Diay, maes, cuando uno piensa que todavía falta un mundo para las elecciones del 2026, ¡pum! Empiezan a moverse las fichas en el tablero. Parece que el Partido Centro Democrático y Social (PCDS) no quiso quedarse atrás y ya tiró su fórmula presidencial completa. Y la cabeza de esa vara es un nombre que a muchos les va a sonar, para bien o para mal: Ana Virginia Calzada, la exmagistrada que ahora quiere pasar de la Sala IV al Despacho Presidencial. La noticia salió hoy y, queramos o no, pone un nuevo jugador en una cancha que ya se empezaba a llenar.
Y ojo, no estamos hablando de cualquier pelagatos. Calzada tiene un currículum que impone: fue la primera mujer en presidir la Sala Constitucional, un detalle no menor en la historia del país. Su discurso de arranque es el que uno se esperaría, pero no por eso menos importante: habla de "reconstruir Costa Rica", darle "oportunidades a los jóvenes" y evitar que "los niños tengan un arma en lugar de un libro". El clásico libreto, pero diay, es el que hay que tocar para empezar el brete de una campaña. Lo interesante será ver cómo traduce esa experiencia judicial en propuestas concretas para temas que se le escapan a la Constitución, como el costo de la vida o la inseguridad en las calles.
Pero aquí es donde la vara se pone interesante. La fórmula no es solo ella. La acompañan dos perfiles que, sinceramente, se salen del molde político tradicional. Por un lado, como primer vicepresidente, está Oldemar Rodríguez, un catedrático de la UCR con el Premio Nacional de Ciencia y hasta una medalla de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. O sea, el mae es un peso pesado en lo académico y científico. Por el otro lado, como segunda vicepresidenta, está Heilen Díaz, una experta en políticas públicas que ha pasado por la Caja, la ARESEP y hasta el SICA. Pura cabeza técnica con más de 15 años de docencia e investigación a cuestas.
Entonces, ¿cuál es la jugada aquí? Viéndolo desde afuera, parece que el PCDS está apostando por una carta muy específica: la del conocimiento, la seriedad y la institucionalidad. Ponen a una exmagistrada de la Sala IV, a un científico premiado y a una tecnócrata de políticas públicas. Es como si quisieran gritarle al electorado: "Aquí no hay improvisados, aquí hay currículum". En un panorama político que a ratos parece un zafarrancho de colegio, con gritos en el Plenario y acusaciones por todo lado, la estrategia tiene su lógica. El reto, claro, será traducir esos atestados académicos y judiciales en votos. Porque una cosa es tener un "dream team" en papel y otra muy distinta es conectar con la gente que anda en el bus preocupada por si le alcanza la plata para el arroz y los frijoles.
Al final del día, esto apenas empieza y falta mucha tela que cortar. Habrá que ver cómo se desarrolla la campaña, qué tan bien comunican sus ideas y si logran calar en un electorado que, seamos honestos, anda bastante harto de la politiquería. A mí me parece una propuesta, por lo menos, seria en el papel, que intenta diferenciarse del ruido. Pero ahora les tiro la bola a ustedes, maes. ¿Qué les parece esta fórmula? ¿Les suena la idea de un perfil tan técnico y judicial para la presidencia o creen que se necesita otro tipo de liderazgo más "de calle"? ¿Tiene chance el PCDS de dejar de ser un actor secundario con este equipo?
Y ojo, no estamos hablando de cualquier pelagatos. Calzada tiene un currículum que impone: fue la primera mujer en presidir la Sala Constitucional, un detalle no menor en la historia del país. Su discurso de arranque es el que uno se esperaría, pero no por eso menos importante: habla de "reconstruir Costa Rica", darle "oportunidades a los jóvenes" y evitar que "los niños tengan un arma en lugar de un libro". El clásico libreto, pero diay, es el que hay que tocar para empezar el brete de una campaña. Lo interesante será ver cómo traduce esa experiencia judicial en propuestas concretas para temas que se le escapan a la Constitución, como el costo de la vida o la inseguridad en las calles.
Pero aquí es donde la vara se pone interesante. La fórmula no es solo ella. La acompañan dos perfiles que, sinceramente, se salen del molde político tradicional. Por un lado, como primer vicepresidente, está Oldemar Rodríguez, un catedrático de la UCR con el Premio Nacional de Ciencia y hasta una medalla de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. O sea, el mae es un peso pesado en lo académico y científico. Por el otro lado, como segunda vicepresidenta, está Heilen Díaz, una experta en políticas públicas que ha pasado por la Caja, la ARESEP y hasta el SICA. Pura cabeza técnica con más de 15 años de docencia e investigación a cuestas.
Entonces, ¿cuál es la jugada aquí? Viéndolo desde afuera, parece que el PCDS está apostando por una carta muy específica: la del conocimiento, la seriedad y la institucionalidad. Ponen a una exmagistrada de la Sala IV, a un científico premiado y a una tecnócrata de políticas públicas. Es como si quisieran gritarle al electorado: "Aquí no hay improvisados, aquí hay currículum". En un panorama político que a ratos parece un zafarrancho de colegio, con gritos en el Plenario y acusaciones por todo lado, la estrategia tiene su lógica. El reto, claro, será traducir esos atestados académicos y judiciales en votos. Porque una cosa es tener un "dream team" en papel y otra muy distinta es conectar con la gente que anda en el bus preocupada por si le alcanza la plata para el arroz y los frijoles.
Al final del día, esto apenas empieza y falta mucha tela que cortar. Habrá que ver cómo se desarrolla la campaña, qué tan bien comunican sus ideas y si logran calar en un electorado que, seamos honestos, anda bastante harto de la politiquería. A mí me parece una propuesta, por lo menos, seria en el papel, que intenta diferenciarse del ruido. Pero ahora les tiro la bola a ustedes, maes. ¿Qué les parece esta fórmula? ¿Les suena la idea de un perfil tan técnico y judicial para la presidencia o creen que se necesita otro tipo de liderazgo más "de calle"? ¿Tiene chance el PCDS de dejar de ser un actor secundario con este equipo?