Diay, maes, seguro ya vieron el titular tieso y formal en algún noticiero: "Onda tropical 27 ingresará al territorio nacional". Suena hasta aburrido, ¿verdad? Pero si le ponemos la lupa a la vara, la cosa cambia. Porque lo que el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) nos está diciendo, en lenguaje de compas, es que se nos viene un baldazo de los buenos, uno que podría causar un despiche en más de un lugar. Estamos hablando de que en algunas zonas van a caer hasta 85 milímetros de agua y el viento va a soplar como si estuviera enojado, con ráfagas de hasta 80 kilómetros por hora. ¡Qué torta se nos viene encima para empezar la semana!
Vamos por partes, como diría el patólogo. Desde la mañana de este lunes ya el cielo se puso con esa cara de pocos amigos, nublado y con aguaceros repartidos por ahí, especialmente para los compas del Caribe y la Zona Norte. El IMN calcula que en esas primeras horas caerán entre 20 y 40 milímetros, que no es cualquier garúa. Es la clase de lluvia que te obliga a sacar el paraguas bueno, no ese chunche todo destartalado que uno guarda en el carro "por si acaso". En el Valle Central y el Pacífico Norte, la cosa empieza más tranquila, pero igual con lluvias ocasionales en las montañas. O sea, el cafecito de la mañana probablemente venga con un soundtrack de truenos de fondo para darle ambiente.
Pero el plato fuerte, el verdadero show, empieza por la tarde. Ahí es cuando la onda tropical se acomoda bien en el país y decide soltar todo lo que trae. El Pacífico Sur y el Central se van a llevar la peor parte. Imagínense acumulados de hasta 85 milímetros. Para que tengan una idea, eso es suficiente agua para convertir la calle de su barrio en un río temporal y poner a prueba las canoas. Si a usted le toca manejar en la tarde por esas zonas, de verdad, ¡qué sal! Ya me estoy imaginando las presas monumentales, los huecos invisibles convertidos en trampas mortales y el estrés colectivo. Si puede evitar salir, este es el momento de hacerle caso al instinto y quedarse en la choza.
Y como si el aguacero no fuera suficiente, la vara viene con un combo de viento que mete miedo. Las ráfagas de hasta 80 km/h, sobre todo en las zonas montañosas, no son para tomárselas a la ligera. Eso no es una brisita que le despeina a uno, mae. Es un viento con la fuerza suficiente para arrancar tejas, botar ramas grandes o hasta un árbol entero si está medio jugado. Así que es buen momento para revisar que no haya macetas, chunches o láminas de zinc sueltas en el patio que puedan salir volando y convertirse en un proyectil. No hay nada peor que el viento se lleve algo suyo y termine haciéndole un daño al vecino.
En resumen, la situación es clara: la onda tropical #27 no es un juego. Toca tomar precauciones, tener paciencia y, sobre todo, mucho cuidado. Carguen el celular, tengan a mano un foco y unas candelas por si se va la luz, y si su ruta diaria incluye pasar por zonas que se inundan fácil, mejor vaya pensando en un plan B. A veces por querer jugársela de valiente es que uno termina metido en un problemón. Más vale prevenir que lamentar, ¿no creen?
Y ahora, para el foro: ¿ya están listos para el aguacero? ¿Cuál es la peor torta que se han jalado o la situación más engorrosa en la que han estado por culpa de un temporal de estos? ¡Cuenten sus historias de guerra para ver quién ha salido más salado!
Vamos por partes, como diría el patólogo. Desde la mañana de este lunes ya el cielo se puso con esa cara de pocos amigos, nublado y con aguaceros repartidos por ahí, especialmente para los compas del Caribe y la Zona Norte. El IMN calcula que en esas primeras horas caerán entre 20 y 40 milímetros, que no es cualquier garúa. Es la clase de lluvia que te obliga a sacar el paraguas bueno, no ese chunche todo destartalado que uno guarda en el carro "por si acaso". En el Valle Central y el Pacífico Norte, la cosa empieza más tranquila, pero igual con lluvias ocasionales en las montañas. O sea, el cafecito de la mañana probablemente venga con un soundtrack de truenos de fondo para darle ambiente.
Pero el plato fuerte, el verdadero show, empieza por la tarde. Ahí es cuando la onda tropical se acomoda bien en el país y decide soltar todo lo que trae. El Pacífico Sur y el Central se van a llevar la peor parte. Imagínense acumulados de hasta 85 milímetros. Para que tengan una idea, eso es suficiente agua para convertir la calle de su barrio en un río temporal y poner a prueba las canoas. Si a usted le toca manejar en la tarde por esas zonas, de verdad, ¡qué sal! Ya me estoy imaginando las presas monumentales, los huecos invisibles convertidos en trampas mortales y el estrés colectivo. Si puede evitar salir, este es el momento de hacerle caso al instinto y quedarse en la choza.
Y como si el aguacero no fuera suficiente, la vara viene con un combo de viento que mete miedo. Las ráfagas de hasta 80 km/h, sobre todo en las zonas montañosas, no son para tomárselas a la ligera. Eso no es una brisita que le despeina a uno, mae. Es un viento con la fuerza suficiente para arrancar tejas, botar ramas grandes o hasta un árbol entero si está medio jugado. Así que es buen momento para revisar que no haya macetas, chunches o láminas de zinc sueltas en el patio que puedan salir volando y convertirse en un proyectil. No hay nada peor que el viento se lleve algo suyo y termine haciéndole un daño al vecino.
En resumen, la situación es clara: la onda tropical #27 no es un juego. Toca tomar precauciones, tener paciencia y, sobre todo, mucho cuidado. Carguen el celular, tengan a mano un foco y unas candelas por si se va la luz, y si su ruta diaria incluye pasar por zonas que se inundan fácil, mejor vaya pensando en un plan B. A veces por querer jugársela de valiente es que uno termina metido en un problemón. Más vale prevenir que lamentar, ¿no creen?
Y ahora, para el foro: ¿ya están listos para el aguacero? ¿Cuál es la peor torta que se han jalado o la situación más engorrosa en la que han estado por culpa de un temporal de estos? ¡Cuenten sus historias de guerra para ver quién ha salido más salado!