Maes, a veces uno se mete a leer noticias y la verdad es que todo parece un despiche. Que si la gasolina, que si la política, que si el aguacero que inundó media GAM... Pero de vez en cuando, entre tanto caos, sale una vara que le devuelve a uno la fe en la humanidad y en nuestra querida Costa Rica. Y hoy, la buena noticia viene de Guanacaste, y no, no tiene que ver con una playa nueva. Se trata de un brete comunitario tan bien hecho que más de 90 mil personas vieron un cambio real en sus vidas el año pasado, todo gracias a la gente de la Asociación Creciendo Juntos, el brazo social de Península Papagayo.
Vamos por partes, porque el trabajo que se mandaron es gigante. En educación, que es la base de todo, no se anduvieron por las ramas. Repartieron libros de materias básicas a más de 1.500 güilas en 14 escuelas con su programa "Libros para Todos". Pero no se quedaron ahí: inauguraron aulas de educación técnica y apoyaron a más de 200 personas para que se graduaran con el INA. Y la joya de la corona, para mí, es el Hub Tecnológico Comunitario. ¡Qué carga! No es solo poner compus y chunches de última generación; es darle a más de 3.000 personas de 37 comunidades acceso gratis a internet y capacitaciones. Y ojo al dato que me voló la cabeza: el 59% de la gente que usó el Hub fueron mujeres. Eso, señores y señoras, sí es cerrar brechas de verdad. ¡A cachete!
Pero la cosa no se detiene ahí. Porque de nada sirve tener la mejor educación si la salud anda mal, ¿verdad? Se metieron de lleno con clínicas comunitarias que, en alianza con la Caja, atendieron gratis a más de 9.000 chiquitos en medicina preventiva y psicológica. Mae, eso es pensar a futuro, es evitar el problema antes de que se haga gigante. Le están apostando al bienestar integral, con charlas para estudiantes, profes y tatas. Y para rematar, le están entrando a la sostenibilidad con programas de huertas caseras y hasta un proyecto de apicultura. No solo están promoviendo comida sana, sino que están creando nuevas oportunidades de negocio para la gente de la zona.
Y aquí es donde la vara se pone todavía más seria y demuestra el verdadero músculo de esta gente: la comunidad. Durante 2024 movilizaron más de 1.2 millones de dólares en donaciones y voluntariado, llegando a casi 77 mil personas. ¡Qué nivel! Pero el ejemplo más claro de su impacto fue durante las inundaciones que golpearon tan duro a Guana. Diay, cuando el agua se llevó todo, no se quedaron de brazos cruzados. Se movieron rapidísimo y recaudaron más de $289 mil que se fueron directo a lo más urgente: comida, colchones e infraestructura básica. Eso es estar ahí en las buenas y en las malas, es tener un compromiso real con la gente, más allá de la foto bonita.
Al final, lo que nos deja esta historia no es solo una lista de números impresionantes. Es la prueba de que cuando el sector privado, las comunidades y las organizaciones se juntan con un objetivo claro, se pueden lograr cosas increíbles. Como dijo la directora, Elsa Bonilla, el compromiso es construir un futuro más equitativo y sostenible. Y por lo que se ve, no es pura hablada, lo están logrando paso a paso. La pregunta que me queda en el aire es: ¿Creen que este modelo de Creciendo Juntos, que mezcla inversión privada con comunidad, se podría replicar en otras zonas del país que también lo necesitan? ¿O es una vara muy específica de Guana? ¡Los leo!
Vamos por partes, porque el trabajo que se mandaron es gigante. En educación, que es la base de todo, no se anduvieron por las ramas. Repartieron libros de materias básicas a más de 1.500 güilas en 14 escuelas con su programa "Libros para Todos". Pero no se quedaron ahí: inauguraron aulas de educación técnica y apoyaron a más de 200 personas para que se graduaran con el INA. Y la joya de la corona, para mí, es el Hub Tecnológico Comunitario. ¡Qué carga! No es solo poner compus y chunches de última generación; es darle a más de 3.000 personas de 37 comunidades acceso gratis a internet y capacitaciones. Y ojo al dato que me voló la cabeza: el 59% de la gente que usó el Hub fueron mujeres. Eso, señores y señoras, sí es cerrar brechas de verdad. ¡A cachete!
Pero la cosa no se detiene ahí. Porque de nada sirve tener la mejor educación si la salud anda mal, ¿verdad? Se metieron de lleno con clínicas comunitarias que, en alianza con la Caja, atendieron gratis a más de 9.000 chiquitos en medicina preventiva y psicológica. Mae, eso es pensar a futuro, es evitar el problema antes de que se haga gigante. Le están apostando al bienestar integral, con charlas para estudiantes, profes y tatas. Y para rematar, le están entrando a la sostenibilidad con programas de huertas caseras y hasta un proyecto de apicultura. No solo están promoviendo comida sana, sino que están creando nuevas oportunidades de negocio para la gente de la zona.
Y aquí es donde la vara se pone todavía más seria y demuestra el verdadero músculo de esta gente: la comunidad. Durante 2024 movilizaron más de 1.2 millones de dólares en donaciones y voluntariado, llegando a casi 77 mil personas. ¡Qué nivel! Pero el ejemplo más claro de su impacto fue durante las inundaciones que golpearon tan duro a Guana. Diay, cuando el agua se llevó todo, no se quedaron de brazos cruzados. Se movieron rapidísimo y recaudaron más de $289 mil que se fueron directo a lo más urgente: comida, colchones e infraestructura básica. Eso es estar ahí en las buenas y en las malas, es tener un compromiso real con la gente, más allá de la foto bonita.
Al final, lo que nos deja esta historia no es solo una lista de números impresionantes. Es la prueba de que cuando el sector privado, las comunidades y las organizaciones se juntan con un objetivo claro, se pueden lograr cosas increíbles. Como dijo la directora, Elsa Bonilla, el compromiso es construir un futuro más equitativo y sostenible. Y por lo que se ve, no es pura hablada, lo están logrando paso a paso. La pregunta que me queda en el aire es: ¿Creen que este modelo de Creciendo Juntos, que mezcla inversión privada con comunidad, se podría replicar en otras zonas del país que también lo necesitan? ¿O es una vara muy específica de Guana? ¡Los leo!
