Mae, hay días en que uno abre las noticias y todo es un despiche: que el costo de la vida, que las presas, que la política... Pero hoy no. Hoy nos levantamos con una noticia que de verdad infla el pecho. Resulta que Costa Rica, este pedacito de tierra, se acaba de meter en el cuarto lugar de toda América Latina en donación de órganos. ¡Qué nivel! Por primera vez en la historia llegamos a una tasa de 10 donantes por cada millón de habitantes. Puede que suene a un número más, pero detrás de esa cifra hay un montón de vidas que dieron un giro de 180 grados.
Pensemos en esto un toque: en lo que va del año, 53 personas, en el momento más duro para sus familias, decidieron dar el regalo más grande que existe. Gracias a ellos, 110 compas que estaban en una lista de espera, probablemente contando los días, hoy tienen un nuevo riñón, un nuevo hígado, un nuevo corazón o pulmones. A eso súmele más de 100 personas que mejoraron su calidad de vida con tejidos como córneas o piel. Esto no es vara de todos los días. Es el resultado de un brete inmenso de la gente de la Caja y, sobre todo, de un cambio de mentalidad en todos nosotros.
Y si nos metemos a los detalles, la cosa se pone todavía mejor. El Dr. José André Madrigal, que es el que coordina todo este programa en la CCSS, tiró unos datos que son para aplaudir de pie. Los trasplantes de hígado subieron un 54% comparado con el año pasado. Pero agárrense de la silla, porque los de pulmón se duplicaron. ¡Se duplicaron! Pasamos de 7 a 14 en un solo año. ¡Qué carga de avance! Imaginen lo que eso significa para alguien que literalmente no podía respirar bien. Es pasar de la oscuridad a la luz, así de simple.
Para que entiendan la magnitud de esta vara, pongámoslo en perspectiva. En el 2021, nuestra tasa era de apenas 3.15 donantes. El año pasado subimos a 5.61, y ya eso era bueno. Pero llegar a 10 este año, superando por mucho el promedio de Latinoamérica que anda por 6.8, es un salto cuántico. Esto demuestra que el sistema está funcionando y que la cultura de donación está calando. No es suerte, es el fruto de años de trabajo, de campañas de concientización y de doctores y enfermeras que se la juegan en cada procedimiento. Es la prueba de que cuando nos proponemos algo como país, podemos hacer cosas increíbles.
Al final, esta noticia va más allá de un ranking o un porcentaje. Habla de solidaridad, de empatía y de la capacidad de encontrar luz en medio de la tragedia. Habla de las familias que, en su momento de mayor dolor, piensan en los demás. Ellos son los verdaderos héroes de esta historia. Es una de esas noticias que le devuelven a uno la fe en el país y en su gente. Diay, no todo está perdido, ¿verdad? Nos demuestra que, a pesar de los problemas, el corazón del tico sigue siendo pura vida.
Ahora les tiro la bola a ustedes: Más allá de la alegría del momento, ¿qué creen que significa este logro para Costa Rica? ¿Será que por fin estamos entendiendo que donar órganos es el acto de generosidad más tuanis que podemos hacer por alguien? ¡Los leo en los comentarios!
Pensemos en esto un toque: en lo que va del año, 53 personas, en el momento más duro para sus familias, decidieron dar el regalo más grande que existe. Gracias a ellos, 110 compas que estaban en una lista de espera, probablemente contando los días, hoy tienen un nuevo riñón, un nuevo hígado, un nuevo corazón o pulmones. A eso súmele más de 100 personas que mejoraron su calidad de vida con tejidos como córneas o piel. Esto no es vara de todos los días. Es el resultado de un brete inmenso de la gente de la Caja y, sobre todo, de un cambio de mentalidad en todos nosotros.
Y si nos metemos a los detalles, la cosa se pone todavía mejor. El Dr. José André Madrigal, que es el que coordina todo este programa en la CCSS, tiró unos datos que son para aplaudir de pie. Los trasplantes de hígado subieron un 54% comparado con el año pasado. Pero agárrense de la silla, porque los de pulmón se duplicaron. ¡Se duplicaron! Pasamos de 7 a 14 en un solo año. ¡Qué carga de avance! Imaginen lo que eso significa para alguien que literalmente no podía respirar bien. Es pasar de la oscuridad a la luz, así de simple.
Para que entiendan la magnitud de esta vara, pongámoslo en perspectiva. En el 2021, nuestra tasa era de apenas 3.15 donantes. El año pasado subimos a 5.61, y ya eso era bueno. Pero llegar a 10 este año, superando por mucho el promedio de Latinoamérica que anda por 6.8, es un salto cuántico. Esto demuestra que el sistema está funcionando y que la cultura de donación está calando. No es suerte, es el fruto de años de trabajo, de campañas de concientización y de doctores y enfermeras que se la juegan en cada procedimiento. Es la prueba de que cuando nos proponemos algo como país, podemos hacer cosas increíbles.
Al final, esta noticia va más allá de un ranking o un porcentaje. Habla de solidaridad, de empatía y de la capacidad de encontrar luz en medio de la tragedia. Habla de las familias que, en su momento de mayor dolor, piensan en los demás. Ellos son los verdaderos héroes de esta historia. Es una de esas noticias que le devuelven a uno la fe en el país y en su gente. Diay, no todo está perdido, ¿verdad? Nos demuestra que, a pesar de los problemas, el corazón del tico sigue siendo pura vida.
Ahora les tiro la bola a ustedes: Más allá de la alegría del momento, ¿qué creen que significa este logro para Costa Rica? ¿Será que por fin estamos entendiendo que donar órganos es el acto de generosidad más tuanis que podemos hacer por alguien? ¡Los leo en los comentarios!