Diay, maes, y cuando uno creía que el cielo ya había botado toda el agua posible, que ya no le cabía ni una gota más al país... pues resulta que no. Agárrense porque el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) acaba de soltar la noticia: la onda tropical N.° 29 nos cae esta misma noche de jueves. Sí, otra más para la colección. Justo a tiempo para arruinar cualquier plan que uno tuviera para empezar a calentar el fin de semana. ¡Qué sal!, pero bueno, es lo que hay en esta época, ¿verdad?
Antes de que salgan corriendo a comprar atún y candelas, vamos a ver la vara con calma. Según los que saben, el sistema que viene bajando desde Panamá está “relativamente débil”. Aparentemente, hay una masa de aire seco en la zona que le está haciendo la vida imposible y no lo deja agarrar mucha fuerza. Esto significa que durante la mayor parte del día lo que vamos a tener es el clásico bochorno de siempre, con el sol pegando y esas brisas marinas que prometen lluvia, pero no terminan de soltarla. El verdadero baldazo, el show principal, se empieza a cocinar para la tarde y, sobre todo, para las primeras horas de la noche.
Ahora, vamos a lo que importa: ¿dónde va a caer el agua? Porque no es lo mismo un agüerito en San José que un temporal en la costa. El IMN ya hizo el desglose y la cosa está así: si usted vive en el Pacífico Norte (hola, Nicoya), prepárese para acumulados que pueden llegar hasta los 60 mm. Para los compas del Pacífico Central y Sur, la historia es muy parecida, con la lluvia pegando primero en las montañas y luego bajando a la costa por la noche. En nuestro querido Valle Central, parece que la libramos un poco mejor, con aguaceros más aislados y cortos, pero igual, no se confíen y mejor metan la ropa. Finalmente, la Zona Norte y el Caribe tendrán el combo completo: chubascos en las montañas que se extienden a las llanuras, con un ojo especial en la Zona Norte, donde podrían caer hasta 70 mm en puntos aislados. ¡Casi nada!
Aquí es donde la cosa se pone seria, gente. Más allá del chiste y de cancelar la mejenga, el IMN está poniendo una advertencia importante, sobre todo para las montañas de la Zona Norte. ¿La razón? Los suelos de por allá ya están hasta el copete de agua, súper saturados, y cualquier aguacero fuerte podría terminar en un despiche con deslizamientos o inundaciones. Así que, por favor, usen el sentido común. Si viven cerca de un río o en una zona que siempre se inunda, ya saben qué hacer. Si empieza la tormenta eléctrica, no se la jueguen, busquen refugio seguro. No queremos que nadie se jale una torta por hacerse el valiente. Y ojo con el viento, que a veces sopla tan fuerte que puede botar ramas y hasta el tendido eléctrico. Cuidado por dónde caminan o dejan el carro.
En resumen: se viene agua, pero no es el fin del mundo. Es la típica onda tropical de la temporada que nos obliga a activar el modo casero. Ahí se fueron al traste los planes de salir, pero se abren las posibilidades de una buena tanda de café con pinto en la noche. La clave es estar prevenidos, no entrar en pánico y tener a mano el número de emergencias, por si acaso. Así que a guardar los chunches del patio que se puedan volar y a tener paciencia en las presas si los agarra en la calle.
Y ustedes, ¿qué dicen? ¿Ya tienen listo el Netflix y el gallito para el aguacero o son de los que siempre terminan salados, con la ropa recién lavada mojándose afuera? ¡Cuenten sus estrategias para sobrevivir a estos baldazos!
Antes de que salgan corriendo a comprar atún y candelas, vamos a ver la vara con calma. Según los que saben, el sistema que viene bajando desde Panamá está “relativamente débil”. Aparentemente, hay una masa de aire seco en la zona que le está haciendo la vida imposible y no lo deja agarrar mucha fuerza. Esto significa que durante la mayor parte del día lo que vamos a tener es el clásico bochorno de siempre, con el sol pegando y esas brisas marinas que prometen lluvia, pero no terminan de soltarla. El verdadero baldazo, el show principal, se empieza a cocinar para la tarde y, sobre todo, para las primeras horas de la noche.
Ahora, vamos a lo que importa: ¿dónde va a caer el agua? Porque no es lo mismo un agüerito en San José que un temporal en la costa. El IMN ya hizo el desglose y la cosa está así: si usted vive en el Pacífico Norte (hola, Nicoya), prepárese para acumulados que pueden llegar hasta los 60 mm. Para los compas del Pacífico Central y Sur, la historia es muy parecida, con la lluvia pegando primero en las montañas y luego bajando a la costa por la noche. En nuestro querido Valle Central, parece que la libramos un poco mejor, con aguaceros más aislados y cortos, pero igual, no se confíen y mejor metan la ropa. Finalmente, la Zona Norte y el Caribe tendrán el combo completo: chubascos en las montañas que se extienden a las llanuras, con un ojo especial en la Zona Norte, donde podrían caer hasta 70 mm en puntos aislados. ¡Casi nada!
Aquí es donde la cosa se pone seria, gente. Más allá del chiste y de cancelar la mejenga, el IMN está poniendo una advertencia importante, sobre todo para las montañas de la Zona Norte. ¿La razón? Los suelos de por allá ya están hasta el copete de agua, súper saturados, y cualquier aguacero fuerte podría terminar en un despiche con deslizamientos o inundaciones. Así que, por favor, usen el sentido común. Si viven cerca de un río o en una zona que siempre se inunda, ya saben qué hacer. Si empieza la tormenta eléctrica, no se la jueguen, busquen refugio seguro. No queremos que nadie se jale una torta por hacerse el valiente. Y ojo con el viento, que a veces sopla tan fuerte que puede botar ramas y hasta el tendido eléctrico. Cuidado por dónde caminan o dejan el carro.
En resumen: se viene agua, pero no es el fin del mundo. Es la típica onda tropical de la temporada que nos obliga a activar el modo casero. Ahí se fueron al traste los planes de salir, pero se abren las posibilidades de una buena tanda de café con pinto en la noche. La clave es estar prevenidos, no entrar en pánico y tener a mano el número de emergencias, por si acaso. Así que a guardar los chunches del patio que se puedan volar y a tener paciencia en las presas si los agarra en la calle.
Y ustedes, ¿qué dicen? ¿Ya tienen listo el Netflix y el gallito para el aguacero o son de los que siempre terminan salados, con la ropa recién lavada mojándose afuera? ¡Cuenten sus estrategias para sobrevivir a estos baldazos!
