Maes, si pensaban que la novela del caso BCIE-Cariñitos ya no podía ponerse más densa, mejor agarren silla. Resulta que la Fiscalía General acaba de confirmar lo que ya se venía cocinando: ahora sí, oficialmente, Federico Cruz, mejor conocido por todo el país como "Choreco", está siendo investigado como imputado. Y no por cualquier vara, sino por el presunto delito de legitimación de capitales. ¡Qué despiche! Ya esto dejó de ser un simple chambre de pasillo; el amigo y exasesor del presidente Chaves tiene una causa penal abierta que se tramita por aparte, pero que está amarrada al mismo escándalo que ya tiene acusados al mismísimo Presi y al Ministro de Cultura.
Para los que andan un poco perdidos con tanto enredo, hagamos un resumen en buen tico. El caso, que tiene el nombre más irónico de la historia, "BCIE-Cariñitos" (que de cariñoso no tiene nada), investiga cómo Chaves y el ministro Rodríguez supuestamente le pusieron el pie en el cuello al empresario Christian Bulgarelli. ¿La supuesta orden? Que de la plata de un contrato de comunicación con Presidencia, financiado por el BCIE, le soltara $32 mil a Choreco. Básicamente, la acusación es que se usaron fondos de un préstamo internacional para, presuntamente, pagarle un favor personal al compa del mandatario, quien al parecer no hizo ningún brete que justificara ese platal.
Y aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. El testimonio de Bulgarelli es una bomba. El mae no se guardó nada y soltó que Chaves, en persona y en el patio de su propia casa en Monterán, le preguntó directamente si ya le había "ayudado" a Choreco con la plata. Bulgarelli dice que el presidente insistió en que "no lo abandonara". Incluso contó detalles que pintan un cuadro de una amistad súper íntima, como cuando Chaves consoló a un Choreco que estaba llorando por problemas personales. Todo esto, según el empresario, para demostrar que la presión no venía de un tercero, sino del más alto nivel y por un vínculo muy cercano. Al final, según Bulgarelli, todo el plan se fue al traste, el BCIE le abrió una investigación a él por corrupción y, como él dice, "solo querían mi cabeza".
Pero, ¿adónde fue a parar esa plata? Aquí está el detalle que lo amarra todo. Según la investigación, los $32 mil que Bulgarelli giró "obligado e inducido" se usaron para que Choreco pagara el alquiler de una choza con opción de compra en el Residencial Barlovento. La vuelta fue que, aparentemente para no dejar rastro, Choreco no quería que su nombre apareciera en los papeles y le pidió a Bulgarelli que firmara él. Cuando Bulgarelli se negó, Choreco terminó firmando como inquilino-comprador. Y para ponerle la cereza al pastel de este enredo, ¿saben qué pasó? Meses después, a Choreco lo terminaron desalojando del inmueble por no pagar el alquiler. ¡Qué sal!
Ahora, con la Fiscalía investigando a Choreco por legitimación de capitales y con el Presidente y un ministro ya acusados por concusión (que es, básicamente, usar el puestazo para obligar a alguien a dar plata), el panorama se complica para el círculo de confianza de Zapote. Ya no es solo un tema de ética o de favores políticos; estamos hablando de delitos penales serios que se castigan con cárcel. Esta vara apenas empieza y promete sacar chispas por todo lado. Más allá de si Choreco es culpable o no, ¿qué dice esto del filtro y del equipo del que se rodea el Presidente? ¿Es un caso aislado o la punta de un iceberg que apenas estamos viendo? ¿Ustedes qué opinan, maes? Los leo.
Para los que andan un poco perdidos con tanto enredo, hagamos un resumen en buen tico. El caso, que tiene el nombre más irónico de la historia, "BCIE-Cariñitos" (que de cariñoso no tiene nada), investiga cómo Chaves y el ministro Rodríguez supuestamente le pusieron el pie en el cuello al empresario Christian Bulgarelli. ¿La supuesta orden? Que de la plata de un contrato de comunicación con Presidencia, financiado por el BCIE, le soltara $32 mil a Choreco. Básicamente, la acusación es que se usaron fondos de un préstamo internacional para, presuntamente, pagarle un favor personal al compa del mandatario, quien al parecer no hizo ningún brete que justificara ese platal.
Y aquí es donde la cosa se pone color de hormiga. El testimonio de Bulgarelli es una bomba. El mae no se guardó nada y soltó que Chaves, en persona y en el patio de su propia casa en Monterán, le preguntó directamente si ya le había "ayudado" a Choreco con la plata. Bulgarelli dice que el presidente insistió en que "no lo abandonara". Incluso contó detalles que pintan un cuadro de una amistad súper íntima, como cuando Chaves consoló a un Choreco que estaba llorando por problemas personales. Todo esto, según el empresario, para demostrar que la presión no venía de un tercero, sino del más alto nivel y por un vínculo muy cercano. Al final, según Bulgarelli, todo el plan se fue al traste, el BCIE le abrió una investigación a él por corrupción y, como él dice, "solo querían mi cabeza".
Pero, ¿adónde fue a parar esa plata? Aquí está el detalle que lo amarra todo. Según la investigación, los $32 mil que Bulgarelli giró "obligado e inducido" se usaron para que Choreco pagara el alquiler de una choza con opción de compra en el Residencial Barlovento. La vuelta fue que, aparentemente para no dejar rastro, Choreco no quería que su nombre apareciera en los papeles y le pidió a Bulgarelli que firmara él. Cuando Bulgarelli se negó, Choreco terminó firmando como inquilino-comprador. Y para ponerle la cereza al pastel de este enredo, ¿saben qué pasó? Meses después, a Choreco lo terminaron desalojando del inmueble por no pagar el alquiler. ¡Qué sal!
Ahora, con la Fiscalía investigando a Choreco por legitimación de capitales y con el Presidente y un ministro ya acusados por concusión (que es, básicamente, usar el puestazo para obligar a alguien a dar plata), el panorama se complica para el círculo de confianza de Zapote. Ya no es solo un tema de ética o de favores políticos; estamos hablando de delitos penales serios que se castigan con cárcel. Esta vara apenas empieza y promete sacar chispas por todo lado. Más allá de si Choreco es culpable o no, ¿qué dice esto del filtro y del equipo del que se rodea el Presidente? ¿Es un caso aislado o la punta de un iceberg que apenas estamos viendo? ¿Ustedes qué opinan, maes? Los leo.