Maes, para los que tienen caballos, conocen a alguien que tiene, o simplemente les cuadra el tema, pónganle atención a esta vara porque la cosa se está poniendo color de hormiga. Resulta que un equipo de cargas de la Escuela de Medicina Veterinaria de la UNA se dio cuenta de que hay un brote de una enfermedad llamada Tripanosomiasis en un montón de caballos por todo el país. Y diay, como era de esperarse, ya le pasaron el santo a la gente de Senasa para que se pongan las pilas y empiecen a controlar el despiche antes de que se salga de las manos.
La vara es que esta enfermedad no es un simple resfriado equino. Es causada por un parásito que, para terminar de joder, es transmitido por unos bichos que parecen sacados de una pesadilla: tábanos, moscas de esas necias y, para ponerle la cereza al pastel, murciélagos vampiros. Sí, leyeron bien, murciélagos VAMPIROS. Como si la situación no fuera lo suficientemente complicada. ¡Qué sal la de los pobres bichos! El parásito se mete en la sangre y empieza a hacer de las suyas, provocando desde fiebres hasta anemia y depresión en el animal. Imagínense el mal ride para el caballo, que de por sí no puede decir "mae, me siento fatal".
Y esto no es un caso aislado en una finca allá en el quinto pino. Senasa confirmó que ya tienen reportes por todo lado. La lista de lugares afectados ya parece ruta de bus: Santa Ana, Ciudad Colón, Barva, el puro centro de Heredia, Alajuela, La Guácima y hasta Guanacaste. O sea, estamos hablando de un problema regado por el Valle Central y más allá. Ahora Senasa tiene el brete de analizar todas las muestras para entender exactamente qué cepa del parásito es la que está causando esta torta y cómo frenarla. La buena noticia es que ya están en eso, pero la mala es que el brote ya está activo y en varias zonas a la vez.
Aquí es donde la cosa se pone seria para los dueños. El director de Senasa fue clarísimo: si ven a un caballo con síntomas raros —que no come, que anda bajoneado, con partes hinchadas o con fiebre— no se la jueguen. Es una llamada directa al veterinario de confianza, sin pensarlo dos veces. Las recomendaciones son de sentido común, pero nunca está de más repetirlas. Primero, la muestra de sangre es clave y tiene que tomarse bien, el costo lo cubre el dueño, pero es mil veces mejor eso que se le muera el animal. Segundo, hay que declararle la guerra a los insectos. Y tercero, por lo que más quieran, no sean chapas: usen equipo limpio y separado para cada caballo. Un chunche contaminado con sangre puede pasarle la enfermedad a un animal sano en un dos por tres.
Al final, este es un llamado de atención para todos los que están metidos en el mundo de los caballos. No es para entrar en pánico, pero sí para andar ojo al Cristo. La prevención y la reacción rápida son las únicas herramientas que tenemos ahora mismo. Mover un caballo enfermo es la peor torta que alguien podría jalarse, porque sería como regar el problema a propósito. La responsabilidad individual de cada dueño es lo que va a determinar si este brote se controla o si se nos convierte en un problema nacional mucho más grande. La UNA ya hizo su parte, ahora nos toca a nosotros y a Senasa terminar el brete. Ustedes qué, maes? ¿Alguien de por esas zonas ha escuchado algo o visto algún caballo con pinta rara? ¿Creen que Senasa está reaccionando a tiempo o se durmieron en los laureles con esta vara?
La vara es que esta enfermedad no es un simple resfriado equino. Es causada por un parásito que, para terminar de joder, es transmitido por unos bichos que parecen sacados de una pesadilla: tábanos, moscas de esas necias y, para ponerle la cereza al pastel, murciélagos vampiros. Sí, leyeron bien, murciélagos VAMPIROS. Como si la situación no fuera lo suficientemente complicada. ¡Qué sal la de los pobres bichos! El parásito se mete en la sangre y empieza a hacer de las suyas, provocando desde fiebres hasta anemia y depresión en el animal. Imagínense el mal ride para el caballo, que de por sí no puede decir "mae, me siento fatal".
Y esto no es un caso aislado en una finca allá en el quinto pino. Senasa confirmó que ya tienen reportes por todo lado. La lista de lugares afectados ya parece ruta de bus: Santa Ana, Ciudad Colón, Barva, el puro centro de Heredia, Alajuela, La Guácima y hasta Guanacaste. O sea, estamos hablando de un problema regado por el Valle Central y más allá. Ahora Senasa tiene el brete de analizar todas las muestras para entender exactamente qué cepa del parásito es la que está causando esta torta y cómo frenarla. La buena noticia es que ya están en eso, pero la mala es que el brote ya está activo y en varias zonas a la vez.
Aquí es donde la cosa se pone seria para los dueños. El director de Senasa fue clarísimo: si ven a un caballo con síntomas raros —que no come, que anda bajoneado, con partes hinchadas o con fiebre— no se la jueguen. Es una llamada directa al veterinario de confianza, sin pensarlo dos veces. Las recomendaciones son de sentido común, pero nunca está de más repetirlas. Primero, la muestra de sangre es clave y tiene que tomarse bien, el costo lo cubre el dueño, pero es mil veces mejor eso que se le muera el animal. Segundo, hay que declararle la guerra a los insectos. Y tercero, por lo que más quieran, no sean chapas: usen equipo limpio y separado para cada caballo. Un chunche contaminado con sangre puede pasarle la enfermedad a un animal sano en un dos por tres.
Al final, este es un llamado de atención para todos los que están metidos en el mundo de los caballos. No es para entrar en pánico, pero sí para andar ojo al Cristo. La prevención y la reacción rápida son las únicas herramientas que tenemos ahora mismo. Mover un caballo enfermo es la peor torta que alguien podría jalarse, porque sería como regar el problema a propósito. La responsabilidad individual de cada dueño es lo que va a determinar si este brote se controla o si se nos convierte en un problema nacional mucho más grande. La UNA ya hizo su parte, ahora nos toca a nosotros y a Senasa terminar el brete. Ustedes qué, maes? ¿Alguien de por esas zonas ha escuchado algo o visto algún caballo con pinta rara? ¿Creen que Senasa está reaccionando a tiempo o se durmieron en los laureles con esta vara?