Imagínese esta escena: es viernes, está pegado en el brete y se acuerda que el domingo hay que hacer un asado para ver la mejenga. Antes, eso significaba un estrés, coordinar quién compra qué, ir al súper, etc. Ahora, piense en esto: usted agarra el celular y le escribe a un chat: “Mae, organíceme un asado para 10 personas este domingo. Necesito carne, carbón, tortillas, unas birras y que todo llegue a mi choza antes del mediodía”. Y listo. El bot no solo le busca las mejores ofertas, sino que le paga todo con su tarjeta y le coordina el envío. ¡Qué nivel! No es ciencia ficción, es la vara que están cocinando gigantes como Visa y Mastercard.
Diay, sí. La idea de tener un asistente personal que nos resuelva la vida suena tuanis, pero hasta ahora era cosa de millonarios. Lo que estas empresas proponen es, básicamente, darle superpoderes a los chatbots que ya conocemos (como ChatGPT o Copilot) para que pasen de ser un simple buscador a convertirse en su agente de compras personal. El vicepresidente de Visa para la región, Rodrigo Barros, lo dijo clarito: esto es un antes y un después, un cambio tan grande como cuando aparecieron las tarjetas de crédito o las compras por Internet. ¡Qué carga! Están metidos de lleno en el brete con pesos pesados como OpenAI y Microsoft para que esta tecnología sea una realidad pronto.
Obviamente, la primera pregunta que a uno se le viene a la cabeza es: ¿y la seguridad? Porque una cosa es pedirle a la IA que le escriba un correo y otra muy distinta es darle acceso a la tarjeta de crédito para que se vuelva loca comprando chereques. Es el clásico “¡qué chiva la idea, pero qué miedo!”. Y las marcas lo saben. Por eso, gran parte del desarrollo actual está enfocado en crear confianza. Están trabajando en sistemas de seguridad biométrica (como su huella o su cara) para que el bot sepa, sin lugar a dudas, que es usted quien está dando la orden y no un mae que le robó el celular. La idea es que el sistema sea tan seguro que distinguir entre un agente de confianza y uno malicioso sea pan comido.
Mastercard, por su parte, ya le puso nombre al chunche: “Agent Pay”. Y el enfoque de ellos es igual de ambicioso. No solo piensan en nosotros, los mortales que queremos organizar una fiesta de 30 años sin estrés, sino también en las empresas. Ponen el ejemplo de una pyme textil que podría usar a su agente de IA para negociar con un proveedor en China, optimizar los pagos y gestionar toda la logística con una simple conversación. Esto va más allá de comprar el adorno para el queque; estamos hablando de redefinir cómo funcionan los negocios a nivel global. El objetivo es que la IA se convierta en una herramienta que no solo recomienda, sino que ejecuta.
Al final del día, esta vara va a pasar, queramos o no. La comodidad casi siempre le gana la partida al miedo. Primero nos dio cosa poner la tarjeta en una página web, y ahora lo hacemos sin pensarlo dos veces. La gran diferencia es que aquí estamos cediendo un nuevo nivel de control y autonomía a un algoritmo. La tecnología suena a cachete, no hay duda, pero nos obliga a plantearnos una pregunta fundamental sobre el futuro. Así que, maes, les tiro la bola a ustedes: ¿Le soltarían las riendas de su billetera a un chatbot, por más inteligente que sea? ¿O sienten que es el primer paso para que Skynet termine decidiendo hasta la marca de nuestro papel higiénico? ¡Los leo en los comentarios!
Diay, sí. La idea de tener un asistente personal que nos resuelva la vida suena tuanis, pero hasta ahora era cosa de millonarios. Lo que estas empresas proponen es, básicamente, darle superpoderes a los chatbots que ya conocemos (como ChatGPT o Copilot) para que pasen de ser un simple buscador a convertirse en su agente de compras personal. El vicepresidente de Visa para la región, Rodrigo Barros, lo dijo clarito: esto es un antes y un después, un cambio tan grande como cuando aparecieron las tarjetas de crédito o las compras por Internet. ¡Qué carga! Están metidos de lleno en el brete con pesos pesados como OpenAI y Microsoft para que esta tecnología sea una realidad pronto.
Obviamente, la primera pregunta que a uno se le viene a la cabeza es: ¿y la seguridad? Porque una cosa es pedirle a la IA que le escriba un correo y otra muy distinta es darle acceso a la tarjeta de crédito para que se vuelva loca comprando chereques. Es el clásico “¡qué chiva la idea, pero qué miedo!”. Y las marcas lo saben. Por eso, gran parte del desarrollo actual está enfocado en crear confianza. Están trabajando en sistemas de seguridad biométrica (como su huella o su cara) para que el bot sepa, sin lugar a dudas, que es usted quien está dando la orden y no un mae que le robó el celular. La idea es que el sistema sea tan seguro que distinguir entre un agente de confianza y uno malicioso sea pan comido.
Mastercard, por su parte, ya le puso nombre al chunche: “Agent Pay”. Y el enfoque de ellos es igual de ambicioso. No solo piensan en nosotros, los mortales que queremos organizar una fiesta de 30 años sin estrés, sino también en las empresas. Ponen el ejemplo de una pyme textil que podría usar a su agente de IA para negociar con un proveedor en China, optimizar los pagos y gestionar toda la logística con una simple conversación. Esto va más allá de comprar el adorno para el queque; estamos hablando de redefinir cómo funcionan los negocios a nivel global. El objetivo es que la IA se convierta en una herramienta que no solo recomienda, sino que ejecuta.
Al final del día, esta vara va a pasar, queramos o no. La comodidad casi siempre le gana la partida al miedo. Primero nos dio cosa poner la tarjeta en una página web, y ahora lo hacemos sin pensarlo dos veces. La gran diferencia es que aquí estamos cediendo un nuevo nivel de control y autonomía a un algoritmo. La tecnología suena a cachete, no hay duda, pero nos obliga a plantearnos una pregunta fundamental sobre el futuro. Así que, maes, les tiro la bola a ustedes: ¿Le soltarían las riendas de su billetera a un chatbot, por más inteligente que sea? ¿O sienten que es el primer paso para que Skynet termine decidiendo hasta la marca de nuestro papel higiénico? ¡Los leo en los comentarios!