Maes, en serio, a veces parece que en este país no se puede tener nada bonito. Estamos a cuatro días de echarnos unos buenos tamales y cantar el himno, con todo el ambiente de Independencia a flor de piel, y los amigos de lo ajeno ya están viendo a ver cómo nos meten el dedo en la boca. La última gracia es una supuesta promoción de Megasuper que anda circulando por correo, y déjenme decirles, ¡qué torta! porque más de uno, con la emoción de las fechas, podría caer redondito.
La vara es así: te llega un correo súper producido, con los logos de Megasuper y toda la parafernalia, prometiéndote el oro y el moro. En este caso, un jugoso premio en efectivo solo por llenar un "cuestionario del Día de la Independencia". ¡Claro! Porque no hay nada más patriótico que regalar tus datos personales y, con un poco de mala suerte, hasta los de tu tarjeta, a un completo desconocido en internet. El gancho es perfecto: la gente anda pensando en los gastos del feriado, en el paseo, y de repente, ¡pum!, la solución mágica en la bandeja de entrada. Es el clásico timo modernizado, pero en lugar de un billete de lotería falso en la calle, es un link malicioso en tu celular.
Por supuesto, la gente de Megasuper ya salió a apagar el incendio. A través de sus redes oficiales (las que tienen el check azul, no la página "Megasuper_Promo_CR_Gratis_2025" que se inventó un mae en un sótano), aclararon que la información es más falsa que un billete de tres mil colones. Reiteraron lo que ya debería ser sentido común, pero que nunca está de más recordar: cualquier concurso, regalía o dinámica real la van a anunciar por sus canales verificados. Nada de correos extraños de un remitente tipo "[email protected]" ni cuestionarios que te piden hasta el tipo de sangre.
Lo que más agüeva de todo este despiche no es solo la estafa en sí, sino lo increíblemente comunes que se han vuelto. Ya uno no sabe si desconfiar del mensajito de WhatsApp del supuesto sobrino en el aeropuerto, de la llamada del "funcionario bancario" o del correo del supermercado. Es un bombardeo constante y, seamos honestos, su brete es hacerlo bien. Pasan todo el día pensando en cómo hacer que la estafa se vea legítima, y si uno anda en carreras o medio dormido, se puede ir al traste en un solo clic. Uno termina salado, sin la plata y con una cara de baboso que no se la quita nadie.
Al final, la única vacuna contra estos maes es la malicia indígena y una buena dosis de escepticismo. Antes de hacer clic, antes de llenar cualquier cosa, respire profundo y pregúntese: ¿esto tiene sentido? ¿Por qué me regalarían plata así de fácil? Revise el remitente, busque en las redes oficiales de la empresa, pregúntele a un compa. Es mejor pasar por paranoico cinco minutos que pasar por estafado el resto del mes. La tecnología nos facilita la vida, pero también se la facilita a los chorizos digitales. Hay que andar más avispado que nunca.
Diay, maes, ahora les pregunto a ustedes en el foro: ¿Cuál es la estafa más tiesa o más elaborada que les han intentado aplicar por correo o WhatsApp? ¡Cuenten las historias para que todos aprendamos a no caer!
La vara es así: te llega un correo súper producido, con los logos de Megasuper y toda la parafernalia, prometiéndote el oro y el moro. En este caso, un jugoso premio en efectivo solo por llenar un "cuestionario del Día de la Independencia". ¡Claro! Porque no hay nada más patriótico que regalar tus datos personales y, con un poco de mala suerte, hasta los de tu tarjeta, a un completo desconocido en internet. El gancho es perfecto: la gente anda pensando en los gastos del feriado, en el paseo, y de repente, ¡pum!, la solución mágica en la bandeja de entrada. Es el clásico timo modernizado, pero en lugar de un billete de lotería falso en la calle, es un link malicioso en tu celular.
Por supuesto, la gente de Megasuper ya salió a apagar el incendio. A través de sus redes oficiales (las que tienen el check azul, no la página "Megasuper_Promo_CR_Gratis_2025" que se inventó un mae en un sótano), aclararon que la información es más falsa que un billete de tres mil colones. Reiteraron lo que ya debería ser sentido común, pero que nunca está de más recordar: cualquier concurso, regalía o dinámica real la van a anunciar por sus canales verificados. Nada de correos extraños de un remitente tipo "[email protected]" ni cuestionarios que te piden hasta el tipo de sangre.
Lo que más agüeva de todo este despiche no es solo la estafa en sí, sino lo increíblemente comunes que se han vuelto. Ya uno no sabe si desconfiar del mensajito de WhatsApp del supuesto sobrino en el aeropuerto, de la llamada del "funcionario bancario" o del correo del supermercado. Es un bombardeo constante y, seamos honestos, su brete es hacerlo bien. Pasan todo el día pensando en cómo hacer que la estafa se vea legítima, y si uno anda en carreras o medio dormido, se puede ir al traste en un solo clic. Uno termina salado, sin la plata y con una cara de baboso que no se la quita nadie.
Al final, la única vacuna contra estos maes es la malicia indígena y una buena dosis de escepticismo. Antes de hacer clic, antes de llenar cualquier cosa, respire profundo y pregúntese: ¿esto tiene sentido? ¿Por qué me regalarían plata así de fácil? Revise el remitente, busque en las redes oficiales de la empresa, pregúntele a un compa. Es mejor pasar por paranoico cinco minutos que pasar por estafado el resto del mes. La tecnología nos facilita la vida, pero también se la facilita a los chorizos digitales. Hay que andar más avispado que nunca.
Diay, maes, ahora les pregunto a ustedes en el foro: ¿Cuál es la estafa más tiesa o más elaborada que les han intentado aplicar por correo o WhatsApp? ¡Cuenten las historias para que todos aprendamos a no caer!