Mae, uno se levanta un martes cualquiera, se está sirviendo el cafecito con pinto y ¡PUM! La noticia del día: el OIJ anda desatado por media Gran Área Metropolitana. Y no, no andaban buscando un vuelto. Se trata de un megaoperativo para desmantelar a una banda que, al parecer, tenía como deporte favorito dejar a la gente a pata. ¡Qué despiche de movilización! Desde Poás hasta Siquirres, pasando por Desampa y Hatillo. Básicamente, si usted vive en la GAM, es probable que se haya topado con una patrulla o un agente encapuchado esta mañana. La misión era clara: caerles encima a los sospechosos de una red dedicada al robo de vehículos que ya tenía al OIJ hasta la coronilla.
La vara es que este no era un grupito de novatos. Según el informe judicial, estamos hablando de una organización bien montada, con un líder de 47 años que funcionaba como el director de orquesta delictivo. Se les vincula con, agárrense, al menos 32 causas. ¡Treinta y dos! Imagínense la cantidad de gente que se quedó sin su chunche por culpa de estos maes. Su especialidad eran los carros tipo rural, esos 4x4 y pickups que tanto nos cuadran, y su método era el clásico y doloroso "descuido". Ese segundo en que usted se baja a la pulpería a comprar el fresco y cuando vuelve, solo queda el espacio vacío y esa sensación horrible en el estómago. ¡Qué torta para los dueños! Es la pesadilla de cualquiera que se ha pulseado el carro con tanto esfuerzo.
El "brete" de esta gente, que empezó a ser investigada desde el 2023, involucraba a un familión: al menos 15 personas, entre ellas 12 hombres y tres mujeres, todos aparentemente coordinados para sustraer los vehículos y, uno se imagina, hacerlos desaparecer o venderlos en partes. La investigación del OIJ, hay que decirlo, no fue de la noche a la mañana. Durante este tiempo lograron conectar los puntos y recuperar seis vehículos: tres que todavía estaban enteritos y otros tres que ya parecían un Frankenstein de repuestos, listos para el mercado negro. Es un recordatorio de que mientras uno está en el trabajo o durmiendo, hay toda una industria paralela moviéndose en la oscuridad.
Y diay, el mapa del tesoro delictivo se extendía por todo lado. Los allanamientos de hoy cubrieron Carrillos de Poás, Sabanilla y Atenas en Alajuela, Hatillo 8 y Coronado en San José, Belén en Heredia y hasta El Cairo de Siquirres. Una operación de esta magnitud te deja pensando en dos cosas. Primero, en la escala del problema; esta gente operaba con una impunidad tremenda y en un territorio amplísimo. Y segundo, que de los quince miembros identificados, dos ya estaban en la cárcel por otras gracias. Lo que nos lleva a la eterna pregunta sobre la puerta giratoria de nuestro sistema judicial.
Al final, se pretendía detener a 12 personas que ahora enfrentarán al Ministerio Público. Es una buena noticia, claro, un respiro momentáneo en la lucha contra el hampa. Pero la sensación de fondo es agridulce. Saber que una red tan grande operó durante tanto tiempo te quita un poco la paz. Por eso, mae, mi pregunta para el foro es esta: ¿Ustedes creen que estos megaoperativos son la solución de fondo o solo un curita para una herida que no para de sangrar? ¿Qué más se podría hacer para que a uno no le dé pánico dejar el carro dos minutos en la calle sin pensar que se lo van a desaparecer?
La vara es que este no era un grupito de novatos. Según el informe judicial, estamos hablando de una organización bien montada, con un líder de 47 años que funcionaba como el director de orquesta delictivo. Se les vincula con, agárrense, al menos 32 causas. ¡Treinta y dos! Imagínense la cantidad de gente que se quedó sin su chunche por culpa de estos maes. Su especialidad eran los carros tipo rural, esos 4x4 y pickups que tanto nos cuadran, y su método era el clásico y doloroso "descuido". Ese segundo en que usted se baja a la pulpería a comprar el fresco y cuando vuelve, solo queda el espacio vacío y esa sensación horrible en el estómago. ¡Qué torta para los dueños! Es la pesadilla de cualquiera que se ha pulseado el carro con tanto esfuerzo.
El "brete" de esta gente, que empezó a ser investigada desde el 2023, involucraba a un familión: al menos 15 personas, entre ellas 12 hombres y tres mujeres, todos aparentemente coordinados para sustraer los vehículos y, uno se imagina, hacerlos desaparecer o venderlos en partes. La investigación del OIJ, hay que decirlo, no fue de la noche a la mañana. Durante este tiempo lograron conectar los puntos y recuperar seis vehículos: tres que todavía estaban enteritos y otros tres que ya parecían un Frankenstein de repuestos, listos para el mercado negro. Es un recordatorio de que mientras uno está en el trabajo o durmiendo, hay toda una industria paralela moviéndose en la oscuridad.
Y diay, el mapa del tesoro delictivo se extendía por todo lado. Los allanamientos de hoy cubrieron Carrillos de Poás, Sabanilla y Atenas en Alajuela, Hatillo 8 y Coronado en San José, Belén en Heredia y hasta El Cairo de Siquirres. Una operación de esta magnitud te deja pensando en dos cosas. Primero, en la escala del problema; esta gente operaba con una impunidad tremenda y en un territorio amplísimo. Y segundo, que de los quince miembros identificados, dos ya estaban en la cárcel por otras gracias. Lo que nos lleva a la eterna pregunta sobre la puerta giratoria de nuestro sistema judicial.
Al final, se pretendía detener a 12 personas que ahora enfrentarán al Ministerio Público. Es una buena noticia, claro, un respiro momentáneo en la lucha contra el hampa. Pero la sensación de fondo es agridulce. Saber que una red tan grande operó durante tanto tiempo te quita un poco la paz. Por eso, mae, mi pregunta para el foro es esta: ¿Ustedes creen que estos megaoperativos son la solución de fondo o solo un curita para una herida que no para de sangrar? ¿Qué más se podría hacer para que a uno no le dé pánico dejar el carro dos minutos en la calle sin pensar que se lo van a desaparecer?