El fútbol y los procesos
Era Noviembre de 1986, y uno de los equipos más grandes de la historia del fútbol pasaba por sus horas más bajas: El
Manchester United acababa de despedir a Ron Atkinson tras varias fracasadas campañas en el fútbol inglés. Los
red devils sumaban ese año otro intento fallido por ganar la -hasta entonces llamada- Football League First Division, la misma que le venía siendo esquiva por diecinueve años. Para cortar esa mala racha y con el cometido de recuperar el prestigio perdido, la Comisión Directiva del equipo de
Old Trafford se decidió por la contratación de un relativamente joven entrenador escocés, quien venía de ganar tres Ligas locales y la Recopa y Supercopa de Europa con el Aberdeen de dicho país. El entrenador escocés, un tal Alexander Chapman Ferguson, llegaba como la gran esperanza para un club que
necesitaba reivindicarse con su hinchada e impedir que el éxito de la última década de uno de sus máximos rivales, el Liverpool, siguiera aumentando.
Ferguson, acostumbrado hasta entonces a ganarlo todo, no la tuvo fácil en sus primeros años frente al United. En su primera temporada (86-87) tuvo que conformarse con un mediocre undécimo lugar, y así sucedió en los siguientes años, mediando riesgos de descenso, una histórica goleada (1-5) en casa en el clásico de la ciudad vs. Manchester City, entre otros traspiés, hasta que en la temporada 92-93 consiguió el título de campeón del fútbol inglés, luego de veintiséis años de espera para el conjunto rojo.
http://4.bp.************SPAM/BANNEAR************/_WTajkR0K9VU/TQkg_LV7BfI/AAAAAAAAADM/YRGpSfmVPYY/s200/Sir-Alex-Ferguson-s-messa-001.jpgÉste título, que
le había costado a Ferguson siete años en el banquillo del United, no sólo fue mérito de él, ni producto de sólo una buena temporada, sino que fue consecuencia de un proceso serio de trabajo planificado y
“respetado por una dirigencia que incluso se mostró firme ante la impaciencia de la gente de Manchester”, como el mismo Ferguson años más tarde comentaría.
No hace falta repasar la trayectoria que tendría
Sir AlexFergusona partir de ese momento en el Manchester United (ganó más de 30 títulos en 24 años), convirtiéndose no sólo en el entrenador más ganador del fútbol y ser designado como el mejor de la historia por varios gremios especializados, sino que volvió a posicionar al
United en los puestos estelares a nivel local e internacional.
La espera había valido la pena...
El Borussia Dortmund de Hitzfeld, los Ajax de Kovacs y Van Gaal, el Olympique Lyon de Santini, el Bayern Munich de Lattek, el Milan de Sacchi y el Estudiantes de la Plata de Sabella, son sólo algunos ejemplos de equipos cuyo éxito en lo deportivo ha sido debido no sólo a una gran generación de deportistas, sino al
respeto que se le dio a los procesos iniciados por cada uno de ellos, brindándoseles el tiempo necesario para que el trabajo rinda frutos, a pesar de en muchos casos, estos necesitar algunos años de espera.
Lamentablemente, es justamente esa espera la que desespera a dirigentes, hinchas y periodismo, que no son capaces de brindar un tiempo prudencial a los equipos en formación,
exigiendo éxitos inmediatos a toda costa, volviéndose de ésta manera en los principales enemigos de los procesos, sobre todo cuando se trata de equipos grandes.
Real Madrid, River Plate, América de México y nuestro Barcelona guayaquileño son justamente claros ejemplos de ésta otra cara de la moneda: equipos tradicionalmente ganadores en sus respectivos países, protagonistas internacionalmente, con hinchadas numerosas y poderosas billeteras, pero que ante un período de sequía de triunfos han caído en una interminable cadena de decisiones desacertadas, dando prioridad a la búsqueda de resultados inmediatos y negándose a dar el espacio y respeto suficiente a procesos serios y estructurados, aunque estos demanden “sacrificar” una, dos o más temporadas.
http://1.bp.************SPAM/BANNEAR************/_WTajkR0K9VU/TQkhguv_lwI/AAAAAAAAADQ/jtTZQCO_M-M/s200/river.jpgEs indudable que éste fenómeno que acosa a algunos grandes del fútbol no es casualidad: las millonarias contrataciones fallidas, los interminables cambios de entrenador, los continuos escándalos extra futbolísticos y la desatención a las categorías formativas son sólo unos cuantos síntomas de éste fenómeno.
SIn embargo, es imposible atribuir la responsabilidad del fracaso de estos equipos exclusivamente a sus Directivas. Creemos que las decisiones desacertadas de éstas son sólo una de las ruedas de éste coche, que mas bien podría entenderse como un círculo vicioso de equivocaciones: Por una parte un equipo no rinde en lo futbolístico, lo cual trae
fracasos en lo deportivo; Dicho fracaso no provoca otra cosa que
desesperación en la hinchada que quiere triunfos a toda costa, presionando a directivos para que estos hagan los “correctivos” del caso; Esa presión y desesperación de la hinchada se traduce en
decisiones equivocadas de la directiva, despidiéndose técnicos con pocos meses en el cargo, reemplazando jugadores, relegando a las divisiones menores a un segundo plano, etc.; Finalmente, como es de suponerse, esas decisiones equivocadas generan nuevamente -en la mayoría de los casos-
fracasos en lo deportivo... A éste círculo “anti-procesos” debe así mismo agregarse el rol que cumple la prensa especializada y su influencia sobre hinchas y directivos en las circunstancias mencionadas, pero esto será materia de otro análisis.
Mirando puertas adentro observamos el caso de
Barcelona Sporting Club: 34 cambios de entrenador en 10 años; 7 Presidentes en 12 años. Decenas de contrataciones nacionales y extranjeras fracasadas.
Resultado? 13 años sin títulos. 7 años sin Copa Libertadores. Dos salvadas de pérdida de categoría en la última fecha. Innumerables escándalos extra futbolísticos, etc., etc., etc...
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Por otra parte,
Liga Deportiva Universitaria de Quito, después de su fracaso deportivo descendiendo a la Serie B en el año 2000 ha tenido: 5 entrenadores en 10 años. Una misma Directiva desde hace más de 14 años.
Resultado?4 títulos nacionales en 10 años. 4 títulos internacionales. El récord de mayor participaciones consecutivas en Copa Libertadores de nuestro país, etc., etc., etc...
No es nuestra intención entrar en comparaciones que resulten odiosas o que puedan herir susceptibilidades, pues la objetividad de las estadísticas habla por sí sola y nos releva de hacer cualquier comentario adicional...
El propósito de éste análisis no es otro que el de poner en evidencia lo caduco de un modelo dirigencial que
anteponga la persecución de objetivos inmediatos ante un trabajo programado, serio y responsable, el mismo que, a pesar de requerir varios años para su cometido, derive en resultados positivos a mediano y largo plazo, y que constituya inevitablemente en un éxito para la institución. Éxito no sólo en lo deportivo, sino en lo institucional y económico, y que no podrá ser atribuido a la suerte o casualidad, sino a una planificación seria y ordenada.
Corresponde a cada uno de nosotros, en nuestros roles de hinchas, periodistas, dirigentes o jugadores, el
impulsar y velar por el respeto de los procesos serios en cada uno de nuestros equipos, aunque esto represente posponer nuestros deseos “cortoplacistas” de triunfo y anteponer a ellos una planificación larga pero sustentable en el tiempo, ya que de esa manera estaremos asegurando no sólo un porvenir mejor para nuestros equipos, sino para el fútbol ecuatoriano en general... //
FUENTE:
http://futbolpensado10.************SPAM/BANNEAR************