Maes, ¿se acuerdan de la bulla que se hizo hace un par de meses cuando se supo que Tabacón, la joya de la corona de La Fortuna, cambiaba de dueños? Diay, la noticia fue que la transnacional gringa Pursuit Attractions and Hospitality se dejó venir y compró no solo el hotelazo, sino también todo el sector de Choyín. Mucha gente se quedó con la duda de qué significaba esa movida, si era solo un negocio más o si la vara iba en serio. Pues bueno, parece que ya tenemos la respuesta: la compra de Tabacón no fue el final de la historia, era apenas el primer capítulo.
Resulta que el vicepresidente senior de Pursuit, un mae llamado Mark Piquette, soltó la sopa y lo dijo sin pelos en la lengua: "Planeamos estar en Costa Rica para siempre". ¡Así como lo oyen! No vinieron solo a administrar el chuzo de hotel que ya conocemos, sino que andan con el mapa del país en la mano buscando dónde más invertir. Según Piquette, la idea es ampliar su "colección" de experiencias por acá en los próximos años. El tipo entiende perfecto la dinámica del turista que nos visita; sabe que el que viene no se queda pegado en un solo lugar. Vienen una o dos semanas, se van para Tabacón, pero después jalan para Tamarindo, para Nicoya o se mandan a la montaña. ¡Qué nivel de visión! No están pensando en pequeño, están viendo el paquete completo.
Y, ¿por qué tanto amor con Costa Rica de repente? La respuesta es tan obvia que a veces se nos olvida: la bendita "marca país". Piquette lo tiene clarísimo. El mae dice que la marca turística de Costa Rica es reconocida en todo el mundo y que somos famosos por la sostenibilidad. En sus propias palabras, este es de los pocos lugares del planeta donde uno puede estar en la playa, luego irse al bosque nuboso y ver una cantidad absurda de vida silvestre en el mismo viaje. Sabe que, sin importar las broncas que haya en el mundo, la gente siempre va a querer venir aquí a ver cosas hermosas. Nuestros paisajes y nuestra biodiversidad, básicamente, se venden solos, y esta gente lo sabe y está dispuesta a meterle plata a eso.
Ahora, para los que ya estaban arrugando la cara pensando que iban a llegar a cambiar todo el chunche y a traerse a su propia gente, Piquette también tuvo algo que decir sobre eso. Hizo mucho énfasis en el talento local y en escuchar a la comunidad de La Fortuna y al equipo que ya hacía que Tabacón fuera lo que es. El plan, dice, no es llegar a imponer, sino entender qué necesita la zona para crecer de la mano con ellos. Es una buena señal, porque de nada sirve una inversión millonaria si se va a ir al traste la relación con la gente que le da vida al lugar. Al final, el éxito de estos bretes depende, en gran parte, del calor humano y del conocimiento que solo la gente de la zona tiene.
En resumen, esta vara es más grande de lo que parecía. La llegada de Pursuit no es un evento aislado; es una apuesta estratégica y a largo plazo por el modelo turístico tico. Se llevaron uno de los destinos más icónicos, sí, pero con la promesa de que esto es solo el comienzo y que el resto del país también está en su radar. Esto podría significar más y mejores empleos en otras zonas, y un espaldarazo internacional a la forma en que hemos manejado el turismo. Ahora, la pregunta del millón, maes: ¿Ustedes qué opinan? ¿Es esta una señal de que la "marca Costa Rica" está más a cachete que nunca, o les da cosa que cada vez más "chunches" icónicos del país queden en manos de afuera? ¿O un poco de las dos? ¡Los leo en los comentarios!
Resulta que el vicepresidente senior de Pursuit, un mae llamado Mark Piquette, soltó la sopa y lo dijo sin pelos en la lengua: "Planeamos estar en Costa Rica para siempre". ¡Así como lo oyen! No vinieron solo a administrar el chuzo de hotel que ya conocemos, sino que andan con el mapa del país en la mano buscando dónde más invertir. Según Piquette, la idea es ampliar su "colección" de experiencias por acá en los próximos años. El tipo entiende perfecto la dinámica del turista que nos visita; sabe que el que viene no se queda pegado en un solo lugar. Vienen una o dos semanas, se van para Tabacón, pero después jalan para Tamarindo, para Nicoya o se mandan a la montaña. ¡Qué nivel de visión! No están pensando en pequeño, están viendo el paquete completo.
Y, ¿por qué tanto amor con Costa Rica de repente? La respuesta es tan obvia que a veces se nos olvida: la bendita "marca país". Piquette lo tiene clarísimo. El mae dice que la marca turística de Costa Rica es reconocida en todo el mundo y que somos famosos por la sostenibilidad. En sus propias palabras, este es de los pocos lugares del planeta donde uno puede estar en la playa, luego irse al bosque nuboso y ver una cantidad absurda de vida silvestre en el mismo viaje. Sabe que, sin importar las broncas que haya en el mundo, la gente siempre va a querer venir aquí a ver cosas hermosas. Nuestros paisajes y nuestra biodiversidad, básicamente, se venden solos, y esta gente lo sabe y está dispuesta a meterle plata a eso.
Ahora, para los que ya estaban arrugando la cara pensando que iban a llegar a cambiar todo el chunche y a traerse a su propia gente, Piquette también tuvo algo que decir sobre eso. Hizo mucho énfasis en el talento local y en escuchar a la comunidad de La Fortuna y al equipo que ya hacía que Tabacón fuera lo que es. El plan, dice, no es llegar a imponer, sino entender qué necesita la zona para crecer de la mano con ellos. Es una buena señal, porque de nada sirve una inversión millonaria si se va a ir al traste la relación con la gente que le da vida al lugar. Al final, el éxito de estos bretes depende, en gran parte, del calor humano y del conocimiento que solo la gente de la zona tiene.
En resumen, esta vara es más grande de lo que parecía. La llegada de Pursuit no es un evento aislado; es una apuesta estratégica y a largo plazo por el modelo turístico tico. Se llevaron uno de los destinos más icónicos, sí, pero con la promesa de que esto es solo el comienzo y que el resto del país también está en su radar. Esto podría significar más y mejores empleos en otras zonas, y un espaldarazo internacional a la forma en que hemos manejado el turismo. Ahora, la pregunta del millón, maes: ¿Ustedes qué opinan? ¿Es esta una señal de que la "marca Costa Rica" está más a cachete que nunca, o les da cosa que cada vez más "chunches" icónicos del país queden en manos de afuera? ¿O un poco de las dos? ¡Los leo en los comentarios!