Maes, acabo de leer una vara en CRHoy que, la verdad, me dejó con el ojo cuadrado y un poco agüevada. Uno siempre anda con el pecho inflado, diciendo que somos la Suiza centroamericana, que la Cajita es lo máximo y que en salud pública no nos gana nadie. Y sí, en muchas cosas es cierto, pero parece que en otras se nos está cayendo el casete feo. La noticia dice que, en general, la cobertura de vacunación anda tuanis, casi todo entre el 90% y el 100%. Uno lee eso y se relaja, ¿verdad? Pero diay, como dicen, la procesión va por dentro.
El verdadero problema, el que debería tenernos a todos con las luces de alerta encendidas, está en dos vacunas que son importantísimas: la del tétanos y difteria (Td) y, sobre todo, la segunda dosis contra el Virus del Papiloma Humano (VPH). ¡Ninguna de las dos llega ni al 70% de cobertura! O sea, de cada 10 personas que deberían tenerla, hay más de 3 que andan por la libre. ¡Qué torta! Con el VPH es todavía más grave, porque estamos hablando de prevenir el cáncer de cérvix en un montón de güilas a futuro. La primera dosis, curiosamente, va volando (proyectan más de un 100%, seguro por gente fuera del rango de edad que se la pone), pero a la hora de completar el esquema, la gente desaparece. ¿Qué es esa vara?
Lo que más me vuela la cabeza es que estas dos vacunas se ponen principalmente en las escuelas y colegios. O sea, ¡tenemos a toda la población objetivo sentada en un pupitre! No es que hay que ir a buscarlos a la montaña. El MEP, la Caja y el Ministerio de Salud tienen el brete servido en bandeja de plata. Que con todo y esa facilidad las coberturas anden por el suelo (el artículo dice que no superan el 80% en el ámbito escolar) me huele a que alguien, en alguna parte de la cadena, se está jalando una torta monumental con la logística o la comunicación. ¿Será que no avisan bien? ¿Faltan enfermeros? ¿O es que los papás firman el permiso y luego se les olvida el día que es? No sé, pero algo no calza.
Y para echarle más leña al fuego, la cosa no para ahí. La campaña de la influenza estacional es otro cantar que desafina. A nivel nacional, la cobertura es de un 81%, que no suena tan mal. Pero cuando uno rasca un poquito, ve el desastre: en los niños de 6 meses a 7 años, ¡la cobertura es de menos del 30%! ¡Un 29,6%, para ser exactos! Mae, esos güilas son los que más se enferman y los que más fácil contagian a los abuelos. Y hablando de abuelos, los de más de 65 años apenas llegan al 50%. O sea, la mitad de nuestros adultos mayores, la población de más riesgo, no tiene la bendita vacuna. ¡Qué sal! Después nos quejamos de que los hospitales se saturan en época de lluvias.
Al final, este enredo me deja pensando que tal vez nos confiamos demasiado. Creemos que el sistema funciona por inercia y se nos olvida que hay que empujarlo. Es chiva tener un buen sistema de salud, pero si no lo usamos y si las instituciones no se ponen las pilas para que llegue a todo el mundo de forma efectiva, es como tener un Ferrari sin gasolina. No sirve de nada. La Caja puede tener las vacunas, pero si no llegan al brazo de la gente, es un simple chunche guardado en una refri.
¿Ustedes qué creen, maes? ¿Esto es un despiste de la gente que no lleva a los güilas a vacunar, o es que la Caja y el MEP se están durmiendo en los laureles con la coordinación? ¿O un poco de las dos varas?
El verdadero problema, el que debería tenernos a todos con las luces de alerta encendidas, está en dos vacunas que son importantísimas: la del tétanos y difteria (Td) y, sobre todo, la segunda dosis contra el Virus del Papiloma Humano (VPH). ¡Ninguna de las dos llega ni al 70% de cobertura! O sea, de cada 10 personas que deberían tenerla, hay más de 3 que andan por la libre. ¡Qué torta! Con el VPH es todavía más grave, porque estamos hablando de prevenir el cáncer de cérvix en un montón de güilas a futuro. La primera dosis, curiosamente, va volando (proyectan más de un 100%, seguro por gente fuera del rango de edad que se la pone), pero a la hora de completar el esquema, la gente desaparece. ¿Qué es esa vara?
Lo que más me vuela la cabeza es que estas dos vacunas se ponen principalmente en las escuelas y colegios. O sea, ¡tenemos a toda la población objetivo sentada en un pupitre! No es que hay que ir a buscarlos a la montaña. El MEP, la Caja y el Ministerio de Salud tienen el brete servido en bandeja de plata. Que con todo y esa facilidad las coberturas anden por el suelo (el artículo dice que no superan el 80% en el ámbito escolar) me huele a que alguien, en alguna parte de la cadena, se está jalando una torta monumental con la logística o la comunicación. ¿Será que no avisan bien? ¿Faltan enfermeros? ¿O es que los papás firman el permiso y luego se les olvida el día que es? No sé, pero algo no calza.
Y para echarle más leña al fuego, la cosa no para ahí. La campaña de la influenza estacional es otro cantar que desafina. A nivel nacional, la cobertura es de un 81%, que no suena tan mal. Pero cuando uno rasca un poquito, ve el desastre: en los niños de 6 meses a 7 años, ¡la cobertura es de menos del 30%! ¡Un 29,6%, para ser exactos! Mae, esos güilas son los que más se enferman y los que más fácil contagian a los abuelos. Y hablando de abuelos, los de más de 65 años apenas llegan al 50%. O sea, la mitad de nuestros adultos mayores, la población de más riesgo, no tiene la bendita vacuna. ¡Qué sal! Después nos quejamos de que los hospitales se saturan en época de lluvias.
Al final, este enredo me deja pensando que tal vez nos confiamos demasiado. Creemos que el sistema funciona por inercia y se nos olvida que hay que empujarlo. Es chiva tener un buen sistema de salud, pero si no lo usamos y si las instituciones no se ponen las pilas para que llegue a todo el mundo de forma efectiva, es como tener un Ferrari sin gasolina. No sirve de nada. La Caja puede tener las vacunas, pero si no llegan al brazo de la gente, es un simple chunche guardado en una refri.
¿Ustedes qué creen, maes? ¿Esto es un despiste de la gente que no lleva a los güilas a vacunar, o es que la Caja y el MEP se están durmiendo en los laureles con la coordinación? ¿O un poco de las dos varas?