompepiernas diseñado para coronar a un ciclista completísimo y con una resistencia casi sobrehumana. Nuestros ticos no la tienen nada fácil.
Diay, al final, más allá del resultado, el simple hecho de tener a dos ticos en la línea de salida de un evento así es un gane para nuestro deporte. Uno con la experiencia y el colmillo, y el otro con el ímpetu y la chispa de la juventud. Es el reflejo de que aquí hay talento y que, a pesar de todo, se sigue pulseando. Ahora nos toca a nosotros mandarles toda la buena vibra y estar pegados a la transmisión para apoyarlos. ¿Qué creen ustedes, maes? ¿Les suena el nombre de Sebastián Castro para ser una figura a largo plazo? ¿Y creen que la experiencia de Rojas le puede alcanzar para dar una sorpresa en esa ruta tan bestial? ¡Ahí los leo!
Primero hablemos de Gabriel Rojas. Este mae es un alajuelense de 25 años que ya tiene callo. No es ningún novato. De hecho, es el actual campeón nacional de ruta, así que sabe lo que es ser el mero mero en casa. Pero el brete de él no se queda solo aquí; Rojas es de los que ha demostrado que tiene con qué competir afuera. Muchos lo recordarán por esa medalla de oro que se trajo de los Panamericanos Junior en 2021, ¡qué chiva fue esa vara! Además, ya se fue a medir a Europa y ganó la Vuelta a Portugal del Futuro. Ahora le toca el plato fuerte: la prueba élite, casi 270 kilómetros de puro sufrimiento y estrategia contra los monstruos del pelotón internacional. Un reto mayúsculo.
Y por otro lado, tenemos al chamaco maravilla, a la nueva sangre: Sebastián Castro. Con solo 18 años, este generaleño es la definición de promesa. ¡Pero qué va! Ya es una realidad. Desde mayo el mae está fogueándose en Italia con el equipo General System, que es como mandar a un futbolista a una academia de primer nivel. Y ojo, no está allá solo para aprender; el miércoles se acaba de ganar una carrera. ¡Qué nivel! Castro ya es campeón centroamericano juvenil y ahora le toca medirse con los mejores de su edad en el mundo. Ver a un talento tan joven con esa proyección internacional es algo que ilusiona un montón.
Ahora, hablemos del escenario, porque esta no es una carrerita de domingo. El Mundial en Ruanda se perfila como uno de los más matadores de la historia. El circuito tiene un ascenso que ya apodan el "Mur de Kigali" (el Muro de Kigali) y la ruta élite acumula un desnivel de casi 5,500 metros. Para que se hagan una idea, eso es como subir el Chirripó... y cuando llegás a la cima, darte cuenta de que todavía te falta casi media subida más. Es una salvajada, un verdadero rompepiernas diseñado para coronar a un ciclista completísimo y con una resistencia casi sobrehumana. Nuestros ticos no la tienen nada fácil.
Diay, al final, más allá del resultado, el simple hecho de tener a dos ticos en la línea de salida de un evento así es un gane para nuestro deporte. Uno con la experiencia y el colmillo, y el otro con el ímpetu y la chispa de la juventud. Es el reflejo de que aquí hay talento y que, a pesar de todo, se sigue pulseando. Ahora nos toca a nosotros mandarles toda la buena vibra y estar pegados a la transmisión para apoyarlos. ¿Qué creen ustedes, maes? ¿Les suena el nombre de Sebastián Castro para ser una figura a largo plazo? ¿Y creen que la experiencia de Rojas le puede alcanzar para dar una sorpresa en esa ruta tan bestial? ¡Ahí los leo!