Maes, pónganse cómodos porque la novela política que nos tiene a todos pegados al techo ya tiene fecha para su capítulo más esperado. Don Rodrigo Arias, el presi de la Asamblea, acaba de confirmar lo que muchos estaban esperando y otros temiendo: el lunes 22 de setiembre es el día D. Ese día, en el Plenario, se decide si le levantan o no la inmunidad al presidente Rodrigo Chaves por el caso BCIE-Cariñitos. O sea, se define si la vara pasa a los Tribunales o si todo queda en un susto. La tensión en Cuesta de Moras se puede cortar con un cuchillo, y créanme, esto se va a poner bueno.
La decisión se tomó este jueves en la reunión de jefes de fracción, y como siempre, no faltó el drama. ¡Qué torta se arma siempre para poner de acuerdo a esa gente! Resulta que algunos diputados, como Gilberto Campos del PLP, querían mover la fecha porque a Eliécer Feinzaig se le cruza con un tema religioso. Pero, por otro lado, salieron Óscar Izquierdo del PLN y la mismísima Pilar Cisneros a decir lo que todos sabemos: que es prácticamente imposible encontrar un día en que los 57 diputados estén disponibles. Entre permisos, incapacidades y viajes, coordinar a esa gente para algo tan caliente es un despiche anunciado. Al final, Arias se mantuvo firme y la fecha quedó tallada en piedra.
Ahora, ¿cómo va a funcionar el chunche ese día? No va a ser una sesión cualquiera. La cosa arranca a las 2:00 p.m. con la lectura del informe de la comisión especial, ese mismo que ya recomendó quitarle el fuero al presi. Después de eso, viene el plato fuerte: Chaves tiene hasta 30 minutos para pararse frente a todos y echarse su discurso, para defenderse y explicar por qué, según él, no deberían tocarle la inmunidad. La gran pregunta es si va a ir o no. Pilar Cisneros jura y perjura que sí va, pero el mismo Chaves dijo que lo anunciaría por ahí del 19 o 20 de setiembre. Un misterio más para la colección.
Una vez que el presidente termine su exposición y se retire del Plenario, empieza el verdadero show: el desfile de diputados. Cada uno tendrá hasta 15 minutos para hablar. ¡Imagínense el montón de discursos! La idea es que la deliberación dure lo que tenga que durar, pero con un límite. Si a las 6:55 p.m. todavía hay gente en la lista para hablar, se cierra el debate y se pasa directo a la votación. Aquí es donde la puerca tuerce el rabo, porque para que se apruebe quitarle el fuero no basta con una mayoría simple. Se necesita el voto afirmativo de 38 diputados, o sea, dos tercios de la Asamblea. Conseguir esa cantidad de votos para un tema tan delicado no es cualquier brete, es una verdadera odisea política.
Así que la mesa está servida. Tenemos fecha, tenemos reglas y tenemos a todo un país pendiente de lo que va a pasar en ese Plenario. Esta votación no es solo sobre un caso legal; es una medición de fuerzas brutal entre el Ejecutivo y el Legislativo, y va a definir muchísimo del rumbo político del país para los próximos meses. La pregunta del millón para el foro es esta: ¿Creen ustedes que los diputados logren juntar los 38 votos necesarios para levantar la inmunidad? ¿O va a ser puro teatro político y al final la oposición se va a quedar con las ganas? Y sobre todo, ¿qué estrategia creen que es mejor para Chaves: ir a dar la cara al Plenario o ausentarse? ¡Los leo!
La decisión se tomó este jueves en la reunión de jefes de fracción, y como siempre, no faltó el drama. ¡Qué torta se arma siempre para poner de acuerdo a esa gente! Resulta que algunos diputados, como Gilberto Campos del PLP, querían mover la fecha porque a Eliécer Feinzaig se le cruza con un tema religioso. Pero, por otro lado, salieron Óscar Izquierdo del PLN y la mismísima Pilar Cisneros a decir lo que todos sabemos: que es prácticamente imposible encontrar un día en que los 57 diputados estén disponibles. Entre permisos, incapacidades y viajes, coordinar a esa gente para algo tan caliente es un despiche anunciado. Al final, Arias se mantuvo firme y la fecha quedó tallada en piedra.
Ahora, ¿cómo va a funcionar el chunche ese día? No va a ser una sesión cualquiera. La cosa arranca a las 2:00 p.m. con la lectura del informe de la comisión especial, ese mismo que ya recomendó quitarle el fuero al presi. Después de eso, viene el plato fuerte: Chaves tiene hasta 30 minutos para pararse frente a todos y echarse su discurso, para defenderse y explicar por qué, según él, no deberían tocarle la inmunidad. La gran pregunta es si va a ir o no. Pilar Cisneros jura y perjura que sí va, pero el mismo Chaves dijo que lo anunciaría por ahí del 19 o 20 de setiembre. Un misterio más para la colección.
Una vez que el presidente termine su exposición y se retire del Plenario, empieza el verdadero show: el desfile de diputados. Cada uno tendrá hasta 15 minutos para hablar. ¡Imagínense el montón de discursos! La idea es que la deliberación dure lo que tenga que durar, pero con un límite. Si a las 6:55 p.m. todavía hay gente en la lista para hablar, se cierra el debate y se pasa directo a la votación. Aquí es donde la puerca tuerce el rabo, porque para que se apruebe quitarle el fuero no basta con una mayoría simple. Se necesita el voto afirmativo de 38 diputados, o sea, dos tercios de la Asamblea. Conseguir esa cantidad de votos para un tema tan delicado no es cualquier brete, es una verdadera odisea política.
Así que la mesa está servida. Tenemos fecha, tenemos reglas y tenemos a todo un país pendiente de lo que va a pasar en ese Plenario. Esta votación no es solo sobre un caso legal; es una medición de fuerzas brutal entre el Ejecutivo y el Legislativo, y va a definir muchísimo del rumbo político del país para los próximos meses. La pregunta del millón para el foro es esta: ¿Creen ustedes que los diputados logren juntar los 38 votos necesarios para levantar la inmunidad? ¿O va a ser puro teatro político y al final la oposición se va a quedar con las ganas? Y sobre todo, ¿qué estrategia creen que es mejor para Chaves: ir a dar la cara al Plenario o ausentarse? ¡Los leo!