Gente, si andan buscando qué hacer este fin de semana y tienen sobrinos, hijos, primos o cualquier güila menor de 15 años a quien consentir, pongan atención porque esta vara está demasiado buena. El Museo de los Niños, ese compa fiel de la infancia de media Costa Rica, anunció que para celebrar el Día de la Niñez se va a poner la 10 y va a dejar que todos los menores de 15 entren totalmente gratis. Sí, leyeron bien: por la pura cara. La movida es este sábado 6 y domingo 7 de setiembre, así que ya tienen el plan perfecto para no quedarse en la casa viendo el techo.
Claro, no todo en la vida es un almuerzo gratis, ¿verdad? Los adultos sí tenemos que pasar por caja. Pero seamos honestos, la entrada de tres rojitos (¢3.000) por adulto es una ganga con tal de ver a los enanos de la casa disfrutando a cachete. Además, seamos sinceros, uno de grande también se divierte un montón en esas salas interactivas, aunque sea jugando de “acompañante responsable”. Las entradas las pueden comprar en línea para evitarse filas, en la página del Museo, o el mismo día en la boletería. Mi consejo: si pueden, cómprenlas antes, que fijo se va a llenar y la última cosa que uno quiere es hacer una filona con un montón de chiquitos ansiosos.
Y no crean que la vara es solo entrar a las salas de siempre y ya. ¡Para nada! La gente del Museo se montó lo que llamaron la “Fiesta de la Niñez”, y el nombre no es casualidad. Van a dividir el lugar en tres zonas temáticas que suenan bastante tuanis. Una es la “Zona hey, hey”, que básicamente es un fiestón con música y baile para que los güilas quemen toda esa energía que uno no sabe de dónde sacan. Luego está la “Zona corre, corre”, con juegos de estrategia para los que son más de pensar. Y por último, la “Zona Tas, Tas”, un espacio dedicado al arte para que saquen su lado más creativo. Diay, ¡hay para todos los gustos!
El menú de actividades es un despiche, pero en el buen sentido. El sábado va a haber de todo: pintacaritas, talleres, cuentacuentos, títeres y hasta conciertos con Mau Ventana y Chiquiticos. El domingo la fiesta sigue con personajes de fantasía, presentaciones de baile, más música y un pasacalle que promete estar bien movido. ¡Ah! Y un detalle que me pareció genial: ambos días invitan a los visitantes a llegar con peinados locos. ¡Qué carga! Hasta van a dar premios en la tarima principal. Ya me imagino el nivel de creatividad que se va a ver por ahí. Es de esas varas que hacen que la experiencia sea todavía más memorable.
Por si fuera poco, y para los que buscan algo más que solo jugar, también se puede aprovechar la visita para darse una vuelta por la Galería Nacional, que está ahí mismo. Tienen una exposición súper chiva sobre la Convención Americana de Derechos Humanos, pero toda ilustrada y explicada para niños y adolescentes. Son un montón de pinturas pequeñas que explican cada artículo de una forma visual y colorida. Es una manera increíble de que los más jóvenes entiendan temas importantes sin que se sientan como en una clase aburrida. En resumen: tienen un planazo redondo que combina diversión, aprendizaje y, lo mejor de todo, es amigable con la billetera. Un gane por donde se le vea.
Ahora les toca a ustedes. ¿Qué les parece esta iniciativa del Museo? ¿Se van a apuntar o ya tienen otro plan en la mira para celebrar a los más pequeños de la casa? ¡Cuenten todo en los comentarios!
Claro, no todo en la vida es un almuerzo gratis, ¿verdad? Los adultos sí tenemos que pasar por caja. Pero seamos honestos, la entrada de tres rojitos (¢3.000) por adulto es una ganga con tal de ver a los enanos de la casa disfrutando a cachete. Además, seamos sinceros, uno de grande también se divierte un montón en esas salas interactivas, aunque sea jugando de “acompañante responsable”. Las entradas las pueden comprar en línea para evitarse filas, en la página del Museo, o el mismo día en la boletería. Mi consejo: si pueden, cómprenlas antes, que fijo se va a llenar y la última cosa que uno quiere es hacer una filona con un montón de chiquitos ansiosos.
Y no crean que la vara es solo entrar a las salas de siempre y ya. ¡Para nada! La gente del Museo se montó lo que llamaron la “Fiesta de la Niñez”, y el nombre no es casualidad. Van a dividir el lugar en tres zonas temáticas que suenan bastante tuanis. Una es la “Zona hey, hey”, que básicamente es un fiestón con música y baile para que los güilas quemen toda esa energía que uno no sabe de dónde sacan. Luego está la “Zona corre, corre”, con juegos de estrategia para los que son más de pensar. Y por último, la “Zona Tas, Tas”, un espacio dedicado al arte para que saquen su lado más creativo. Diay, ¡hay para todos los gustos!
El menú de actividades es un despiche, pero en el buen sentido. El sábado va a haber de todo: pintacaritas, talleres, cuentacuentos, títeres y hasta conciertos con Mau Ventana y Chiquiticos. El domingo la fiesta sigue con personajes de fantasía, presentaciones de baile, más música y un pasacalle que promete estar bien movido. ¡Ah! Y un detalle que me pareció genial: ambos días invitan a los visitantes a llegar con peinados locos. ¡Qué carga! Hasta van a dar premios en la tarima principal. Ya me imagino el nivel de creatividad que se va a ver por ahí. Es de esas varas que hacen que la experiencia sea todavía más memorable.
Por si fuera poco, y para los que buscan algo más que solo jugar, también se puede aprovechar la visita para darse una vuelta por la Galería Nacional, que está ahí mismo. Tienen una exposición súper chiva sobre la Convención Americana de Derechos Humanos, pero toda ilustrada y explicada para niños y adolescentes. Son un montón de pinturas pequeñas que explican cada artículo de una forma visual y colorida. Es una manera increíble de que los más jóvenes entiendan temas importantes sin que se sientan como en una clase aburrida. En resumen: tienen un planazo redondo que combina diversión, aprendizaje y, lo mejor de todo, es amigable con la billetera. Un gane por donde se le vea.
Ahora les toca a ustedes. ¿Qué les parece esta iniciativa del Museo? ¿Se van a apuntar o ya tienen otro plan en la mira para celebrar a los más pequeños de la casa? ¡Cuenten todo en los comentarios!