Maes, si pensaban que las aguas estaban tranquilas en las universidades públicas, agárrense. Se armó un despiche de los buenos, y esta vez no es por un examen final, sino por la plata. Resulta que la Federación de Estudiantes del Tecnológico (FEITEC) se puso seria y le acaba de declarar la guerra, sin cuartel, al rector de la UCR, Carlos Araya, y a todo el Consejo Universitario. ¿La razón? El famoso 1% del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES). Los del TEC básicamente los declararon "personas non gratas", que en buen tico significa que no los quieren ver ni en pintura.
La vara es que, según FEITEC, la UCR se está portando cero solidaria. El acuerdo de CONARE era repartir ese 1% de aumento del FEES (casi ₡6 mil millones) de una forma que ayudara un poco más a las otras universidades. Pero la UCR votó en contra, alegando que ese reparto los perjudica. Los del TEC no se anduvieron por las ramas y los acusaron de romper la equidad, de falta de diálogo y de no pensar en el sistema universitario como un todo. Es más, le están pidiendo al resto de federaciones (UNA, UNED, UTN) que se les unan al berrinche, buscando crear un frente común contra la "U" más grande del país.
Pero, diay, como en todo pleito, hay dos versiones de la historia. La UCR tampoco se queda callada y tiene sus razones, que suenan bastante lógicas. El rector Araya dice que con esa nueva distribución, a la UCR le tocaría un aumento real de apenas ₡1.077 millones, cuando históricamente le corresponderían más de ₡2.800 millones. Para una universidad con más de 44.000 estudiantes, eso es un golpe duro. Además, y aquí es donde la cosa se pone más tensa, la UCR lleva rato pidiendo los estudios técnicos que justifiquen esa nueva repartición, y dicen que nadie se los ha entregado. ¡Incluso hay un recurso de amparo declarado con lugar sobre eso! O sea, no es solo un capricho.
El meollo del asunto es que la UCR siente que está subsidiando al resto del sistema sin el debido sustento técnico. Recuerdan que en los últimos 10 años han aportado más de ₡123.000 millones al "Fondo del Sistema" y que, con este nuevo esquema, calculan que van a perder más de ₡77.000 millones en los próximos cinco años. Mientras tanto, CONARE intenta apagar el incendio diciendo que esta redistribución busca fortalecer becas, carreras de alta empleabilidad y la investigación en todas las universidades, no solo en una. Es la clásica tensión entre el bien individual (de cada U) y el bien colectivo del sistema.
Al final, este no es un simple encontronazo entre federaciones. Es el reflejo de una discusión mucho más profunda sobre cómo se debe financiar la educación superior pública en un país con recursos limitados. Por un lado, la solidaridad y la equidad son principios importantísimos. Por otro, ninguna institución quiere ver comprometida su operación por decisiones que considera arbitrarias y sin respaldo técnico. La declaratoria "non grata" es un gesto político fuerte, casi una bomba en medio de la sala de CONARE, que pone a todos a escoger un bando.
Maes, aquí la pregunta del millón es: ¿Tiene razón FEITEC en exigirle solidaridad a la UCR, o la U de Costa Rica se está defendiendo de un recorte injusto y sin fundamento? ¿Quién creen ustedes que se está jalando la torta en todo este brete? ¡Los leo!
La vara es que, según FEITEC, la UCR se está portando cero solidaria. El acuerdo de CONARE era repartir ese 1% de aumento del FEES (casi ₡6 mil millones) de una forma que ayudara un poco más a las otras universidades. Pero la UCR votó en contra, alegando que ese reparto los perjudica. Los del TEC no se anduvieron por las ramas y los acusaron de romper la equidad, de falta de diálogo y de no pensar en el sistema universitario como un todo. Es más, le están pidiendo al resto de federaciones (UNA, UNED, UTN) que se les unan al berrinche, buscando crear un frente común contra la "U" más grande del país.
Pero, diay, como en todo pleito, hay dos versiones de la historia. La UCR tampoco se queda callada y tiene sus razones, que suenan bastante lógicas. El rector Araya dice que con esa nueva distribución, a la UCR le tocaría un aumento real de apenas ₡1.077 millones, cuando históricamente le corresponderían más de ₡2.800 millones. Para una universidad con más de 44.000 estudiantes, eso es un golpe duro. Además, y aquí es donde la cosa se pone más tensa, la UCR lleva rato pidiendo los estudios técnicos que justifiquen esa nueva repartición, y dicen que nadie se los ha entregado. ¡Incluso hay un recurso de amparo declarado con lugar sobre eso! O sea, no es solo un capricho.
El meollo del asunto es que la UCR siente que está subsidiando al resto del sistema sin el debido sustento técnico. Recuerdan que en los últimos 10 años han aportado más de ₡123.000 millones al "Fondo del Sistema" y que, con este nuevo esquema, calculan que van a perder más de ₡77.000 millones en los próximos cinco años. Mientras tanto, CONARE intenta apagar el incendio diciendo que esta redistribución busca fortalecer becas, carreras de alta empleabilidad y la investigación en todas las universidades, no solo en una. Es la clásica tensión entre el bien individual (de cada U) y el bien colectivo del sistema.
Al final, este no es un simple encontronazo entre federaciones. Es el reflejo de una discusión mucho más profunda sobre cómo se debe financiar la educación superior pública en un país con recursos limitados. Por un lado, la solidaridad y la equidad son principios importantísimos. Por otro, ninguna institución quiere ver comprometida su operación por decisiones que considera arbitrarias y sin respaldo técnico. La declaratoria "non grata" es un gesto político fuerte, casi una bomba en medio de la sala de CONARE, que pone a todos a escoger un bando.
Maes, aquí la pregunta del millón es: ¿Tiene razón FEITEC en exigirle solidaridad a la UCR, o la U de Costa Rica se está defendiendo de un recorte injusto y sin fundamento? ¿Quién creen ustedes que se está jalando la torta en todo este brete? ¡Los leo!