¡Buen tema!
Yo soy demasiado tranquilo, pero tengo como 3 categorías según la intensidad del puteo...
ME PUTEA UN POCO (hago algún gesto, aunque por lo general me quedo callado y no pasa a más):
- La gente buchona. Esa que llega y se jarta todo lo que haya en la mesa aunque sea para compartir, o se sienta en un lugar con las patas abiertas como si tuviera el miembro de Rasputín...
-La gente prejuiciosa. Esa que cuando dicen "es muy guapa" contesta "es tonta" o cuando dicen "es nica" dicen "es una escoria"...
ME PUTEA MODERADAMENTE (Por lo general hago algún comentario, aunque sin ánimo belicoso):
-La gente que habla de temas polémicos y espera que nadie le diga nada y peor, no escucha lo que la otra persona dice. O sea, si uno habla de religión, política, etc, es lógico que mucha gente tenga mucho que decir.
-Golpearme algún dedo. Aplica también en los dedos de las manos.
-Los quejumbrosos. Me desespero yo mismo, pero bueno, a mí no me queda de otra que aguantarme...
-El irrespeto. Si usted quiere creer en lo que quiera, yo lo respeto. Si quiere debatir sobre eso, perfecto, debatamos, pero nunca espere de mí una burla a sus creencias (religiosas, sociales, políticas, etc). Espero lo mismo de vuelta, eso sí.
ME PUTEA MUCHO (Me quejo, reclamo, me desespero, reclamo de nuevo, discuto con bastante animosidad):
-Que me hagan esperar (aunque por desgracia soy terriblemente impuntual, lo cual empeora la situación, porque me quita el derecho de reclamar)
-Hacer filas en un sitio que debería ser agradable. (Si voy a sacar licencia al Cosevi, es obvio que hay fila. Pero si voy a pagar para comer algo o alguna vara así, y que tras de eso tenga que hacer un filón de chorrocientas personas, me agüevás)
- No tener razón. Por dicha, nunca sucede...pero debe ser verdaderamente espantoso eso de no tener razón siempre...
ME PUTEA DEMASIADO (Pierdo los estribos. Solo una persona en toda mi vida me ha visto así):
- Cuando tengo mucha hambre y voy a algún lado y pido una cosa para llevar, y me dan otra cosa diferente a la que pedí. Casi igual que lo que le pasó al compa que creó el post, solo que sea un error del supermercado el darle el Tropical de Guayaba. Yo me devolví a esa pizzería REPUTEADÍSIMO, rojo como un tomate y cuando le iba a explicar a la muchacha el error que había cometido, no podía hablar, tartamudeaba, me temblaban las manos, me sentía agitado, me empezaron a salir lágrimas de la puta chicha y de la impotencia y a como pude le expliqué lo que pasaba lo más moderadamente poco escandaloso que pude. La gente me veía, la amiga con la que andaba estaba más asustada que nadie, la muchacha que me atendió estaba medio frikeada, tomo la orden y me dice "Ya se la cambio, muchacho. Disculpe..."