Maes, si el plan de este sábado era quedarse en la choza viendo Netflix o ir a dar la misma vuelta de siempre por Chepe, paren todo. Resulta que el Museo del Jade se mandó con un evento que suena a otro nivel: van a mezclar lo más tuanis de la cultura tica con un viaje al Japón antiguo. Y lo mejor de todo, la entrada es de gratis para nacionales y residentes, con un 2x1 para extranjeros. Diay, ¿así o más perfecto para no gastar un cinco y pasarla bien?
La vara arranca desde la 1 p.m. y no es cualquier cosa. Van a tener una estación de juegos tradicionales, de esos que uno jugaba en la escuela, y por supuesto, comida para ponerle bonito al diente con lo que venden los emprendedores de aquí. Pero el plato fuerte, para mí, es la tarde bailable. Hablamos de swing criollo, bolerito, salsa y merengue. O sea, el chance perfecto para sacar a la abuela, a la tía o a esa persona especial a tirar paso y demostrar que uno todavía tiene el ritmo en las venas. Y para cerrar, como tiene que ser, se armará la fiesta con cimarrona y mascarada. Un cierre a cachete, con toda la esencia de pueblo que nos encanta.
Pero aquí es donde el asunto se pone todavía más interesante y hasta intelectualoide. El evento es la excusa perfecta para el cierre de la expo temporal “¡Por la fiesta!”, pero también para darle la bienvenida a una nueva que suena increíble: “El Mundo Jōmon”. Para los que no estamos muy enterados (como yo hasta hace cinco minutos), la cultura Jōmon es una de las más antiguas de Japón. ¡Maes, estamos hablando de gente que andaba por ahí entre el 16,000 y el 2,700 antes de Cristo! ¡Una locura! La exposición tiene unos chunches de cerámica con diseños de cuerdas, herramientas de piedra y hueso, y unas figurillas rituales que llaman dogū. ¡Qué carga poder ver artefactos con miles y miles de años de historia aquí mismo, en el centro de Chepe!
Y no es solo ir a ver vasijas y piedras viejas, que ya de por sí es tuanis. La expo invita a pensar en varas más profundas, como qué significa un “hogar”, nuestra relación con la naturaleza y de dónde salió todo este asunto del arte figurativo. Es como un espejo en el tiempo que nos hace cuestionarnos un montón de cosas. Así que ya saben, la fiesta con todo el sabor tico es solo este sábado 6 de septiembre, de 8 a.m. a 5 p.m. Pero la exposición Jōmon se queda hasta enero de 2026, por si quieren volver con más calma a analizar cada chereque. El Museo del Jade está ahí en el corazón de San José, y repito: ¡gratis para ticos! Avísenle a sus compas extranjeros que aprovechen el 2x1.
La verdad, ¡qué nivel de iniciativa! Mezclar nuestra cimarrona con una de las culturas más viejas del mundo, y nuestro swing criollo con artefactos prehistóricos, todo en un mismo lugar y sin que nos cueste un peso, es un planazo. Es de esas varas que hacen que uno diga que Chepe a veces se la juega y nos da sorpresas de calidad. En fin, yo de fijo me apunto, aunque sea para ver si los japoneses antiguos tenían buen gusto para la cerámica. ¿Ustedes qué dicen? ¿Se van a dar la vuelta? ¿Qué les llama más la atención, el bailongo tico o el viaje al Japón prehistórico? ¡Cuenten a ver!
La vara arranca desde la 1 p.m. y no es cualquier cosa. Van a tener una estación de juegos tradicionales, de esos que uno jugaba en la escuela, y por supuesto, comida para ponerle bonito al diente con lo que venden los emprendedores de aquí. Pero el plato fuerte, para mí, es la tarde bailable. Hablamos de swing criollo, bolerito, salsa y merengue. O sea, el chance perfecto para sacar a la abuela, a la tía o a esa persona especial a tirar paso y demostrar que uno todavía tiene el ritmo en las venas. Y para cerrar, como tiene que ser, se armará la fiesta con cimarrona y mascarada. Un cierre a cachete, con toda la esencia de pueblo que nos encanta.
Pero aquí es donde el asunto se pone todavía más interesante y hasta intelectualoide. El evento es la excusa perfecta para el cierre de la expo temporal “¡Por la fiesta!”, pero también para darle la bienvenida a una nueva que suena increíble: “El Mundo Jōmon”. Para los que no estamos muy enterados (como yo hasta hace cinco minutos), la cultura Jōmon es una de las más antiguas de Japón. ¡Maes, estamos hablando de gente que andaba por ahí entre el 16,000 y el 2,700 antes de Cristo! ¡Una locura! La exposición tiene unos chunches de cerámica con diseños de cuerdas, herramientas de piedra y hueso, y unas figurillas rituales que llaman dogū. ¡Qué carga poder ver artefactos con miles y miles de años de historia aquí mismo, en el centro de Chepe!
Y no es solo ir a ver vasijas y piedras viejas, que ya de por sí es tuanis. La expo invita a pensar en varas más profundas, como qué significa un “hogar”, nuestra relación con la naturaleza y de dónde salió todo este asunto del arte figurativo. Es como un espejo en el tiempo que nos hace cuestionarnos un montón de cosas. Así que ya saben, la fiesta con todo el sabor tico es solo este sábado 6 de septiembre, de 8 a.m. a 5 p.m. Pero la exposición Jōmon se queda hasta enero de 2026, por si quieren volver con más calma a analizar cada chereque. El Museo del Jade está ahí en el corazón de San José, y repito: ¡gratis para ticos! Avísenle a sus compas extranjeros que aprovechen el 2x1.
La verdad, ¡qué nivel de iniciativa! Mezclar nuestra cimarrona con una de las culturas más viejas del mundo, y nuestro swing criollo con artefactos prehistóricos, todo en un mismo lugar y sin que nos cueste un peso, es un planazo. Es de esas varas que hacen que uno diga que Chepe a veces se la juega y nos da sorpresas de calidad. En fin, yo de fijo me apunto, aunque sea para ver si los japoneses antiguos tenían buen gusto para la cerámica. ¿Ustedes qué dicen? ¿Se van a dar la vuelta? ¿Qué les llama más la atención, el bailongo tico o el viaje al Japón prehistórico? ¡Cuenten a ver!