Diay, maes, cuando uno piensa que la novela del caso 'BCIE-cariñitos' no se puede poner más intensa, ¡pum! Le cae la Fiscalía General a Federico Cruz Saravanja, mejor conocido en el mundillo de la política como 'Choreco'. El que fuera asesor estrella y amigazo del presidente Rodrigo Chaves tuvo que sentarse a declarar, pero esta vez no como testigo, sino como imputado. Y el tema por el que lo investigan no es cualquier vara: es por el presunto delito de legitimación de capitales. ¡Casi nada!
Y no, no lo están llamando para un cafecito. La vara es seria: la Fiscalía sospecha que Choreco andaba enredado en un posible lavado de plata conectado a todo este despiche. ¡Qué torta! Lo interesante del asunto es que, aunque su nombre está embarrado en el mismo expediente que el presidente Chaves y el ministro de Cultura, su causa va por un camino separado. ¿La razón? Choreco, a diferencia de los otros dos, es un "simple mortal" a nivel legal, o sea, no tiene el fuero de ser miembro de un Supremo Poder, entonces el proceso es diferente. Pero que no los engañe el trámite: el lodo es el mismo para todos.
Aquí es donde el chisme se pone bueno y se convierte en un caso judicial de peso. El meollo del asunto, según la Fiscalía, es la supuesta presión que ejercieron Chaves y el ministro Rodríguez sobre el empresario Christian Bulgarelli. La jugada era, en teoría, obligarlo a "soltar" 32 mil dólares de un contrato que tenía con Casa Presidencial (financiado con plata del BCIE) y dárselos a Choreco. Según declaró el mismo Bulgarelli, la orden fue directa del presidente. Dijo textualmente que Chaves le exigió darle ese dinero a Federico, que en realidad era una "comisión" que Choreco usaría para comprarse una casa. ¡Así, a cachete!
Y como si el enredo no fuera suficiente, la plata tenía un destino muy claro: el adelanto para un contrato de alquiler con opción de compra de una choza en el Residencial Barlovento. La vuelta, según el testimonio de Bulgarelli, era tan turbia que Choreco ni siquiera quería que su nombre apareciera en los papeles iniciales, por eso le propuso al empresario figurar él como inquilino. Al final, Bulgarelli se negó a firmar y Choreco terminó apareciendo como el inquilino-comprador. Pero como en las mejores historias de mala suerte, todo el plan se fue al traste: Choreco terminó siendo desalojado de la propiedad por no pagar el alquiler. ¡Qué sal!
Recordemos que Choreco no es ningún pintado en la pared. Fue el estratega de la campaña que llevó a Chaves al poder, su asesor de confianza durante el inicio del gobierno y hasta se montó como presidente del partido chavista "Aquí Costa Rica Manda". O sea, era una pieza clave del círculo de hierro presidencial. Con esta nueva investigación sobre él por un delito tan grave, el tablero de ajedrez político se sacude fuerte y le pone la cosa color de hormiga al oficialismo. Ahora les pregunto a ustedes, foreros: ¿Creen que este es el hilo que finalmente va a deshacer todo el suéter del caso 'Cariñitos'? ¿O será otro escándalo que con el tiempo se enfría y termina en nada? ¡Los leo!
Y no, no lo están llamando para un cafecito. La vara es seria: la Fiscalía sospecha que Choreco andaba enredado en un posible lavado de plata conectado a todo este despiche. ¡Qué torta! Lo interesante del asunto es que, aunque su nombre está embarrado en el mismo expediente que el presidente Chaves y el ministro de Cultura, su causa va por un camino separado. ¿La razón? Choreco, a diferencia de los otros dos, es un "simple mortal" a nivel legal, o sea, no tiene el fuero de ser miembro de un Supremo Poder, entonces el proceso es diferente. Pero que no los engañe el trámite: el lodo es el mismo para todos.
Aquí es donde el chisme se pone bueno y se convierte en un caso judicial de peso. El meollo del asunto, según la Fiscalía, es la supuesta presión que ejercieron Chaves y el ministro Rodríguez sobre el empresario Christian Bulgarelli. La jugada era, en teoría, obligarlo a "soltar" 32 mil dólares de un contrato que tenía con Casa Presidencial (financiado con plata del BCIE) y dárselos a Choreco. Según declaró el mismo Bulgarelli, la orden fue directa del presidente. Dijo textualmente que Chaves le exigió darle ese dinero a Federico, que en realidad era una "comisión" que Choreco usaría para comprarse una casa. ¡Así, a cachete!
Y como si el enredo no fuera suficiente, la plata tenía un destino muy claro: el adelanto para un contrato de alquiler con opción de compra de una choza en el Residencial Barlovento. La vuelta, según el testimonio de Bulgarelli, era tan turbia que Choreco ni siquiera quería que su nombre apareciera en los papeles iniciales, por eso le propuso al empresario figurar él como inquilino. Al final, Bulgarelli se negó a firmar y Choreco terminó apareciendo como el inquilino-comprador. Pero como en las mejores historias de mala suerte, todo el plan se fue al traste: Choreco terminó siendo desalojado de la propiedad por no pagar el alquiler. ¡Qué sal!
Recordemos que Choreco no es ningún pintado en la pared. Fue el estratega de la campaña que llevó a Chaves al poder, su asesor de confianza durante el inicio del gobierno y hasta se montó como presidente del partido chavista "Aquí Costa Rica Manda". O sea, era una pieza clave del círculo de hierro presidencial. Con esta nueva investigación sobre él por un delito tan grave, el tablero de ajedrez político se sacude fuerte y le pone la cosa color de hormiga al oficialismo. Ahora les pregunto a ustedes, foreros: ¿Creen que este es el hilo que finalmente va a deshacer todo el suéter del caso 'Cariñitos'? ¿O será otro escándalo que con el tiempo se enfría y termina en nada? ¡Los leo!