Mae, no hay nada como empezar un lunes, abrir la app del banco para ver cómo sobrevivimos la quincena y toparse con que la cuenta es un despiche total. Si a usted le pasó, tranquilo, no fue el único. Parece que al BAC Credomatic se le enredaron los cables este fin de semana, y la mañana de este lunes tuvieron que salir a admitir la torta: un montón de las transacciones y gestiones hechas el domingo quedaron en el limbo, provocando más de un susto y una buena dosis de colerón colectivo entre sus clientes.
La entidad, como es costumbre, sacó el comunicado de prensa de rigor en sus redes sociales con el ya clásico “¡Estamos trabajando por vos!”. En resumen, explicaron que tuvieron un atraso con el “cierre de gestiones” del domingo. En tico, eso significa que el sistema no procesó todo como debía, y que un montón de movimientos, pagos y transferencias se quedaron pegados. Prometieron que todo quedaría en firme antes del mediodía, pero para muchos, el mal rato ya estaba hecho. Porque una cosa es que lo digan con palabras bonitas, y otra muy diferente es ver cobros raros o que el pago de la tarjeta no se refleje a tiempo.
Y es que diay, más allá del lenguaje corporativo, la vara que de verdad importa es cómo nos afectó esto a la gente de a pie. Varios maes en redes sociales empezaron a reportar el verdadero arroz con mango. A algunos les estaban cobrando comisiones por hacer un Sinpe, una operación que todos sabemos es gratuita y que usamos hasta para pagar el pan. Imagínese el susto de hacer una transferencia y que de la nada le claven una comisión fantasma. A otros, simplemente las transacciones no se les reflejaban, creando esa horrible incertidumbre de: “¿Será que el pago pasó? ¿Será que me van a cobrar moratorios? ¿Se fue la plata al infinito y más allá?”.
El brete aquí no es solo arreglar el sistema, es entender que la confianza en la banca digital es sagrada. En un país donde ya casi nadie anda efectivo y todo se mueve por transferencias y pagos con tarjeta, un fallo de este tipo no es un simple “inconveniente técnico”. Es una falla que nos deja vulnerables. El plan de tener un inicio de semana tranquilo se va al traste cuando tenés que empezar a llamar al banco, revisar movimientos con lupa y cruzar los dedos para que tu plata esté donde tiene que estar. Estar salado es que justo te pase cuando tenías que hacer un pago importantísimo.
Al final, el BAC está trabajando en solucionarlo y seguro lo harán. Pero el episodio deja un sabor amargo y una lección importante sobre nuestra dependencia de estas plataformas. Ya no son solo una herramienta conveniente; son el motor de nuestra economía personal. Un “atraso” en su sistema puede significar un atraso en el pago del alquiler de alguien, en la compra del supermercado o en la paz mental de miles de personas que, simplemente, confiaron en que el chunche iba a funcionar como se supone que debe hacerlo.
Pero bueno, ahora la pregunta del millón es para ustedes, maes. ¿Alguno se vio afectado por este despiche del BAC? ¿Les apareció algún cobro fantasma o se quedaron esperando que un pago cayera? ¡Cuenten todo en los comentarios para ver qué tan grande fue la torta!
La entidad, como es costumbre, sacó el comunicado de prensa de rigor en sus redes sociales con el ya clásico “¡Estamos trabajando por vos!”. En resumen, explicaron que tuvieron un atraso con el “cierre de gestiones” del domingo. En tico, eso significa que el sistema no procesó todo como debía, y que un montón de movimientos, pagos y transferencias se quedaron pegados. Prometieron que todo quedaría en firme antes del mediodía, pero para muchos, el mal rato ya estaba hecho. Porque una cosa es que lo digan con palabras bonitas, y otra muy diferente es ver cobros raros o que el pago de la tarjeta no se refleje a tiempo.
Y es que diay, más allá del lenguaje corporativo, la vara que de verdad importa es cómo nos afectó esto a la gente de a pie. Varios maes en redes sociales empezaron a reportar el verdadero arroz con mango. A algunos les estaban cobrando comisiones por hacer un Sinpe, una operación que todos sabemos es gratuita y que usamos hasta para pagar el pan. Imagínese el susto de hacer una transferencia y que de la nada le claven una comisión fantasma. A otros, simplemente las transacciones no se les reflejaban, creando esa horrible incertidumbre de: “¿Será que el pago pasó? ¿Será que me van a cobrar moratorios? ¿Se fue la plata al infinito y más allá?”.
El brete aquí no es solo arreglar el sistema, es entender que la confianza en la banca digital es sagrada. En un país donde ya casi nadie anda efectivo y todo se mueve por transferencias y pagos con tarjeta, un fallo de este tipo no es un simple “inconveniente técnico”. Es una falla que nos deja vulnerables. El plan de tener un inicio de semana tranquilo se va al traste cuando tenés que empezar a llamar al banco, revisar movimientos con lupa y cruzar los dedos para que tu plata esté donde tiene que estar. Estar salado es que justo te pase cuando tenías que hacer un pago importantísimo.
Al final, el BAC está trabajando en solucionarlo y seguro lo harán. Pero el episodio deja un sabor amargo y una lección importante sobre nuestra dependencia de estas plataformas. Ya no son solo una herramienta conveniente; son el motor de nuestra economía personal. Un “atraso” en su sistema puede significar un atraso en el pago del alquiler de alguien, en la compra del supermercado o en la paz mental de miles de personas que, simplemente, confiaron en que el chunche iba a funcionar como se supone que debe hacerlo.
Pero bueno, ahora la pregunta del millón es para ustedes, maes. ¿Alguno se vio afectado por este despiche del BAC? ¿Les apareció algún cobro fantasma o se quedaron esperando que un pago cayera? ¡Cuenten todo en los comentarios para ver qué tan grande fue la torta!
