Maes, ¿se acuerdan hace un año cuando se empezó a hablar en serio del 5G? Parecía una de esas varas del futuro, como los carros voladores o que el Saprissa gane algo importante afuera. La hablada era que RACSA iba a encender la primera red 5G “nativa” de toda Centroamérica, y uno, con el internet que a veces se pega hasta para ver un meme, pues lo veía con escepticismo. Diay, la noticia es que ya pasó un año de esa movida y, para sorpresa de muchos, parece que la cosa va en serio y no se quedó en puros anuncios bonitos. ¡Qué tuanis ver que un plan de estos avanza a cachete!
Lo primero que a uno le interesa es: ¿dónde está el bendito 5G? Porque de nada sirve la súper velocidad si solo la tienen cuatro gatos en Escazú. Y aquí es donde la vara se pone interesante. Según el reporte, esto ya no es un chunche exclusivo de la GAM. La red se ha expandido a las siete provincias. Hablamos de que la señal ya llega a lugares como Limón centro, Cahuita, Guápiles, Siquirres, y hasta Pérez Zeledón y Ciudad Quesada. O sea, desde el Caribe hasta la zona norte, pasando por el Pacífico con cobertura en Santa Cruz, Puntarenas y Quepos. ¡Qué nivel de despliegue! La verdad, romper con el centralismo tecnológico y llevar esta conectividad a zonas que casi siempre quedan de últimas en la fila es, probablemente, la mejor noticia de todas.
Ahora, vamos a lo que nos importa a todos: la plata y el día a día. Porque muy chiva tener 5G, pero ¿eso en qué me afecta o me beneficia en mi brete o mi casa? Según los que saben, específicamente el MICITT, la adopción del 5G podría meterle al país unos $925 millones al Producto Interno Bruto (PIB) de aquí al 2035. Es un platal, mae. La jefa de Mercadeo de RACSA, Grettel Babbar, lo puso en palabras sencillas: la idea es democratizar el acceso y apoyar a las economías locales. No se trata solo de bajar películas más rápido, sino de darle herramientas a la gente de zonas rurales para que puedan competir y desarrollarse sin tener que venirse para Chepe a buscarse la vida.
Pero la verdadera magia del 5G no está en la velocidad que vas a tener en el celular, sino en lo que permite construir encima de ella. Pensemos en grande. La vara va por el lado de la “inteligencia ubicua”, que suena a película de ciencia ficción, pero significa que miles de dispositivos y sensores (desde el semáforo de la esquina hasta el monitor de un hospital) pueden hablar entre ellos en tiempo real sin que la red colapse. ¡Qué carga pensar en todo lo que se viene! Estamos hablando de sistemas de tránsito que se ajustan solos para evitar presas, atención de emergencias con drones que llegan antes que la ambulancia, o expedientes médicos que un doctor puede ver al instante desde cualquier parte del país para salvar una vida. Eso sí es un cambio de juego.
En resumen, después de un año, el 5G en Costa Rica parece que va por buen camino. Pasó de ser una promesa a una realidad que se expande y que tiene el potencial de cambiar radicalmente la forma en que trabajamos, nos cuidamos y vivimos. No es solo una actualización del 4G, es la tubería nueva sobre la que se va a construir el futuro digital del país. Pero diay, más allá de los números y las promesas de RACSA, quiero saber qué piensan ustedes, la gente del foro. ¿Alguno ya ha probado el 5G en su zona? ¿De verdad se siente la diferencia o sigue siendo más humo que realidad? ¿Creen que esto de verdad va a cerrar la brecha digital o solo la hará más grande? ¡Cuenten todo en los comentarios!
Lo primero que a uno le interesa es: ¿dónde está el bendito 5G? Porque de nada sirve la súper velocidad si solo la tienen cuatro gatos en Escazú. Y aquí es donde la vara se pone interesante. Según el reporte, esto ya no es un chunche exclusivo de la GAM. La red se ha expandido a las siete provincias. Hablamos de que la señal ya llega a lugares como Limón centro, Cahuita, Guápiles, Siquirres, y hasta Pérez Zeledón y Ciudad Quesada. O sea, desde el Caribe hasta la zona norte, pasando por el Pacífico con cobertura en Santa Cruz, Puntarenas y Quepos. ¡Qué nivel de despliegue! La verdad, romper con el centralismo tecnológico y llevar esta conectividad a zonas que casi siempre quedan de últimas en la fila es, probablemente, la mejor noticia de todas.
Ahora, vamos a lo que nos importa a todos: la plata y el día a día. Porque muy chiva tener 5G, pero ¿eso en qué me afecta o me beneficia en mi brete o mi casa? Según los que saben, específicamente el MICITT, la adopción del 5G podría meterle al país unos $925 millones al Producto Interno Bruto (PIB) de aquí al 2035. Es un platal, mae. La jefa de Mercadeo de RACSA, Grettel Babbar, lo puso en palabras sencillas: la idea es democratizar el acceso y apoyar a las economías locales. No se trata solo de bajar películas más rápido, sino de darle herramientas a la gente de zonas rurales para que puedan competir y desarrollarse sin tener que venirse para Chepe a buscarse la vida.
Pero la verdadera magia del 5G no está en la velocidad que vas a tener en el celular, sino en lo que permite construir encima de ella. Pensemos en grande. La vara va por el lado de la “inteligencia ubicua”, que suena a película de ciencia ficción, pero significa que miles de dispositivos y sensores (desde el semáforo de la esquina hasta el monitor de un hospital) pueden hablar entre ellos en tiempo real sin que la red colapse. ¡Qué carga pensar en todo lo que se viene! Estamos hablando de sistemas de tránsito que se ajustan solos para evitar presas, atención de emergencias con drones que llegan antes que la ambulancia, o expedientes médicos que un doctor puede ver al instante desde cualquier parte del país para salvar una vida. Eso sí es un cambio de juego.
En resumen, después de un año, el 5G en Costa Rica parece que va por buen camino. Pasó de ser una promesa a una realidad que se expande y que tiene el potencial de cambiar radicalmente la forma en que trabajamos, nos cuidamos y vivimos. No es solo una actualización del 4G, es la tubería nueva sobre la que se va a construir el futuro digital del país. Pero diay, más allá de los números y las promesas de RACSA, quiero saber qué piensan ustedes, la gente del foro. ¿Alguno ya ha probado el 5G en su zona? ¿De verdad se siente la diferencia o sigue siendo más humo que realidad? ¿Creen que esto de verdad va a cerrar la brecha digital o solo la hará más grande? ¡Cuenten todo en los comentarios!