Diay, ¿quién diría que íbamos a tener que usar tecnología de nivel NASA para que los diputados vayan a hacer su brete? La Asamblea Legislativa se mandó una vara tope con un nuevo sistema biométrico que costó ¢113.713.206, todo por el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop). Vamos a desmenuzarlo y ver qué onda con esta nueva carga de tecnología.
Lo primero que tenemos que saber es cómo funciona el chunche. La idea es que los 57 diputados tengan que pasar por un reconocimiento facial, huellas dactilares, retina y hasta la voz para validar su asistencia. La empresa Sonivisión S.A., que fue la única que se atrevió a participar del concurso público, es la encargada de instalar y poner a funcionar todo este tinglado. El sistema va a identificar a los diputados al entrar y salir del plenario y de la sala anexa, gestionar la asistencia en tiempo real y generar reportes detallados. Todo esto suena más a una película de espionaje que a una sesión del Congreso, ¿no?
Pero, ¿por qué tanta carga de tecnología? Pues, resulta que el Gobierno se dio cuenta de que algunos diputados se llevaban un dinerito extra por asistir a sesiones sin estar realmente presentes. Con este sistema, se va a controlar mejor el pago de dietas y asegurarse de que los diputados realmente estén ahí. Además, el quórum mínimo exigido es de 38 legisladores, y antes, el control era manual y se podían colar errores. Ahora, vamos a tener todo más chivo y transparente.
La directora ejecutiva del Congreso, Karla Granados, dijo que la instalación del sistema va a empezar en diciembre y funcionará como plan piloto con los actuales diputados. Para mayo del 2026, cuando entren los nuevos legisladores, el sistema estará funcionando a todo dar. Vanessa Castro, la vicepresidenta del Congreso, destacó que esta tecnología va a aportar mayor transparencia, confiabilidad y agilidad a los procesos internos del plenario. ¡Qué tuanis!
Ahora, ¿qué les parece a ustedes esta inversión? ¿Cree que va a funcionar y nos vamos a librar de los diputados fantasmas? ¿O se va a convertir en un chereque más que solo va a generar problemas? Comenten y compartan su opinión, mae. La vara está caliente y queremos saber lo que piensan.
Lo primero que tenemos que saber es cómo funciona el chunche. La idea es que los 57 diputados tengan que pasar por un reconocimiento facial, huellas dactilares, retina y hasta la voz para validar su asistencia. La empresa Sonivisión S.A., que fue la única que se atrevió a participar del concurso público, es la encargada de instalar y poner a funcionar todo este tinglado. El sistema va a identificar a los diputados al entrar y salir del plenario y de la sala anexa, gestionar la asistencia en tiempo real y generar reportes detallados. Todo esto suena más a una película de espionaje que a una sesión del Congreso, ¿no?
Pero, ¿por qué tanta carga de tecnología? Pues, resulta que el Gobierno se dio cuenta de que algunos diputados se llevaban un dinerito extra por asistir a sesiones sin estar realmente presentes. Con este sistema, se va a controlar mejor el pago de dietas y asegurarse de que los diputados realmente estén ahí. Además, el quórum mínimo exigido es de 38 legisladores, y antes, el control era manual y se podían colar errores. Ahora, vamos a tener todo más chivo y transparente.
La directora ejecutiva del Congreso, Karla Granados, dijo que la instalación del sistema va a empezar en diciembre y funcionará como plan piloto con los actuales diputados. Para mayo del 2026, cuando entren los nuevos legisladores, el sistema estará funcionando a todo dar. Vanessa Castro, la vicepresidenta del Congreso, destacó que esta tecnología va a aportar mayor transparencia, confiabilidad y agilidad a los procesos internos del plenario. ¡Qué tuanis!
Ahora, ¿qué les parece a ustedes esta inversión? ¿Cree que va a funcionar y nos vamos a librar de los diputados fantasmas? ¿O se va a convertir en un chereque más que solo va a generar problemas? Comenten y compartan su opinión, mae. La vara está caliente y queremos saber lo que piensan.
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